Placa base Gigabyte Z370 Aorus Ultra Gaming Wifi

La Gigabyte Z370 Aorus Ultra Gaming Wifi es una de las ultimas incorporaciones al catalogo de placas base Z370 de Gigabyte. Es una placa muy intensiva en la integración de componentes adicionales que la convierten en una de las placas base más completas con este chipset por debajo de los 250 Euros. Una autentica maravilla para aquellos que lo quieren todo y lo quieren a un precio razonable.

Entre sus prestaciones mas llamativas tenemos una solución inalámbrica que incluye Wifi-AC y bluetooth completamente integrado. Una solución digna de los mejores sistemas gracias a su configuración MU-MIMO 2x2 que desarrolla hasta 867mbps.

Esta prestación, poco habitual en placas de gran formato como esta, se combina con unos pilares muy solidos a nivel de overclocking, soporte de múltiples gráficas, almacenamiento de alto rendimiento y conectividad de última generación.

Otra placa base Z370 que entra en nuestro laboratorio y por tanto con la misma base en forma del chipset mas capaz de Intel para esta generación de procesadores Coffee Lake de octava generación. Un chipset que compensa las carencias conectivas de estos procesadores de socket LGA1151 y que, dentro de sus limitaciones, es base importante para lograr los buenos rendimientos de estos procesadores, sobre todo los serie ‘K’ a los que ofrece soporte para overclocking.

Los procesadores de socket LGA1151 tienen una cantidad limitada de líneas PCI Express 3.0, al menos menor que sus hermanos con sockets con mayor número de pines de contacto, eso hace que sean algo más dependientes de los chipsets y también hace que estos chipsets sean tanto o más capaces que los de modelos que dan soporte a procesadores más potentes.

Entre estas prestaciones encontramos un buen número de líneas PCI Express, un total de 24, con una comunicación de 4x hacia el procesador mediante un bus DMI de 8GT/s. El soporte de gráfica, que es el elemento que más ancho de banda consume en un PC doméstico, esta soportado por el procesador, así que el chipset tiene una orientación más secundaria, para dar soporte a otra conectividad y, sobre todo, a nuevos elementos de almacenamiento de alta velocidad.

El chipset Z370 tiene una conectividad superior con hasta 14 puertos USB 2.0 y hasta 10 puertos USB 3.0, por desgracia no tiene soporte nativo para velocidades Gen 2 de 10Gbps de forma nativa. Para tener acceso a esta tecnología tendremos que usar algunas de las líneas PCI Express 3.0 que soporta.

Es un chipset con tan solo 6w de consumo, fabricado mediante un proceso de 22nm, que permite una refrigeración completamente pasiva. Tiene también un moderno y potente sistema de almacenamiento, de los mejores que podemos encontrar.

Gigabyte aprovecha las capacidades de este chipset para ofrecer un diverso y potente sistema de almacenamiento donde sus piezas fundamentales son un par de conectores M.2 Socket3 con ancho de banda de 32Gbps gracias a su enlace PCI Express 3.0 de 4x.

Uno de los conectores admite unidades de 110mm y viene de serie con un disipador pasivo por contacto. En el también podemos montar unidades de menor tamaño, tamaños menores como el formato 2280 que admite el segundo slot de la placa. Slot que no viene disipado. Ambos conectores, con el soporte de este chipset, pueden trabajar en modos RAID 0 y 1. También soporta unidades Intel Optane, como las unidades Memory para cache, además de Intel Rapid Start Technology.

A este potente sistema de almacenamiento se le unen los conectores SATA mas clásicos. Estos, como no, soportan SATA 6gbps y son seis, cuatro en disposición lateral y en perpendicular y en otra posición de la placa para ofrecer diversidad de posiciones. Todos soportan modo RAID 0, 1, 5 y 10. Uno de estos conectores comparte enlace SATA con el segundo conector M.2 de la placa, lo que nos facilita la instalación de unidades M.2 SATA sin problemas.

Toda la conectividad de almacenamiento esta proporcionada por el chipset así que Gigabyte no ha tenido que consumir líneas PCI Express adicionales en controladoras añadidas. Esto se hace, en buena medida, para poder mantener las 8 líneas PCI Express que requieren las dos unidades M.2, si es que llegamos a usarlas.

Otras prestaciones, como el soporte de memoria, tienen más que ver con el propio procesador que con la placa, pero Gigabyte también añade algo de su propia cosecha aumentando el soporte de memorias DDR4 hasta los 4000MHz o más. Soporta hasta 64GB de RAM DDR4 en doble canal en sus cuatro bancos de memoria y, como no, perfiles XMP de Intel. 

