Un bug en Windows Defender estaría reduciendo el rendimiento en procesadores Intel

Parece ser que un bug en Windows Defender, presente tanto en Windows 10 como en Windows 11, está provocando un uso extraño de los procesadores Intel, provocando una caída en el rendimiento del sistema de hasta un 6 por ciento. Las razones por las que este bug han aparecido no están claras, pero es de esperar que Microsoft se haga cargo pronto.

Según leemos en PCGamer, el bug provoca que Windows Defender utilice los siete contadores de rendimiento por hardware de los que el procesador dispone de forma aleatoria, algo que no sería un problema en condiciones normales, pero que reduce el rendimiento al cambiar el modo de funcionamiento por defecto de dichos contadores.

En el caso del Intel Core i9-10850K, la caída de rendimiento es del 6%, pero como esto afecta a todos los procesadores Intel desde 2008, esta cifra puede variar en gran medida dependiendo de nuestro procesador, por lo que no queda claro el alcance máximo que esto puede tener. Los procesadores AMD no se encuentran afectados por este bug.

Por ahora, la única solución temporal que existe es la de deshabilitar Windows Defender, así que lógicamente lo más seguro es quedarnos con la pérdida de rendimiento hasta que aparezca un parche que lo solucione.

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