Los Mejores SSD M.2. NVMe y SATA

En este artículo entraremos en profundidad acerca de lo que podemos encontrar dentro del panorama actual en cuanto a unidades SSD se refiere, donde si bien trataremos los tipos de SSD que podemos encontrar habitualmente en el mercado doméstico, nos centraremos principalmente en el factor de forma M.2.

Existen distintos factores de forma disponibles a día de hoy para las unidades SSD domésticas, y si bien en el mercado de servidores podemos encontrar algunos formatos exóticos como el EDSFF E1.L, el cual puede medir alrededor de 12 pulgadas de largo (30 centímetros) y puede alcanzar capacidades de 30.72TB por unidad con la tecnología actual.

De todos modos, las unidades más habituales llegan en los siguientes factores de forma:

  • Unidad estándar de 2.5 pulgadas
  • Unidad M.2.
  • Unidad PCI-Express Add-In Card

Si bien anteriormente hemos mencionado tres factores de forma que solemos encontrar en equipos domésticos, realmente son dos los que han proliferado en millones de equipos de sobremesa y portátiles debido a su compacto tamaño y gran rendimiento, y estos son los SSD de 2.5 pulgadas y los SSD M.2.

Si bien estas unidades pueden ser esencialmente lo mismo en cuanto a electrónica se refiere, la diferencia principal la encontramos en la forma y tamaño del SSD, y es que los SSD de 2.5 pulgadas están diseñados principalmente para ser un reemplazo directo de un disco duro tradicional de 2.5”, los cuales podemos encontrar en ordenadores portátiles, pero también en racks de almacenamiento en servidores.

Por su parte, las unidades M.2. pueden ser mucho más compactas, además de ser más finas, más ligeras, y de no necesitar absolutamente ningún cable sea cual sea la plataforma en la que instalemos uno, algo que hace de su instalación un proceso mucho más rápido y que tan solo requiere de la colocación del SSD en su respectiva ranura y el ajuste de un tornillo.

Contrario a la creencia popular, tanto las unidades de 2.5 pulgadas como las unidades M.2. pueden aceptar distintos protocolos de comunicación, pues si bien es habitual encontrar unidades SATA o PCI Express en formato M.2., existen otros tipos de conexión que también se pueden aplicar a los SSD de 2.5 pulgadas, como serían U.2. (PCI-Express NVMe) o SAS, aunque es raro encontrarlos en unidades domésticas.

La decisión de si montamos un SSD SATA o NVMe se resume a razones de rendimiento y compatibilidad. Las unidades SSD SATA M.2., pese a no necesitar cableado externo, se comportarán exactamente igual que si se tratase de una unidad SSD de 2.5 pulgadas conectada mediante SATA, por lo que las velocidades serán las mismas y, por ende, su rendimiento será indistinguible de uno con unas dimensiones superiores.

Por otro lado, las unidades NVMe utilizan el bus de conexión PCI Express, generalmente en su versión 3.0, pero gracias al lanzamiento de la plataforma X570 ya hemos podido comenzar a ver unidades utilizar la nueva versión PCI Express 4.0, la cual proporciona un rendimiento incluso mayor.

Las unidades NVMe proporcionan un rendimiento mucho mayor a costa de un consumo ligeramente mayor y una disipación térmica elevada respecto a sus contrapartes con conectividad SATA, por lo que no es raro ver que estos modelos cuenten con disipadores de fábrica, sobre todo en las versiones que funcionan sobre PCI Express 4.0, las cuales alcanzan velocidades superiores a los 5000MB/s y alcanzan temperaturas superiores debido a la nueva conectividad.

Asimismo, la compatibilidad de dichas unidades a velocidad máxima es menor, dado que, a día de hoy, solo dos chipsets son capaces de hacer funcionar estas unidades a máximo rendimiento, a diferencia de las múltiples plataformas capaces de sacarle partido a un SSD NVMe Gen 3, ya sea en equipos de escritorio o en equipos portátiles.

