Cómo optimizar Windows 10 para acelerar el rendimiento de tu PC en juegos

En los tiempos que corren es necesario aprender a optimizar el uso que podamos darle a nuestro PC, sea portátil o de sobremesa. A fecha de noviembre de 2018, el precio de la RAM está creciendo, las tarjetas gráficas están por las nubes, y lo peor es que no parece que vaya a bajar de precio ninguno de estos componentes. La solución es aprovechar al máximo los recursos que em Windows 10 con el fin de acelerarlo ahorrarnos unos euros al no tener que actualizar nuestro PC para jugar a todos los juegos posibles, aunque pase el tiempo.

En esta guía de optimización del ordenador para juegos se busca, sin utilizar software adicional, aumentar el rendimiento de nuestro ordenador sin cambiar absolutamente ninguna pieza, no cuesta nada y es totalmente gratis, lo único que se necesita es tener un ordenador y Windows 10 instalado, sin importar la versión concreta del SO.

Una de las mejores formas de optimizar Windows 10 es desahbilitar procesos que se inician de forma automática sin nuestro consentimiento, con ello mejoraremos el tiempo de inicio de Windows. Para ello hacemos segundo clic en la barra de inferior de Windows, donde no haya ningún icono, y le damos a “Administrador de Tareas”.  Una vez allí vamos a la pestaña “Inicio” y ordenamos la lista clicando sobre la columna “Estado”.

Ahora vamos a proceder a deshabilitar algunos procesos no necesarios. El problema es que esto varía bastante según el usuario y los programas que haya instalado en el PC, pero por lo general se puede deshabilitar todo lo que no sea esencial. Con esto no referimos a, por ejemplo, no deshabilitar los iconos en los que aparece un altavoz (suelen ser drivers de sonido), como tampoco deshabilitar “Windows Defender …”. También podemos dejar habilitados procesos que identifiquemos con programas que utilizamos en nuestro PC, en mi caso dejo habilitado “Razer Synapse” que es el software de mi ratón. Si no te convence el deshabilitar tú mismo procesos, puedes dejarnos una captura de esta ventana en nuestro foro y te ayudaremos, no te preocupes. 

 

Bien, con esto hemos mejorado el tiempo de inicio del ordenador, además hemos hecho que no se inicien tantas cosas y tenga más memoria disponible para jugar. El siguiente paso en esta guía para mejorar el rendimiento del ordenador es gestionar la energía del PC, que esto solo lo aplicaremos si el PC es un portátil. Para ello buscamos abajo en la derecha el icono de energía de Windows y damos clic derecho y a “Opciones de energía”.

En las opciones de la izquierda le damos a “Crear un plan de energía” y dentro seleccionamos “Alto rendimiento”. Las siguientes opciones son a gusto del usuario. Con esto hemos creado un plan que mantiene el procesador al máximo rendimiento cuando está conectado el portátil a la red eléctrica.

 

Procedemos ahora a activar una franja horaria en la que Windows no gaste recursos buscando, descargando e instalando actualizaciones. Para ello clicamos sobre el icono de Windows y escribimos “Horas activas” y pulsamos sobre la primera opción. Tras esto se nos abrirá una ventana, clicamos sobre “Cambiar horas activas” y seleccionamos entonces un rango horario en el que Windows cesará toda actividad de actualizaciones, dejándonos todos los recursos y ancho de banda libre.

 

El siguiente paso es desinstalar programas que no utilicemos. Windows 10 viene de serie con numerosos programas y juegos que no utilizaremos nunca, para ello seguimos el mismo procedimiento que antes, clicando sobre el botón de Windows y realizando la búsqueda “Programas”, y clicamos en “Agregar o quitar programas”.

Bien, aquí tenemos bastante para meter mano, ya que habrá abundante software inútil para lo que nosotros queremos, que es el ámbito gaming. Para empezar, podemos quitar todos aquellos juegos que no utilicemos, con Windows 10 vienen bastantes instalados. Luego también podemos quitar software del fabricante del ordenador (habitual en sobremesas preconfigurados y en portátiles), todo lo que sea del fabricante del PC se puede quitar sin remordimientos. Bajando la lista hasta el final nos encontraremos con software de Xbox, podemos quitarlo sin problemas también. Como en el caso anterior con los procesos, en caso de no atreverte o no estar seguro, puedes dirigirte al foro para que te ayudemos.

