Podemos clasificar la existencia de los smartwatches en dos grupos, que serían los smartwatches como tal, y luego un derivado que llegó en forma de pulseras cuantificadoras, orientadas a deportistas y que si bien ofrecen menos funciones que un smartwatch, suelen llegar a precios muy competitivos y cubren perfectamente las necesidades de la mayoría de usuarios que adquirían relojes inteligentes antes de la existencia de las pulseras cuantificadoras.
Empezando por los smartwatches, podemos encontrar modelos con distintos sistemas operativos como sería Android Wear o Tizen, de Google y Samsung respectivamente, así como relojes con sistemas operativos cerrados de origen desconocido que realmente nos limitan en cuanto a lo que podemos hacer con ellos. Asimismo, Apple cuenta con su propio Apple Watch con sistema operativo WatchOS.
El sistema operativo dictará, junto al hardware presente en el interior del dispositivo, lo que podremos hacer con él una vez configurado. Desde responder llamadas hasta hacer fotos, cada reloj es un mundo, y desde la aparición de Android Wear y su capacidad de ejecutar aplicaciones de forma nativa en el propio reloj, esto no ha hecho más que mejorar.
Lo mismo podemos decir de Apple con el Apple Watch Series 4, donde sus capacidades no han hecho más que crecer y con la última versión de WatchOS podemos ejecutar aplicaciones de una tienda de aplicaciones exclusiva para el reloj, además de tomar electrocardiogramas con validez médica o pedir socorro de forma automática si se detecta un accidente o caída severos.
En el otro lado de la moneda encontramos las pulseras cuantificadoras, unos relojes de perfil fino que generalmente llegan con precios inferiores a los smartwatches de las mismas marcas, pero que de la misma manera llegan con funcionalidades mucho más reducidas a las de los primeros.
Aun así, modelos populares como la Xiaomi Mi Band 3 o la nueva Mi Smart Band 4 son modelos totalmente solventes, capaces de funcionar incluso bajo el agua y que nos proporcionan datos sobre nuestra jornada, permitiéndonos así cuidar nuestra salud al incorporar avisos de frecuencia cardiaca, medición de sueño, sedentarismo o perfiles de entrenamiento.
Pese a ello, los usuarios que no tengan pensado hacer deporte también pueden beneficiarse de las bondades de una pulsera así, pues con la monitorización del sueño podemos ver si realmente estamos descansando correctamente, además de poder recibir mensajes y/o llamadas en nuestra muñeca si, por las circunstancias que sean, no podemos tener el sonido de nuestro teléfono activado.
Estos gadgets son una oportunidad más que ideal de conseguir que, a la misma vez que invertimos para tener un reloj de calidad, podamos hacer mucho más desde nuestra muñeca sin necesidad de sacar el móvil para absolutamente cada acción que tenga que ver con él, como por ejemplo sería leer un correo entrante, un mensaje de Telegram, seguir indicaciones de Maps viendo el mapa directamente en nuestra mano, o simplemente localizar nuestro Smartphone tras perderlo de vista en un sitio cercano como sería una habitación. Las posibilidades son infinitas, y el límite lo ponemos nosotros con nuestra imaginación y presupuesto.