Si hay un tema que se ha hablado hasta la saciedad y que preocupa a muchos usuarios es la durabilidad que se puede conseguir de una unidad SSD. Esto generalmente se ve acentuado por la importancia que le dan los fabricantes a los TB que se pueden escribir en una unidad concreta para llegar a su vida media, y si bien es un indicativo de lo que debería durar dicha unidad, lo cierto es que su vida útil multiplica este valor varias veces y generalmente nos permitirá aprovechar nuestro SSD para futuras actualizaciones del sistema, si es que no se ha quedado obsoleto por tamaño.

En 2015 hicimos una prueba que necesitó de 86 días en total para escribir la friolera de 826TB en la unidad hasta que su controladora interna dejó de funcionar, algo que para unidad que prometía una durabilidad de 72TBW, no está nada mal al hacer cálculos del uso real que un usuario doméstico haga de su equipo, por muy intensivo que sea.

Estas preocupaciones siempre aparecen con el anuncio de un nuevo tipo de memorias para SSD, y realmente no es de extrañar, dado que generalmente con cada aumento en densidad de almacenamiento en una celda NAND, se reduce la durabilidad como consecuencia, aunque sigue estando por encima de lo que unidades como la OCZ ARC 100 prometían y, en nuestro caso, demostró ser capaz de aguantar.

Existen cuatro tipos primordiales de memorias NAND comercialmente disponibles, además de algún que otro tipo en desarrollo, y de las cuales se derivan las distintas tecnologías de cada marca o según el tipo de fabricación que se utilice, como sería la 3D NAND. De todos modos, los tipos de memoria son los siguientes:

  • SLC: Las primeras unidades SSD, con pequeñas capacidades, pero con altas velocidades, contaban con memorias SLC que solo podían almacenar un bit por celda. Estas memorias son actualmente las que mayores tasas de rendimiento y durabilidad pueden alcanzar, pero su prohibitivo coste las ha dejado relegadas a métodos de caché o en unidades empresariales.

 

  • MLC: Estas memorias aparecieron un tiempo después de las SLC y permitieron acercar las unidades SSD a los usuarios domésticos rebajando los precios, eso sí, a costa de cierta durabilidad en estas memorias, las cuales pueden almacenar dos bits por celda y, por ende, permitieron la fabricación de unidades SSD de mayor capacidad.

 

  • TLC: La mayoría de unidades SSD económicas las podremos encontrar con estas memorias en su interior. Con una capacidad de tres bits por celda, costes de fabricación reducidos y una demostrable madurez, estas memorias han permitido que la mayoría de equipos de escritorio puedan contar con una unidad SSD para acelerar el rendimiento sin constituir un gran gasto a la hora de construir el equipo.

 

  • QLC: La última generación de memorias para unidades SSD sacrifica de nuevo una parte de su durabilidad para dar cabida a hasta 4 bits por celda. Esto implica nuevos desafíos, pues la controladora de almacenamiento debe distinguir entre 16 voltajes distintos a la hora de leer y escribir datos, pero supone otra reducción en los costes de las unidades SSD de última hornada.

Existen varios fabricantes de memorias NAND actualmente, entre los cuales encontramos a Intel, Kioxia (antiguamente Toshiba Memory), Western Digital, Samsung, SK Hynix o Micron, quienes suministran a los fabricantes de unidades SSD que bien pueden ser ellos mismos en algunos casos, o bien marcas de terceros que adquieren algunas memorias de fabricantes específicos.

En este caso, podemos encontrar distintas formas de denominar tecnologías parecidas, y es que si bien la práctica totalidad de las memorias NAND que podemos ver hoy en día en unidades SSD es 3D NAND, cada fabricante utiliza su fórmula bajo un nombre fácilmente reconocible que acompaña a sus memorias.

En el caso de Kioxia, antiguamente llamada Toshiba Memory, encontramos las memorias BiCS FLASH, las cuales son la implementación particular de la compañía de la 3D NAND y que en especial, fueron las primeras memorias 3D NAND que se podían encontrar en el mercado, provocando una gran revolución en la industria.