También cabe la posibilidad de que en algún juego te sobre potencia para jugarlo y la gráfica se ponga a mil, cosa innecesaria la mayoría de las veces. En este caso, es recomendable que, si sueles jugar a juegos que no requieran de gran potencia gráfica y no tengas problemas para correrlos, limites la potencia de la gráfica para generar menos FPS, lo que reduce el consumo, el calentamiento, la factura y aumenta la vida útil. Para ello puedes echar un ojo a esta otra guía para limitar los FPS de la gráfica.

Ahora vamos a dar prioridad de utilización de recursos al juego que queramos, lo cual es una forma de optimización que ofrece Windows 10. Para ello lo iniciamos y salimos a Windows, hacemos clic en la barra de abajo y le damos, como antes, a “Administrador de Tareas”. Nos dirigimos a la pestaña “Detalles” y ahí buscamos nuestro juego. Es útil ordenar la lista por nombre, clicando en dicha columna. Lo que haremos es hacer clic derecho sobre el juego o aplicación en cuestión, movemos el cursor a “Establecer prioridad”, y seleccionamos “Alta”.

No es recomendable ponerla a tiempo real a no ser que no quieras hacer nada más con el ordenador, ya que esto es poco permisivo y si le damos a tal opción, Windows se lo toma como algo personal y desatiende numerosos procesos necesarios.

Lo siguiente será activar el modo juego en Windows 10, para ello realizamos la búsqueda “Modo de juego” y clicamos sobre “Modo de juego de control para optimizar el equipo para juegos”. Acto seguido, en la ventana resultante le damos a “Configuración de gráficos” y allí elegimos “Aplicación clásica”. Ahora buscamos el archivo ejecutable de nuestro juego o aplicación y lo agregamos, entonces pulsamos sobre él y le damos a “Opciones”, y nos aseguramos de que está seleccionada la tarjeta gráfica dedicada.

Esto es muy útil (y posiblemente necesario) en portátiles. Otra cosa necesaria para portátiles es quitar la limitación del throttling, por el cual se reduce el rendimiento de la CPU, muchas veces por debajo del límite necesario para que no se caliente. Para aumentar la potencia de la CPU en portátiles puedes ir a esta otra guía.

Por último en lo que a configuración esencial se refiere, vamos a configurar que en Windows 10 no se ejecuten aplicaciones en segundo plano, o bien que se ejecuten las que realmente necesitemos y no más. Para ello realizamos la búsqueda “Segundo plano” y seleccionamos “Elegir qué aplicaciones se pueden ejecutar en segundo plano”. En la lista que nos aparecerá podemos bien ir desactivando algunas que no necesitemos o bien desactivar todas, queda a gusto del usuario.

Con esto lo que buscamos es tratar de optimizar Windows sin instalar ningún software adicional, simplemente modificando valores dentro del sistema y optimizando recursos. Si por el contrario quiere instalar algún que otro software, puedes echar un vistazo a esta otra guía para mejorar el rendimiento en juegos, incluso puedes aplicar las dos guías si así lo deseas.

A partir de ahora vamos a entrar en la parte técnica de la guía para mejorar el rendimiento en juegos a base de Optimizar Windows 10. Vamos a proceder a ver qué servicios de Windows podemos desactivar y qué registros podemos modificar para mejorar el rendimiento todavía más.

Los servicios de Windows son complementos, en muchos casos necesarios, para el correcto funcionamiento del ordenador. Sin embargo, con Windows 10 se han añadido numerosos servicios que, si bien tienen su utilidad, no nos sirven absolutamente para nada si lo que nos interesa es jugar. Por lo tanto de cara a optimizar Windows algunos servicios resultan innecesarios. Para abrir la lista de servicios realizamos la búsqueda “Registros” clicando en el icono de Windows, como antes.

La clave está en la columna “Tipo de inicio”. Esta columna marca la forma en la que se inicia el servicio, si es que lo hace. Sin embargo, ordenaremos la lista por nombre para tener un orden lógico. Comenzaremos desactivando el servicio “Administrador de mapas descargados”, hacemos doble clic en él y en “Tipo de inicio” buscamos la opción “Manual”.

De esta manera solo se iniciará el proceso si abrimos una aplicación que lo vaya a usar, en caso contrario quedará desactivado por defecto. El resto lo dejamos a modo de lista, siguiendo el esquema recientemente descrito. Para desactivar servicios de Windows 10 solo hay que seguir los pasos mencionados en con la siguiente lista.

