AORUS X5 V7

Cuando quieres destacar en un mercado tan competitivo como el de los portátiles gaming no es suficiente con hacer lo mismo que hacen los demás, es necesario ofrecer algún extra o plus que no tenga la competencia y eso es lo que busca Gigabyte con su marca AORUS que nos trae modelos como este último Aorus X5 V7

Cuando analizamos el Aorus X7 V6 ya nos dimos cuenta de que Aorus buscaba jugar en otra liga dentro de los portátiles gaming poniendo un gran énfasis en la calidad de construcción y en conseguir unos tamaños y grosores compactos y sin buscar ahorrar en costes.

En este Aorus X5 V7 tenemos la misma gráfica que la que encontrábamos en su hermano mayor, la GTX 1070, un procesador Kaby lake con multiplicador desbloqueado y todo ello en un cuerpo con un tamaño y grosor más reducidos. Veamos qué tal se desenvuelve en nuestros test.

Especificaciones técnicas

  • Procesador Intel Core i7-7820HK
  • 32 GB DDR4 4.000 MHZ (OC)
  • SSD NVMe 256 GB + HHD 1 TB
  • NVIDIA GeForce GTX 1070
  • Pantalla 15,6” UHD 4K 3.840 x 2.160 calibrada X-rite Pantone con G-SYNC.
  • Teclado RGB Fusion
  • HDMi 2.0 x miniDP 1.3, Thunderbolt 3.0, USB 3.1 Tipo C, USB 3.0 tipo A
  • Lector de tarjetas
  • ESS Sabre Hi-Fi DAC
  • Dos altavoces de 1,5W + 2 Subwoofer de 2W
  • Killer LAN + Wireless-AC 1535  + BT 4.2
  • Batería de 94,24 WH + fuente de 200W
  • 390 x 272 x 22,9 mm
  • 2,5 Kg de peso 

El exterior del Aorus X5 V7 sigue el diseño de la gama Aorus de portátiles gaming, con un acabado bastante sobrio pero al que no faltan toques gaming con unas líneas angulosas puestas de manera estratégica. No es un portátil de estos que no pueden disimular hacia el público al que van destinado sino que podría pasar por un portátil para trabajo perfectamente y esto, en muchos casos, es bueno.

La tapa está decorada por el logo de aorus y las bisagras sobre las que se sustenta están ligeramente adelantadas desde la estructura de la base para dar más espacio a la refrigeración.

En el lado izquierdo tenemos dos puertos USB-C, uno de ellos con Thunderbolt 3.0, un DisplayPort 1.3, y la salida y entrada de audio.

En el lado opuesto tenemos puertos USB de tipo A, la salida HDMI 2.0 y el lector de tarjetas.

El resto de la conectividad física la encontramos en la zona trasera con el conector de carga, dos USB 3.0 A más y el conector de red Gigabit Ethernet, todo ello rodeado de las dos salidas de aire.

Al abrir la tapa nos encontramos con la pantalla de 15,6” a la que dedicaremos una sección para hablar de sus características y calibración, pero a nivel de diseño ya podemos ver que la reducción de marcos no ha sido una prioridad y tenemos unos marcos bastante generosos por los 4 laterales.

La superficie del portátil, eso sí, es un imán para las huellas.

Diseño interno

Acceder a la zona interior del Aorus X5 V7 no es difícil, solo hay que sacar los tornillos y retirar la tapa, eso sí, no son tornillos de estrella convencionales sino de tipo torx y en los dos inferiores han colocado una pegatina para hacerlo algo más complicado, algo bastante inexplicable a estas alturas donde otros fabricantes incluso facilitan la tarea.

Una vez retiramos la tapa tenemos acceso a todos los componentes sin tener que profundizar más. Abajo está la batería junto al disco duro de 1 TB de HGST y los dos subwoofer.

En la parte izquierda tenemos la tarjeta WiFi/BT y también el SSD M.2 NVMe.