Hace tan solo unos días probamos una de las placas base más competitivas en precio de Gigabyte, con este mismo chipset la Gigabyte Z370 Aorus Gaming 3 tenia algunas carencias conectivas que no tendremos en este modelo de gama mas alta. Una de esas diferencias es que esta placa si soporta SLI, además de Crossfire, y lo hace con las limitaciones propias de los procesadores que soporta, pero dentro de unos parámetros perfectamente adecuados para que las graficas desarrollen todo su potencial.

Para ello cuenta con dos slots principales con tamaño 16x. El primero si tiene conectividad y electrónica para desarrollar este ancho de banda, pero el segundo esta limitado a 8x. Cuando dos gráficas trabajen en paralelo las dos tendrán un máximo de 8x puesto que este tipo de conectividad tira directamente de las 16 líneas PCI Express que vienen del procesador. Es por tanto la configuración adecuada y eficiente para esta gama, si queremos más ahí tenemos los Core i7 y Core i9 para socket 2066.

Ambos slots principales tienen ya el famoso refuerzo metálico que integra Gigabyte en sus mejores placas y en este modelo se completa con una ristra de leds que los perfilan cuando están encendidos. Tiene doble slot de separación entre ellos, que es la configuración mas adecuada para que las gráficas respiren sin problemas.

Entre estos dos slots principales encontramos los conectores M.2 o conectores PCI Express 1x. Al final de la placa, completando un total de seis conectores para tarjetas de ampliación, tenemos un conector PEG 16x adicional que está limitado a enlaces 4x.

A nivel conectivo esta placa base tiene lo esencial en una unidad moderna. Su conectividad de puertos USB es extensa y esta suministrada por dos controladoras, la integrada en el chipset y puertos USB 3.1 Gen 2 alimentados desde una controladora ASMedia.

En el frontal podemos encontrar un puerto USB-C con el nuevo conector de 19 pines y otro tradicional para conectores dobles de Tipo A. El frontal también tiene acceso a cuatro puertos de tipo USB 2.0. Todos los puertos frontales están soportados por la controladora del chipset Z370 de la placa y están limitados a USB 3.1 Gen1 con hasta 5Gbps de ancho de banda.

En el panel trasero tenemos también una buena configuración de conectores, aunque también alguno que echamos de menos. La placa cuenta con cuatro puertos USB 3.1 Gen1 de tipo A, soportados por el chipset Intel. Se añaden a estos puertos dos conectores USB 2.0 extra, un conector PS2 para teclado y ratón, los conectores de audio habituales y un puerto Ethernet Gigabit firmado por Intel.

La placa también integra una controladora ASMedia que nos ofrece la conectividad USB 3.1 Gen 2 en un puerto USB-C y otro puerto USB tipo A. Ambos desarrollan hasta 10Gbps y comparten un enlace 2x que proporciona hasta 16Gbps de ancho de banda a compartir entre ambos conectores.

También tenemos los dos puertos de antena, para la configuración MIMO 2x2 y un solo puerto para monitor en forma de HDMI 1.4 limitado a 4K a 30Hz. Estas placas soportan mejores opciones y lo normal es ofrecer alguna más para adaptarnos bien a cada situación. Esta es seguramente la única carencia que encontramos a este panel, además de algún botón rápido de reseteo de bios, que siempre viene bien cuando hacemos overclocking.

La Gigabyte Aorus Z370 Ultra Gaming Wifi es una placa sencilla pero bien trabajada y que tiene todos los elementos que buscamos en una buena placa base, aunque con algunas carencias importantes en cuanto a control directo en placa. Tampoco es una placa para overclockers, así que no deberíamos pedirle mucho en este sentido, pero si serian cómodos algunos elementos de los que carece, como botones de encendido y reset en placa o un display POST que no ayude en el debug.

Tiene también un marcado acento en el soporte y la demostración de su capacidad para mostrar todo un abanico de colorido en RGB con múltiples zonas iluminadas como sus slots para gráficas, la división entre PCB audio del resto del PCB, disipador del chipset, slots de memoria RAM y una personalizable en acrílico con marcas que profundizan el color.

La placa cuenta también con controles para sistemas RGB externos además de un potente software que nos permite sincronizar todos estos elementos de iluminación, que puede abarcar también otros componentes como tarjetas gráficas.

Conectores RGB de 12v para sistemas externos de iluminación de hasta 300 leds.

Tiene buena separación entre tarjetas de ampliación y un aspecto limpio y despejado. Es una placa base amigable con todo tipo de sistemas de refrigeración, aunque especializada en sistemas de refrigeración liquida con tomas molex especializadas para este tipo de sistemas.

La disipación es completamente pasiva, con dos zonas de disipación diferenciadas y completamente aisladas. Por un lado, un ligero disipador de aluminio para el chipset, que con sus 6w prácticamente ni lo necesita, y por otro lado en la zona de alimentación el procesador con dos bloques de aluminio independientes.