-Cola de impresión: Si no utilizamos impresora no sirve de nada. Desactivar.

-Aplicación auxiliar de NetBIOS sobre TCP/IP: Esto permite a usuarios de la red local compartir archivos entre equipos, por lo que si somos el único equipo de la red o no utilizamos el uso compartido de archivos, lo podemos desactivar tranquilamente. Desactivar.

-Aplicación auxiliar IP: Mejora la conectividad en redes IPv6, cosa que todavía no está en uso extendido. Manual.

-Servicio de sensores: Solo válido para dispositivos que detecten orientación, como tablets y portátiles convertibles, nada gaming. Desactivar.

-Servicio de Panel de escritura a mano y teclado táctil: Nada útil si nuestra pantalla no es táctil. Desactivar.

-Servicio Hacer clic y ejecutar de Microsoft Office: Si no se utilizan aplicaciones relacionadas se puede deshabilitar, pero como son aplicaciones bastante comunes no lo desactivaremos Manual.

-Servicio del Centro de seguridad de Windows Defender: Esto es el antivirus que viene por defecto con Windows, así que si estamos utilizando otro, podemos desactivarlo, en caso contrario lo dejamos en automático. Desactivar/Automático.

-dmwappushsvc: Mantiene cierta recolección de datos por parte de Microsoft. Manual.

-Adquisición de imágenes de Windows (WIA): Solo útil si poseemos escáner o trasferimos imagen desde una cámara conectada al PC. Desactivar.

 

Ahora que hemos desactivado numerosos servicios del sistema que nos permitirán Optimizar Windows 10, el siguiente paso para terminar de mejorar el rendimiento del ordenador en juegos es modificar algunos valores del registro de Windows 10. Esto suele ser más sensible, por eso enunciaremos los servicios que más relevantes y menos útiles sean para nuestros propósitos, con el fin de minimizar posibles errores que surjan a partir de estas modificaciones. Aclarar que, si bien no se corre ningún peligro si se siguen estos pasos, no nos hacemos responsables del posible daño que sufra tu PC por modificaciones que no aparecen en esta lista.

Pulsamos la tecla de Windows y la “R”, escribimos regedit y pulsamos enter. La lista es inmensamente grande, así que hay que buscar con delicadeza. Nuestro primer objetivo se encuentra en la siguiente ruta:

Equipo\HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Microsoft\Windows NT\CurrentVersion\Multimedia\SystemProfile

En ella crearemos un nuevo valor DWORD con el nombre exacto “SystemResponsiveness” y le daremos de valor hexadecimal “00000000” (ocho ceros). En caso de ya tener este valor creado, lo modificamos a este número. Con esto estaremos dando uso al servicio MMCSS que utilizan numerosos juegos mediante el cual se prioriza el uso de CPU y GPU en juegos y streaming.

El siguiente valor a modificar se encuentra en la siguiente ruta, cerca de la anterior:

Equipo\HKEY_LOCAL_MACHINE\SOFTWARE\Microsoft\Windows NT\CurrentVersion\Multimedia\SystemProfile\Tasks\Games

Aquí modificaremos varios valores, en “GPU Priority” lo cambiamos por 8, en “Priority” por un 6 y “Scheduling Category” lo cambiaremos por “High”. Ahora ya hemos redefinido los nuevos valores de estos registros para Optimizar Windows 10 que ofrecen una ligera mejora al aspecto gaming.

Ya terminando, se deben tener los drivers de las tarjetas gráficas al día. Los de AMD los podéis encontrar aquí mientras que los de NVIDIA aquí. No suele suceder que las actualizaciones de drivers empeoran el rendimiento en juegos, así que mejor siempre tenerlos actualizados.

También cabe comentar, antes de acabar esta guía para Optimizar Windows 10 para juegos de PC, que es necesario tener el ordenador en buenas condiciones. De nada sirve hacer esto a un ordenador que está literalmente cubierto de polvo, el problema ahí es la limpieza externa, no interna, por lo que se debería proceder con ambos métodos si fuera necesario.

Por último, hay que tener en cuenta también los programas que se estén ejecutando paralelamente a nuestro juego, programas como Google Chrome o los servicios de Office pueden ralentizar drásticamente nuestro PC, sobre todo en el caso de Chrome, por lo que es recomendable cerrarlos todos antes de ponerse a jugar.