Por su parte, otra de las tecnologías que podemos encontrar en forma de nombre reconocible son las v-NAND de Samsung, las cuales cuentan con varias ventajas en comparación con la 2D NAND, y es que, mediante un proceso de apilamiento vertical, se obtiene una mayor densidad de almacenamiento, menor coste de producción, así como menores consumos de energía a altas velocidades, algo que les confiere una durabilidad unas 10 veces mayor a las memorias NAND tradicionales.

A efectos de aplicar lo que hemos explicado hasta ahora, los mejores SSD se van a separar en cuatro categorías por motivos obvios, y es que, si bien podemos encontrar, por ejemplo, modelos que han sido los reyes indiscutibles de la categoría de unidades NVMe Gen3, prácticamente cualquier unidad NVMe Gen 4 disponible a día de hoy puede superar su rendimiento sin apenas esfuerzo, algo que sería injusto de cara a su clasificación.

Por ello, las categorías elegidas serán las siguientes:

  • SSD 2.5 pulgadas SATA
  • SSD M.2. SATA
  • SSD M.2. NVMe Gen 3
  • SSD M.2. NVMe Gen 4

Las mejores unidades SSD SATA de 2.5 pulgadas

En este mercado, las métricas de rendimiento están extremadamente solapadas entre si, principalmente por las limitaciones que el bus de comunicación SATA trae consigo. Por ello, la mayoría de unidades SSD con este formato se encuentran con velocidades de entre 520 y 560MB/s, pero esta no es la única especificación importante.

En el escalón más alto encontramos el Samsung 860 Pro 4TB, una impresionante unidad SSD que hace uso de un factor de forma de 2.5 pulgadas y que nos permitirá la máxima compatibilidad posible, dado que podremos instalarlo tanto en ordenadores de sobremesa como en portátiles, All-in-One, NUCs, y en definitiva, prácticamente cualquier dispositivo que acepte la instalación de una unidad SSD SATA de esta capacidad.

Asimismo encontramos memorias MLC V-NAND en su interior, algo que le proporciona hasta 100.000IOPS de lectura aleatoria, hasta 90000IOPS de escritura aleatoria, y una durabilidad de 4800TB de escritura, algo que acompañado de sus 5 años de garantía y una caché DDR4 de 4GB nos trae el merecedor de este puesto, eso sí, a unos precios escalofriantes que nos hacen pensar, tras analizar toda la información, si realmente necesitamos el mejor SSD del mercado.

En la web oficial de Samsung, el modelo de 250GB ya empieza a un precio de 131.99 euros, y aumentar la capacidad suma varios enteros al precio, colocando el modelo de 500GB a un precio de 219.99 euros y el de 1TB a 435 euros, de forma que pasando por los 860 euros del modelo de 2TB llegamos a la escalofriante cifra de 1709.98 euros del modelo de 4TB. Eso sí, es posible encontrarlos en otras tiendas a un precio más asequible, dado que ya han pasado casi dos años desde su lanzamiento.

Si nos colocamos en una perspectiva más consciente con un presupuesto ajustado, existen multitud de alternativas en el mercado que nos pueden hacer dudar, aunque no es difícil encontrar opciones como el GoodRam IRDM Pro Gen2, un modelo más asequible que, pese a utilizar memorias TLC, se postula como un serio rival incluso para el anteriormente mencionado Samsung 860 Pro.

Esta unidad de GoodRam cuenta con 5 años de garantía y una durabilidad de hasta 1700TBW para el modelo más grande, o 220TBW para el modelo de 256GB, que permitirá a usuarios domésticos y PYMES respirar tranquilos ante la integridad de sus datos en cuanto a la dependencia que podemos tener sobre estas unidades. Asimismo, con capacidades de hasta 2TB, podremos confiar en que ya sean equipos de sobremesa con espacio para dos o más unidades de disco, o en un portátil donde podemos encontrarnos con tan solo una bahía de almacenamiento, siempre podremos contar con una capacidad correcta para la mayoría de los usos.