Se puede añadir otro SSD M.2 en la zona central ya que queda un puerto libre M.2. Como curiosidad, hay el espacio y los pines para otro disco M.2, pero no han colocado el conector.

Además de la RAM pre-instalada, tenemos dos slots SO-DIMM libres para ampliar su capacidad.

El sistema de refrigeración está basado en dos ventiladores, cada uno de ellos con dos salidas directas hacia bloques de disipación de aletas de cobre en cada uno.

El ventilador derecho se encarga en exclusiva de refrigerar la GPU y su memoria GDDR5 mediante tres heatpipes exclusivos. Por otra parte, el ventilador izquierdo se encarga del procesador a través de dos heatpipes y un tercero que ayuda también a refrigerar la GTX 1070. Como veremos más adelante, las temperaturas de la gráfica no serán un problema, pero el procesador sí que sufre si hacemos uso de las funciones de overclock que brinda el portátil

Llama la atención, y no para bien, el exceso de pasta térmica que hay en la zona de los módulos de memoria GDDR5 de la GTX 1070, además esta pasta térmica se ha colocado de manera poco cuidadosa encima de los “thermal Pads”, que también rezuman por fuera del disipador.

El teclado del Aorus X5 V7 es de tipo chiclet pero cuenta con un recorrido bastante considerable de las teclas que nos da cierta sensibilidad que se agradece a la hora de jugar y también a la hora de escribir. Hay que tener en cuenta que, al menos en este modelo con distribución americana del teclado,  la tecla Enter es de bajo perfil y puede que cueste un poco acostumbrarse.

Se agradece el teclado numérico, un elemento que puede ser difícil de encontrar hoy en día en portátiles de 15,6”, sobre todo en los que intentan mantener un tamaño contenido.

Cada una de sus teclas tiene un sistema de LEDs RGB independientes que pueden tomar cualquier color de entre los millones de colores disponibles En la zona izquierda tenemos cinco teclas G para personalizar con las funciones o macros que queramos añadir.

El trackpad se encuentra en la zona inferior, justo debajo de la tecla espacio y situado un poco hacia la izquierda en el conjunto del portátil. Tiene unas dimensiones generosas y el logo de Aorus en naranja metalizado para darle un toque distintivo al equipo.

Uno de esos puntos diferenciadores de los que hablábamos al principio lo encontramos en la pantalla de este Aorus X5 v7. No sólo por la resolución, que es de 4K UHD en este modelo en concreto que analizamos con panel mate, o por la tecnología G-SYNC, sino por la calibración de fábrica X-Rite Pantone que nos asegura unos colores mucho más cercanos a la realidad de lo habitual.

Esta calibración ya la probamos en el Aero 15 de Gigabyte con muy buenos resultados y, de nuevo, podemos ver como con la calibración activada los valores que hemos obtenido a la hora de medir distintos parámetros mejoran considerablemente.

Si nos gusta más otro tipo de calibración (no todo el mundo prefiere la máxima fidelidad de color sobre una mayor vistosidad por ejemplo), se puede seleccionar desde el panel de control Aorus.

En los test RGB de la escala de grises (cuanto más se acerque el rojo, verde, azul al 100% mejor) podemos ver como la ganancia con la calibración es muy llamativa, con el rojo y verde prácticamente en el 100% y el rojo siempre por encima del 90% de exactitud.

 

Calibración X-Rite Pantone activada

 

 

 

 

Sin Calibración

 

 

Sin calibración los resultados son bastante malos de hecho, con el rojo por debajo del 85%, y el azul disparado por encima del 115%.

A la hora del balance de blancos los resultados son similares, el blanco "real" se considera el más cercano a los 6500K de temperatura de color. En el modo normal tenemos valores cercanos a los 8000K, más fríos y azulados (que suele ser la preferencia de muchos), mientras que en el modo calibrado se mantiene en 6600-6700K (mucho más cercanos al blanco real).

