¿Son realmente españoles los productos tecnológicos de marcas españolas?

Marcas y marquistas

Todas las marcas que reconocemos como españolas, y otras muchas a nivel Europeo, son o han sido marquistas. Es decir, meros agentes comerciales de productos que se fabrican normalmente en Asia y más concretamente en el sudeste asiático. Por eso a mí me gusta distinguir entre marcas reales, que diseñan sus productos aunque luego se fabriquen en zonas de costes reducidos, y marquistas que son aquellos que compran productos diseñados y fabricados fuera y que únicamente reciben un logotipo, un packaging e instrucciones (y no siempre) en castellano.

Les guste reconocer o no hay muchas marcas que han sido o son marquistas e incluso algunas son ahora marcas para otros marquistas. Un buen ejemplo de esta evolución es BQ que comenzó como marquista de smartphones “chinos” a los cuales sí es cierto que ofrecía un soporte que nunca recibiríamos comprándolo directamente a la marca original.

Con el éxito cosechado, que es incuestionable (y que yo achaco precisamente al buen soporte que han sabido ofrecer al producto), se fue evolucionando hacia el diseño propio en algunos segmentos de producto. Es  decir, ahora muchos de los terminales de BQ, por no decir todos, son de diseño propio o al menos de diseño exclusivo. El diseño exclusivo es aquel que el fabricante chino reserva al marquista puesto que este garantiza unos pedidos mínimos de cierta entidad. El fabricante también puede fabricar según especificaciones de marca, como vemos en cualquier marca de renombre (HP, Dell, Apple, etc.).

Uno de los primeros modelos de BQ, con su alternativa china a la izquierda. 

Esta evolución de BQ ha sido más o menos reciente, quizás solo dos generaciones de producto, pero cierto es que la marca ha tenido un crecimiento vertiginoso en los últimos años convirtiéndose en un referente para cualquier marquista Español, que son muchos. Aun así, BQ sigue siendo un marquista en otras partes de sus gamas de producto, por ejemplo, en el mercado de las impresoras 3D tenemos el caso de la primera Hephestos.

En este caso concreto de las impresoras 3D básicamente han modificado diseños libres (en concreto de la Prusa i3 como la que enseñamos a montar en nuestra guía: Cómo montar una impresora 3D casera), con piezas personalizadas, y las venden como un kit propio. Si bien es técnicamente cierto, o al menos a mí me lo parece, también plantea dudas de cuál es el desarrollo tecnológico real del producto. De hecho, este paso a las impresoras 3D de BQ no ha estado exento de polémica al erigirse como pioneros en la venta de impresoras 3D en nuestro país obviando que hay varias compañías nacionales dedicadas a la venta y creación de impresoras 3D con más tiempo en el mercado. (Enlace de interés).

Curiosamente, BQ es a su vez un fabricante que vende su producto a otras marcas. Es curioso pero tiene su razón de ser. Todos hemos visto productos marca Fnac de electrónica de consumo. Muchos de ellos, o casi todos, son BQ. Es una forma que tiene la marca Española de posicionar sus productos en mercados donde hay otras marcas muy establecidas y donde, en este caso Fnac, tiene presencia comercial.

Un ejemplo de colaboración entre Fnac y BQ. Concretamente el Fnac Phablet 2 5HD.

Todas las marcas españolas funcionan igual

Todas funcionan igual porque alcanzar volúmenes en estos mercados donde sea rentable diseñar, ya no digamos producir, es harto complicado. Los márgenes en electrónica harían que la industria del calzado o del textil se echara a la calle en huelgas épicas. Un portátil, o un teléfono, o un tablet puede tener un margen para el vendedor final en torno al 5% y los pasos intermedios no tienen mucho más margen con el que trabajar. La competencia es feroz y además aquí la marca tiene que ofrecer los mínimos de calidad y soporte que exige la ley. Estos márgenes reducidos sumados a los menores costes en otros países hace que haya poca experiencia productiva en este sector y que además sea económicamente muy complicado llevarlo a cabo.

Los fabricantes, fundamentalmente chinos en el mercado de electrónica de consumo, no solo tienen menores costes, sino que sus capacidades productivas no tienen parangón en ningún otro lugar del mundo. Cada semana vemos nuevos modelos de terminales chinos y cada día son mejores y eso es porque sus equipos de ingeniería están ya tremendamente especializados.

Hay que dar por hecho, nos guste o no, que todo este tipo de productos electrónicos que venden marcas españolas en realidad no solo no están fabricados aquí, sino que son diseños del fabricante a los que la marca no hace más que comprar las unidades suficientes para poder cambiar el logotipo y el empaquetado.

Primux es solo uno mas

Hace unos días, y con cierta polémica, publicamos una nota de prensa de un fabricante español. Concretamente Primux. Esta marca esta afincada en Galicia y se dedica a la electrónica de consumo y ahora ofrece también PC. Esto es bastante normal puesto que los fabricantes chinos, incluso Xiaomi, se han interesado por este segmento de producto y más concretamente en convertibles o similares de bajo coste.

Cuando publicamos la noticia del Primux ya teníamos bastante claro que lo que la marca denomina diseño no es más que una personalización de las prestaciones de la máquina. Es fácil localizar en diversos puntos de venta muy conocidos, afincados en china, este mismo producto dentro del catalogo de un conocido fabricante como es Pipo, concretamente su modelo . De hecho es difícil saber incluso si realmente Pipo es el fabricante de esta unidad, yo no apostaría por ello.

El Primux Notebook 1401 a la izquierda, imagen oficial, y el PIPO Work-W9S a la derecha.

El Primux Notebook 1401 es sin duda como el Pipo Work-W9S, incluso este último es notablemente más barato. Es más barato porque no pagamos IVA, no pagamos el soporte que tiene que dar la marca aquí, etc.

El caso del Primux está lejos de extraño. Todas las marcas, incluso muy conocidas, actúan del mismo modo. Entre estas marcas podemos encontrar el fabricante de PC y portátiles Mountain, marcas de electrónica como Woxter, Energy Sistem, Best Buy, Blu Sens, Leotec, Nevir, Inves y un largo etcétera.

A la izquierda el Mountain Nickel 13, uno de sus últimos modelos, a la derecha las fotos del Clevo W330AU. El mismo portátil.

Todas estas marcas, muy conocidas algunas, remarcan productos diseñados y fabricados en países productores. Algunos se ensamblan en parte en España, como es el caso de portátiles y cierto tipo de ordenadores de sobremesa, normalmente con personalizaciones en el momento de compra.

Conclusión

Lo cierto es que a veces llega a ser complicado seguir la pista de la fabricación y diseño de un producto. A veces los lazos entre empresas, producciones partidas aquí y allá, exclusividades no respetadas por los fabricantes, etc. Todo hace que muchas veces no sepamos realmente quién ha diseñado y producido nuestro nuevo teléfono, tablet u ordenador.

Comprarlo en España, u otros países de la Unión Europea, nos asegura un soporte al usuario que no tendremos comprando directamente y los impuestos que pagamos acaban, o deberían, beneficiándonos a nosotros mismos. Por ello es importante que seamos conscientes de lo que obtenemos cuando compramos un producto fuera de nuestras fronteras y que cuando vemos el mismo producto en una tienda china, más barato, estamos seguramente tirándonos piedras sobre nuestro propio tejado.