Finalmente, para los usuarios más conscientes con el presupuesto, donde hay que aprovechar cada euro al máximo, los Toshiba TR200 llegan al rescate con modelos de entre 240 y 960GB, pero que, por precios inferiores a los 35 euros, podremos hacernos con una unidad de 240GB que será más que suficiente para la mayoría de los usuarios que hagan uso de un SSD.

En este caso vemos como el recorte en precio pasa factura, y es que, si bien no se trata de un SSD de mala calidad, su durabilidad se ve recortada hasta unos teóricos 240TBW para el modelo de 960GB, mientras que el segundo modelo más modesto de la gama, el de 240GB, se queda en unos modestos 60TBW que quedan claramente por detrás de modelos más caros, pero que nos seguirá dando varios años de funcionamiento junto a 3 años de garantía por parte del fabricante.

Eso si, sus velocidades siguen sin tener mucho que envidiar a otros modelos, y es que con 555MB/s de lectura y 540MB/s de escritura, podremos disfrutar enteramente de un rendimiento mejorado en cualquier circunstancia.

Modelo

Lectura secuencial

Escritura secuencial

Lectura aleatoria

Escritura aleatoria

Garantía

Capacidad

Samsung 860 Pro

560MB/s

530MB/s

100.000IOPS

90.000IOPS

5 años o hasta 4800TBW

250GB-4TB

GoodRam IRDM Pro Gen2

555MB/s

535MB/s

97.000IOPS

95.000IOPS

5 años o hasta 1700TBW

256GB-2TB

Toshiba TR200

555MB/s

540MB/s

82.000IOPS

88.000IOPS

3 años o hasta 240TBW

240GB-960GB

 

 

Las mejores unidades SSD SATA M.2.

Del mismo modo que hemos echado un vistazo a las unidades SSD SATA en formato de 2.5 pulgadas, haremos lo propio con los modelos SATA con factor de forma M.2., modelos que si bien generalmente proporcionan el mismo rendimiento que los anteriores, ocupan menos espacio al no requerir la retrocompatibilidad con los discos duros anteriormente mencionados y por tanto pueden ser montados en equipos con mayores restricciones de espacio como serían portátiles con un slot M.2. o en MiniPC como serían los Intel NUC u otros equivalentes.

Siguiendo con la tendencia anterior, Samsung se coloca como líder de esta categoría con el Samsung 860 EVO, una unidad M.2. con capacidades de entre 256GB y 2TB que nos proporciona cifras de durabilidad que no tienen nada que envidiar a otros SSD con memorias MLC y que, con un excepcional rendimiento, nos proporcionarán el mayor rendimiento posible con las limitaciones que el bus SATA nos obliga a acatar.

97.000IOPS de lectura y 88.000IOPS de escritura junto a hasta 550MB/s de velocidad secuencial y hasta 1200TBW de durabilidad respaldados por 5 años de garantía son las especificaciones generales que nos proporciona el Samsung 860 EVO en formato M.2. SATA, aunque de nuevo, igual que su hermano en formato SATA 2.5 pulgadas, los precios a los que nos enfrentamos son bastante superiores a lo que podemos encontrar en su competencia, pero nos aseguramos de comprar el mejor SSD SATA M.2. que podemos encontrar en el mercado doméstico, sin entrar a componentes de grado servidor.

Si buscamos una unidad más económica pero que vaya a durar muchos años con nosotros y nos siga proporcionando un rendimiento más que correcto en cualquier situación, podemos acercarnos a marcas como lo son Kingston o Western Digital, donde entre su oferta podemos encontrar unidades como las Kingston A400 y las Western Digital Blue, ambas orientadas al mercado generalista con un rendimiento adecuado a la mayoría de equipos domésticos y prácticamente las mismas características que sus contrapartes en el factor de forma de 2.5 pulgadas.

El Kingston A400 se puede encontrar con capacidades de 128 y 256GB, mientras que el Western Digital Blue parte de los 256GB para alcanzar capacidades de hasta 2TB, algo que le permite mostrar también una durabilidad superior, una característica innata de los modelos con mayor capacidad de almacenamiento debido a la presencia de un mayor número de celdas NAND.