 

Calibración X-Rite Pantone activada

 

 

 

Sin Calibración

El diagrama C1E no varía mucho con la calibración, dejando más o menos la misma cobertura del espacio sRGB que prácticamente es del 100%.

 

 

Como siempre cuando hacemos pruebas de pantallas, os dejamos con el comparador de colores, un esquema donde se puede ver el color que se quería representar y lo que representó en realidad la pantalla. Dado que la representación de los colores mostrados depende de vuestro monitores, lo que se busca con estos test es mostrar la diferencia entre el color representado y el esperado. El indicador numérico de cada color representa la diferencia entre ellos (a mayor número, mayor diferencia y, por tanto, peor resultado.)

 

Calibración X-Rite Pantone activada

 

Sin Calibración

Como era de esperar, con la calibración X-Rite Pantone las diferencias son menores y se consigue una representación de los colores más fiel a la realidad

Finalmente, los valores de brillo máximo de la retroiluminación se mueven en unos 305 cd/m², mientras que el ratio de contraste nativo se queda en 729:1.

La inclusión de un panel con recubrimiento mate es un acierto ya que nos evitamos los molestos brillos, además, la calibración X-Rite Pantone consigue mejorar enormemente la representación de colores, balance de blancos y demás parámetros para conseguir unos colores mucho más cercanos a los reales, sin duda alguna, la calibración es un plus que muchos otros portátiles no incluyen y que, si lo hacen, no llega al nivel de este Aorus X5 v7.

Puede que la resolución 4K sea algo excesiva, sobre todo de cara al futuro y a ver cómo el equipo va capeando los años mientras salen nuevos juegos. Sea como sea, a día de hoy su hardware es más que capaz de manejar estas resoluciones en la mayoría de juegos del mercado, aunque haya que reducir algo la calidad de los settings en los juegos más exigentes.

La autonomía de los portátiles gaming no suele ser una prioridad, al menos no suele ser algo que el usuario busque en un equipo de este tipo. No obstante, Gigabyte ha querido meter una batería con una capacidad considerable de algo más de 94Wh que hacen que este Aoris X5 V7 se comporte mejor de lo que podríamos esperar.

En el test de batería de PC Mark 8, donde se pone a trabajar al portátil en bucles de edición de texto, renderizado gráfico, vídeo, imágenes, navegación, etc. tenemos un resultado de 1,56H, casi 2 horas con el portátil en plena carga, que en un uso real no tan intensivo no es difícil de doblar.

Se queda lejos de las 4 Horas de test que soportó el Aero 15 con la misma batería (y hardware mucho más contenido), pero es un valor bastante considerable para un equipo con esta potencia

Rendimiento y Overclock

Una de las funciones estrella de este portátil es la capacidad de overclock que ofrece, tanto a nivel de la GTX 1070 como del Core i7-7820HK con multiplicador desbloqueado y la memoria RAM.

En la utilidad de Aorus podemos definir 3 niveles de overclock, tanto en la tarjeta gráfica como en el procesador. Hemos realizado varios test de rendimiento con y sin overclock para ver la ganancia de rendimiento.

En el nivel máximo de overclock, el procesador se pone a 4,3 GHz, las memorias  a 4.004 MHz y la GPU alcanza los 1.542 MHz.

Dependiendo del test esa ganancia será mayor o menor, pero no hay duda de que es un extra de agradecer si necesitamos un pequeño empujón en alguna situación concreta y, como veremos más adelante, si tenemos un entorno con unas temperaturas no demasiado elevadas.

Os dejamos con los distintos test de rendimiento ejecutados con y sin overclock.

Gameplay del DOOM en 4K a nivel máximo de detalle, podemos ver que el Aorus X5 V7 mantiene una fluidez considerable y lo hace perfectamente jugable (OC activado). 

Temperaturas

Generalmente, en sistemas de refrigeración, cuanto más grandes y más espacio tengan para disipar, mejor. Si buscamos reducir al máximo el tamaño y mantenemos componentes de alto rendimiento, será más difícil mantener las temperaturas bajo control y eso puede ser un problema, de hecho el principal punto negativo del Aorus X5 V7 lo podemos ver en la siguiente imagen térmica.