Esta placa también cuenta con una cubierta de plástico para la zona de conectores, que ofrece un acabado mas uniforme, y combinado bien con los colores negro y gris de todo el PCB.

La alimentación cuenta con 10 fases para el procesador y dos fases para la memoria. Es suficiente para un overclocking moderado, que es el objetivo de esta gama de Gigabyte. Soporta procesadores K con soltura.

No es una placa base que destaque por su diseño innovador, pero tampoco podemos achacarle ningún problema de diseño o disposición. Todo esta donde debe, accesible y adaptado a los chasis mas modernos que es el ecosistema natural para una placa base moderna que monta componentes modernos.

Gigabyte integra en este modelo una tarjeta de red inalámbrica Intel Centrino 8265 con soporte para configuraciones MIMO 2x2 para Wifi-AC de 5GHz con anchos de banda soportados de hasta 867mbps. Este chipset también incluye soporta para Bluetooth 4.2 lo que añade un plus de conectividad inalámbrica a este modelo. Podremos acceder a redes de alta velocidad ya sea por cable o Wifi, ya que se completa la conectividad con un chipset Intel i219-v con capacidad Gigabit.

Gigabyte complementa este buen equipamiento de conectividad de red con el software de priorización de red cFosSpeed. Un programa interesante pero que tampoco hará que nuestra conexión a internet sea más rápida de lo que realmente es.

El sistema de sonido de esta placa está muy cuidado. Gigabyte ha sumado a un buen DSP como es el Realtek ALC1120 una zona aislada del PCB, componentes propios de sistema de audio Hi-Fi y un potente amplificador de auriculares que es capaz de detectar la impedancia de los auriculares que conectemos y que tiene soporte para auriculares con impedancias más propias de unidades de monitorización. 

El amplificador añade autodetección de impedancia y los componentes especializados permiten a este DSP, de gran calidad, desarrollar hasta 120dB SNR de ratio-ruido en reproducción y de hasta 114dBA en grabación. El sistema esta separado del PCB principal y nos permite ahorrarnos dinero y espacio en soluciones dedicadas.

Estos nuevos modelos de Gigabyte integran todos la misma bios, una bios UEFI muy mejorada sobre generaciones anteriores y que nos permite dos modos de uso. Uno sencillo para aquellos que no busquen complicaciones, pero quieran acceso a configuraciones importantes como la gestión de ruido, y luego todo un panel más clásico y avanzado con configuraciones para cada aspecto del sistema.

El control de ventiladores es realmente bueno, con diversos perfiles y modos de funcionamiento, con modo de parada completa.

Este es el panel de control sencillo.

El modo avanzado ofrece un control total del procesador y cualquier otro elemento de la placa y el sistema.

Me gusta especialmente la eficacia de los perfiles de overclocking que tiene la placa para diferentes modelos de procesadores Core de octava generación de Intel. Estos perfiles ayudaran a los menos iniciados a sacar partido de sus procesadores de serie K con un par de clics.

El conjunto de programas de Gigabytes nos permite un control directo de casi todos los aspectos de nuestro ordenador directamente desde Windows. AppCenter nos mantendrá nuestras aplicaciones, bios y drivers actualizados, EasyTune nos permitirá ajustar los parámetros de rendimiento del sistema y otras aplicaciones como System Information Viewer nos dan acceso a monitorización del sistema y también al sistema Smart Fan 5 de Gigabyte que nos facilitara el ajuste de los ventiladores incluyendo un modo de completa parada en los rangos de temperatura que establezcamos.

El gestor de aplicaciones de Gigabyte es de los más eficaces que hay. Tanto ofreciendo todo el catálogo de aplicaciones de que puede disponer el producto, como manteniendo todo actualizado.

Una de las cosas que mas gratamente nos ha sorprendido de esta placa, que por otro lado tampoco ofrece ninguna novedad importante a nivel de prestaciones, componentes u otros elementos, es su buena gestión de overclocking automático con procesadores K.

Ha sacado buen provecho de nuestro procesador Intel Core i7-8700K, con un muy sano overclocking estable de 4.8GHz a voltajes moderados, que además son perfectamente asumibles por un disipador de gama media. Con este comportamiento podemos disfrutar de un gran rendimiento en juegos, que es el objetivo de esta placa base.

Frecuencias elevadas a voltajes completamente normales y asumibles por un sistema de refrigeración de gama media.

Su precio y su integración de elementos como la tarjeta inalámbrica, la convierten en una placa base sencilla pero competitiva que podemos adaptar a diversos entornos. Su tamaño, sin embargo, esta destinada a entornos de cajas muy clásicas y convencionales, convencionales en tamaño, no en diseño.

Su gran soporte RGB y su buen paquete de software, la convierte, como a otras de su misma gama, en una apuesta segura para los que quieren todo, pero no quieren preocuparse de como sacarle partido.