Por estas características, el modelo de Western Digital se colocaría como la opción superior, sobre todo si necesitamos de más capacidad de la que nos puede ofrecer el modelo de Kingston, pero esto no hace que el A400 sea una mala unidad SSD en la que confiar pese a un rendimiento inferior a su competencia.

Modelo

Lectura secuencial

Escritura secuencial

Lectura aleatoria

Escritura aleatoria

Garantía

Capacidad

Samsung 860 EVO

550MB/s

530MB/s

97.000IOPS

88.000IOPS

5 años o hasta 1200TBW

256GB-2TB

Western Digital Blue

560MB/s

530MB/s

100.000IOPS

97.000IOPS

5 años o hasta 600TBW

250GB-2TB

Kingston A400

500MB/s

350MB/s

79.000IOPS

50.000IOPS

3 años o hasta 600TBW

120GB-240GB

 

Las mejores unidades M.2. NVMe Gen3

Si se trata de buscar una unidad de alto rendimiento, la vía por defecto es la de las unidades NVMe, aunque por simple organización a la hora de crear esta comparativa, vamos a separar las unidades NVMe Gen3 de las NVMe Gen4 por la misma razón por la que separamos las unidades SATA de las NVMe, y es que el bus de comunicación crea un cuello de botella que hace que la mejor unidad Gen3 quede por detrás de una unidad de gama de entrada Gen4.

Repitiendo por tercera vez, encontramos a Samsung con su 970 PRO, una unidad SSD con memorias 2-bit MLC que la ha colocado durante mucho en lo más alto dentro de los SSD de alto rendimiento, también gracias a la durabilidad y velocidad que proporciona el uso de dicha NAND MLC sobre las TLC más económicas.

En este caso, las cifras hablan por si solas, y es que el Samsung 970 PRO se encuentra con capacidades de hasta 2TB a una velocidad de hasta 3500MB/s de lectura secuencial y hasta 2300MB/s de escritura secuencial sostenida, con cifras de lectura aleatoria de hasta 370.000IOPS y 500.000IOPS de escritura aleatoria, todo ello respaldado por una garantía de 5 años que cubre un uso de hasta 1200TBW sin problemas. De nuevo, una unidad de alto rendimiento que llega con un precio acorde, y que, si bien ha sido superada con creces por unidades NVMe Gen4, esta es la opción más potente para hardware doméstico a la que pueden optar la mayoría de usuarios a día de hoy, dado que solo los procesadores AMD Ryzen de tercera generación soportan PCI Express 4.0, sin plataformas Intel que lo hagan por su parte.

Obviamente no todos queremos lo mejor que el dinero comprar, y aquí es donde entrar competidores que aún no hemos visto en esta guía como sería Intel, quienes con sus unidades de la serie 660p han conseguido lanzar al mercado unidades NVMe de hasta 2TB de capacidad sin crear un enorme agujero en nuestra cuenta corriente, todo ello gracias a las memorias QLC NAND.

Su durabilidad, pese al uso de estas memorias QLC, se establece en 100TBW para el modelo de 512GB, algo que asciende hasta los 400TBW en el modelo de 2TB, asegurándonos que en ningún momento de los 5 años de garantía de esta unidad vamos a tener ningún problema relacionado con el desgaste de la unidad, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una unidad destinada al mercado doméstico.

Unas velocidades secuenciales de 1800MB/s tanto para lectura como para escritura, así como un rendimiento de 220.000IOPS en transacciones aleatorias tanto de lectura como de escritura, nos dejan con una unidad polivalente que podremos encontrar en una variedad de tamaños suficiente para conseguir una gran versatilidad a la hora de adquirir cualquiera de los modelos de la gama.