Al concentrar una GTX 1070 convencional (no es el modelo MAX-Q) y un procesador tan potente en un cuerpo tan fino, aún con el doble sistema de refrigeración, no se pueden contener las temperaturas y en el momento en que estas afectan a la experiencia de uso, tenemos un problema.

Jugando a un juego como el DOOM, que tampoco es lo más exigente del mercado, podemos ver como las temperaturas en la superficie alcanzan los 60 grados y, realmente, si estamos jugando es bastante molesto, por ejemplo al mantener pulsada la tecla W para avanzar, tras un rato jugando hay que retirar el dedo por las altas temperaturas.

Este problema aparece con mayor o menor medida si realizamos overclock o no, pero en ambos casos resulta molesto para utilizarlo durante más de 20 minutos. Quizás la solución sea un teclado externo.

A nivel de CPU, sin overclock las temperaturas que alcanza el procesador ronda los 85 Grados, una cifra habitual en este tipo de portátiles de alto rendimiento y que no influye en su rendimiento, sin embargo, si activamos el overclock al nivel más alto, ya nos acercamos peligrosamente a los 100 Grados, con hasta 98 grados en dos núcleos y 97 en los otros dos restantes, una temperatura donde el procesador ya reduce frecuencias por seguridad.

La tarjeta gráfica, por el contrario, no presenta una variación considerable entre overclock y modo normal, manteniendo en ambos casos en unos 88 grados máximos durante una sesión de juegos al Doom.

Por un lado, que un portátil gaming como este nos de la opción de overclock es de agradecer y tenemos varios niveles para ajustarlos a nuestro gusto y al entorno donde nos movamos pero, por otro lado, ya hemos comprobado que el procesador no es capaz de mantener unas temperaturas asequibles cuando jugamos con overclock activado y que, aún sin ese overclock, la comodidad de uso se resiente por las altas temperaturas que alcanza el teclado.

Gigabyte sigue la línea que ya conocimos con su Aorus X7, un equipo con una calidad de construcción muy buena, un diseño cuidado y sobrio que se agradece en estos días donde parece que todo lo "gaming" tiene que ser estridente y llamar la atención, y potencia, mucha potencia contenida dentro de un grosor reducido.

En el X7 teníamos una pantalla de 17,3"  y en este Aorus X5 V7 el espacio se reduce hasta las 15,6" para los que prefieren este formato. Sin embargo, reducir el espacio general del equipo tiene sus pros  (más manejable y ligero) y sus contras (menos espacio para refrigeración), y el precio que hay que pagar ya hemos visto que está en unas temperaturas bastante elevadas en el teclado y en que hay que tener un poco de cuidado con los niveles de overclock más altos si no queremos que el procesador ronde temperaturas donde el Throttling haga acto de aparición.

Aún así, el Core i7-7820HK y la GTX 1070 nos ofrecen una potencia que no tiene nada que envidiar a muchos sobremesas gaming, y el resto de componentes, como los 32 GB DDR4 o el SSD NVMe de alto rendimiento acompañan en esta tarea, y todo ello con un grosor que es prácticamente de la mitad que tienen otros portátiles con componentes similares.

Al contrario que otros equipos que reducen grosor al máximo, Aorus no ha querido limitar la conectividad de este equipo y tenemos de todo, desde Thunderbolt 3, USB-C, USB-A, WiFi y también el puerto integrado Gigabit Ethernet que han colocado aprovechando tres de los 4 lados del portátil, de esta manera nos evitamos andar con adaptadores.

Su precio de 2.600 Euros puede parecernos elevado a primera vista pero, al igual que en el X7, el Aorus X5 V7 nos da, a parte de unos componentes de gama alta de entre los más potentes del mercado, un diseño muy cuidado, compacto y con materiales de alta calidad que lo convierten en una pieza muy exclusiva.