La Xbox Series S cuenta con una unidad SSD interna estándar en formato M.2.

Se ha hablado largo y tendido sobre las unidades SSD que podremos encontrar en la nueva generación de consolas, tanto por parte de Sony como por parte de Microsoft, pero en algo que bajo el punto de vista de la reparabilidad de la consola pone a Microsoft por encima es el hecho que, según se ha podido ver ya en distintos desmontajes de la consola, Microsoft ha montado una unidad SSD M.2. en la placa base de la consola.

Esto es importante, dado que, al tratarse de un elemento de desgaste, el hecho de que la PlayStation 5 cuente con el SSD soldado a la propia placa base -así como la ranura M.2. deshabilitada en el lanzamiento de la consola- es una desventaja respecto al módulo M.2. con el que cuenta la Xbox Series S, el cual podrá ser sustituido cuando eventualmente falle, como ocurre con cualquier unidad de almacenamiento basada en memorias NAND, dado que tienen una vida finita.

De cualquier modo, esto no debería ser un factor que condicione la compra de una u otra consola, pero sí es algo que nos puede permitir montar una unidad de mayor capacidad unos años después, especialmente cuando la garantía haya finalizado, dado que para ello hay que desmontar la consola completamente, tal como podemos ver en el video de Modern Vintage Gamer bajo estas líneas.

De este modo, también se demuestra en cierto modo que la arquitectura Velocity que Microsoft ha utilizado para la nueva generación de consolas Xbox es relativamente agnóstica en cuanto a unidades SSD, pues, por ejemplo, Sony ha hecho uso de incluso una controladora personalizada para obtener mayores velocidades.

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