Más adelante encontramos el Crucial P1, una unidad capaz de alcanzar la cifra de los 2000MB/s de lectura secuencial y de 1700MB/s de escritura secuencial y que con un rendimiento de 170.000IOPS en lectura aleatoria y 240.000IOPS en escritura aleatoria nos permitirá un acceso rápido a cuales quieran que sean los datos que introduzcamos en su interior, porque ahora más que nunca, las unidades SSD están alcanzando precios que nos permiten utilizarlas en aplicaciones distintas a las de simplemente instalar el sistema operativo y algunos programas en una unidad pequeña, e incluso tener una unidad SSD dedicada para juegos es factible.

En este caso el apartado de versatilidad se queda atrás debido a que solo contamos con unidades de 500GB y 1TB de capacidad además de una durabilidad reducida, por lo que, si bien sobre el papel en algunas aplicaciones debería quedar por encima del Intel 660p, finalmente lo colocamos por debajo de éste.

Por ultimo, pero no menos importante, encontramos el que sería el modelo con mejor relación calidad-precio de esta categoría, y es que el OCZ RC500, salido de su compañía madre Kioxia, ha pasado recientemente por nuestro laboratorio para su review, y ha salido con un premio por parte de nuestro editor en cuanto a la ya mencionada relación calidad-precio de este SSD.

Entre sus características encontramos capacidades de 250 y 500GB, existiendo el segundo a un ajustado precio de 69.90 euros, así como unas velocidades de 1700MB/s de lectura y 1600MB/s de escritura en modo secuencial y unas velocidades de transacción aleatoria de 290.000IOPS de lectura y 390.000IOPS de escritura, convirtiéndose así en una unidad extremadamente solvente para su precio.

Para terminar de adornar esta unidad, una durabilidad de 200TBW para sus memorias NAND TLC y 5 años de garantía nos aseguran que nos encontramos ante una unidad de calidad, pese a que los usuarios que no estén al tanto del cambio de nombre de Toshiba a Kioxia puedan pensar que se trate de una unidad de una marca extraña o de baja calidad.

Modelo

Lectura secuencial

Escritura secuencial

Lectura aleatoria

Escritura aleatoria

Garantía

Capacidad

Samsung 970 PRO

3500MB/s

2300MB/s

370.000IOPS

500.000IOPS

5 años o hasta 1200TBW

512GB-2TB

Intel 660p Series

1800MB/s

1800MB/s

220.000IOPS

220.000IOPS

5 años o hasta 400TBW

512GB-2TB

Crucial P1

2000MB/s

1700MB/s

170.000IOPS

240.000IOPS

5 años o hasta 200TBW

120GB-240GB

Kioxia OCZ RC500 NVMe

1700MB/s

1600MB/s

290.000IOPS

390.000IOPS

5 años o hasta 200TBW

250GB-500GB


Las mejores unidades M.2. NVMe Gen4 

Finalmente llegamos a las que serían las unidades NVMe más rápidas que existen a día de hoy y que, por circunstancias del desarrollo de hardware entre las dos principales marcas de procesadores del mercado, solo pueden utilizarse en su máximo potencial con procesadores como el AMD Ryzen 9 3950X, un procesador que cuenta con una arquitectura Zen 2 en su interior que posibilita el uso de dispositivos conectados por PCI Express 4.0.

Las unidades que principalmente destacan en este apartado son las AORUS NVMe Gen4 SSD y las Corsair MP600, dos unidades NVMe Gen 4 que hacen uso de la controladora Phison PS5016-E16 y que a su vez llegan con sistemas de disipación sobredimensionados para aguantar la carga extra que supone este nuevo nivel de potencia.

Por un lado, el modelo fabricado por Aorus cuenta con un disipador completamente fabricado en cobre expuesto que esconde hasta 2TB de memoria NAND funcionando a velocidades superiores a los 5500MB/s, como pudimos ver en las pruebas en nuestro laboratorio. Asimismo su rendimiento aleatorio es excepcional, con velocidades de unos 730.000IOPS en lectura y unos 710.000IOPS en escritura, algo que deja atrás incluso a unidades de muy alto rendimiento como la anteriormente mencionada Samsung 970 EVO.

