Un estudio da con la clave para mejorar las señales WiFi de forma simple y económica

Si bien hay infinidad de vídeos y artículos en la red hablando de que con una simple lata de refresco o con un trozo de aluminio podemos mejorar la señal de nuestro router WiFi, un grupo de investigadores de la Universidad Darthmouth de Estados Unidos lleva años investigando el asunto no solo para demostrarlo sino para perfeccionarlo. Además para este mismo objetivo las soluciones que ya existen en el mercado, como las antenas direccionales, tienden a ser caras y no muy efectivas.

Los resultados del estudio, presentado ayer en el congreso ACM BuildSys en Delft (Holanda), han confirmado que creando reflectores metálicos de forma correcta podemos aumentar la señal WiFi de forma considerable y mejorar también la seguridad. Para la obtención de un mejor resultado se basan en reflectores imprimidos con tecnología 3D que dirigen la señal WiFi hacia el lugar donde el usuario más la necesita. Según Xia Zhou, profesora de ingeniería informática de la misma universidad, con este sistema “no solo mejoramos la señal WiFi sino que hacemos que esas mismas señales sean más seguras”.

Disposición de la señal WiFi omnidireccional, tal y como acostumbra a ser por defecto.

 

Mejoramos la señal WiFi con un reflector imprimido en 3D y papel de aluminio

El procedimiento es tan sencillo como imprimir el reflector con una impresora 3D común y con el mismo material que usan habitualmente y cubrirlo después con papel de aluminio. Según la forma del reflector y cómo lo coloquemos intercalado entre las antenas podremos dirigir las señales WiFi con más potencia en una dirección al mismo tiempo que evitamos que la señal se salga de donde la queremos funcionando, añadiendo una capa de seguridad más a nuestra red.

El problema es que antes de imprimir el reflector tendremos que saber qué forma ha de tener para adaptarse a las particularidades de nuestro router o punto de acceso y a la disposición de habitaciones del lugar en el que lo vamos a implementar.

Para solucionarlo, Xia Zhou y su equipo han desarrollado un algoritmo que funciona del siguiente modo: Introducimos la distribución de nuestro hogar o nuestra oficina, indicamos dónde vamos a poner el/los router o punto(s) de acceso y definimos las áreas a las que queremos que llegue la señal. El sistema tarda 23 minutos en realizar todos los cálculos y finaliza creándonos el diseño de reflector ideal y personalizado para nuestra red para maximizar la intensidad de la señal en todas las habitaciones mejorando la seguridad general de la red al mismo tiempo. 

Según el estudio estaríamos hablando de que usando estos reflectores económicos imprimidos en 3D se aumenta en hasta 6dB la intensidad WiFi allá donde se necesita y se reduce la intensidad en hasta 10dB en aquellas zonas a las que desde la que no se quiere dar acceso a la WiFi, como puede ser por ejemplo a la calle. Además aseguran que el reflector es fácil de colocar.

Aunque ni el algoritmo ni el software para crear estos reflectores están disponibles para el público por el momento, cada cual es libre de coger una lata, desguazarla, colocarla entre las antenas del router y hacer pruebas en su casa hasta dar con una forma que más o menos mejore la señal en aquel cuarto en que no llegue como nos gustaría.

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