Por su parte, el Corsair MP600 es capaz de alcanzar de forma oficial velocidades de hasta 4950MB/s en lectura y hasta 4250MB/s en escritura, con unos valores de transferencia aleatoria de hasta 680.000 IOPS en lectura y hasta 600.000 IOPS en escritura. Estos valores son ligeramente inferiores a los que podemos encontrar en la unidad de AORUS, pero eso no la convierte en una unidad mala, algo de lo que hablan perfectamente sus 3600TBW de durabilidad en el modelo de 2TB.

Modelo

Lectura secuencial

Escritura secuencial

Lectura aleatoria

Escritura aleatoria

Garantía

Capacidad

AORUS NVMe Gen4 SSD

5500MB/s

4200MB/s

730.000IOPS

710.000IOPS

5 años o hasta 3600TBW

500GB-2TB

Corsair MP600

4950MB/s

4250MB/s

680.000IOPS

600.000IOPS

5 años o hasta 3600TBW

512GB-2TB

Como ya hemos mencionado anteriormente, existen otros formatos en los que podemos encontrar unidades SSD, e incluso podemos adquirir tarjetas adaptadoras que nos permitan multiplicar el rendimiento de nuestro almacenamiento montando múltiples unidades como sería la AORUS AIC Gen4, una tarjeta de largo completo con un slot PCI Express Gen 4 x16 que nos permitirá alcanzar velocidades de más de 15GB/s como ya pudimos ver en su presentación.

Del mismo modo, el entorno empresarial es un mundo aparte en cuanto a hardware, y las unidades SSD no son ningunas extrañas en esto debido a unidades como las Samsung PM1733, unas impresionantes unidades SSD con velocidades de hasta 8GB/s secuenciales y 1.500.000 IOPS de rendimiento aleatorio empaquetado con capacidades de hasta 30.72TB que barren por completo todo lo que podemos encontrar en el panorama doméstico y que podemos adquirir en formato de tarjeta Half-Height Full-Length o en formato U.2., según las necesidades de nuestra estación de trabajo o servidor

La última palabra siempre la tiene el usuario, y un equipo siempre se va a ver beneficiado si se montan las unidades más rápidas y potentes que se pueda. De todos modos, no siempre vamos a obtener una ventaja real montando el mejor SSD del mercado en nuestro sistema cuando nos podemos ahorrar un buen montante y aun así tener un rendimiento muy parecido.

Es por ello que, si bien hemos mencionado los mejores SSD que podemos comprar con nuestro dinero, en muchas ocasiones podemos relegar nuestros datos a unidades más lentas y económicas y reservar las aplicaciones más intensivas a las unidades más rápidas, donde el número de dispositivos que podemos montar suele ser menor.

Por ejemplo, si bien se recomienda una unidad rápida para el sistema operativo y los programas que utilicemos más a menudo, también es cierto que una buena parte de los programas y juegos a los que accedemos no tan a menudo, o que simplemente ocuparían demasiado espacio en una unidad pequeña, pueden ser trasladados o bien a un disco duro, o bien a una unidad SSD SATA de menor coste, especialmente con programas y juegos, ocurre que algunos datos son leídos repetidamente una y otra vez, pero se mantienen invariables en el tiempo excepto por alteraciones puntuales como actualizaciones.

En estos casos, incluso una unidad SSD más económica con una durabilidad menor también puede servirnos, dado que si de por si todas las unidades SSD que podemos encontrar en el mercado podrán aguantar el uso diario de un equipo doméstico, la particular carga de trabajo con la que se va a encontrar un SSD destinado a almacenar juegos y aplicaciones de forma casi exclusiva hace que este dato pierda importancia.

Del mismo modo, una unidad Gen4 puede ser igual o más efectiva que las actuales unidades Intel Optane a la hora de desempeñar esta función concreta, dado que por ahora no existen unidades Intel Optane más potentes que las existentes basadas en una conectividad Gen3, por lo que, si tenemos un gran espacio de almacenamiento basado en discos duros, podemos acelerarlo con una de estas unidades de forma más efectiva que incluso con una unidad Optane.