Ozone DSP27 IPS Review

Por nuestro laboratorio ya ha pasado algún que otro monitor de Ozone, como por ejemplo el ozone DSP24 y su versión renovada DSP24 Pro, en ambos casos monitores económicos basados en un panel TN de 24" FullHD con 144 Hz y funciones gaming. Ahora os presentamos la review del Ozone DSP27 IPS, un modelo que va un paso más allá implementando un panel de 27 pulgadas de tipo IPS con resolución Quad HD (2.560 x 1.440) píxeles, que promete una cobertura de color del 96% del DCI-P3, además de 144Hz, FreeSync/G-sync, soporte para HDR real y un diseño con iluminación RGB y proyector inferior del logo.

Todo ello sin perder de vista un precio bastante ajustado de 349,99 euros. Veamos que nos ofrece.

Características técnicas del Ozone DSP27 IPS

  • Panel IPS
  • 1 ms MPRT
  • Resolución Quad HD (2.560 x 1.440) 16:9
  • Frecuencia de actualización 144 Hz
  • Brillo típico de 350 cd/m² 
  • HDR
  • FreeSync/G-Sync
  • Ángulos de visión 178º(H) y 178º(V)
  • Contraste nativo de 1000:1
  • Cobertura del 100% de SRGB y 96 % DCI-P3.
  • Entradas de vídeo:
    • 1 x DisplayPort 1.2
    • 2 x HDMI (2.0 y 1.4)
  • USB de carga
  • Salida de auriculares minijack 3,5mm
  • Fuente externa de 60W (Consumo < 30W)
  • 615 x 447 x 23.7 mm
  • Peso de 5,1 kg
  • Precio: 349,99 Euros

El Ozone DSP27 IPS se sustenta sobre una peana metálica con base de tres patas bastante ligera, a su vez, esa base se ajusta a la columna central que se fija de manera automática con unas pestañas a la pantalla.

El sistema de pestañas no requiere de ningún tornillo, por lo que se facilita el montaje en esa parte. Incomprensiblemente, para colocar esta columna a la base hay que atornillarla con un tornillo convencional, por lo que necesitamos un destornillador. Haber colocado un tornillo manual, o incluso dejar fijada la base a la columna principal hubiera sido un acierto de cara a la comodidad del montaje.

Las cuatro pestañas metálicas se colocan en la parte trasera, donde va también el soporte para sistemas VESA atornillados.

Se fija mediante unas pestañas de plástico con unos acabados no demasiado buenos, similares al mecanismo que cuenta con un botón para liberarlos, que no llega a ir fino del todo y se atasca al intentar retirar la columna de la pantalla.

Una vez fijado, el acabado no es del todo uniforme y en las esquinas queda ligeramente salido hacia fuera el plástico de la tapa de la columna que sujeta la pantalla.

Toda la carcasa trasera es de plástico bastante básico, está claro que Ozone ha preferido ahorrar costes en este aspecto para centrarse en el panel que, como ya os vamos adelantando, es de bastante mayor calidad que esta zona.

Aun así, el diseño trasero es bastante resultón, con unas formas con ángulos agresivos y relieves en los  laterales, donde podemos encontrar dos zonas con iluminación RGB.

En la misma parte trasera tenemos seis botones, uno de ellos para el apagado, otro para la iluminación, y los 4 restantes sirven para controlar el OSD. Cada uno tiene grabada la función, aunque al estar en la parte trasera no se suele mirar para ellos. Hubiera sido más sencillo un único botón-joystick, sobre todo a la hora de manejar el OSD.

En cuanto a conectividad, tenemos dos puertos HDMI y un DisplayPort, además, tenemos una salida de audio, la entrada de 12V de la fuente externa, y un USB para carga y actualización de firmware, ya que no hay manera de transferir datos entre el PC y este USB, es decir, no funciona como HUB.

Delante de la peana podemos ver un pequeño saliente que se corresponde con la luz LED que proyecta el logo de Ozone en la mesa.

 

Es una idea que ya hemos visto en otros fabricantes pero que en este caso está bastante mal implementada, ya que la proyección no está bien enfocada y no muestra un logo definido, sino un manchurrón en la superficie.

Dependiendo del color, se puede ver el icono con mayor o menor calidad, o con desdoblamiento de colores.

Este LED de proyección se sincroniza con las dos tiras traseras, pudiendo elegir entre ir cambiando de color progresivamente, o seleccionar colores concretos con el botón superior trasero, de tal forma que hace un efecto de respiración.

Pasando ahora a la zona frontal, el Ozone DSP27 IPS ofrece un diseño sin marcos externos fijos, más allá de la base donde está el logo de Ozone y el mini proyector LED.

 

Si bien los marcos físicos externos son muy finos, los marcos reales del panel son algo más gruesos, aunque no excesivamente, y se integran en el propio panel.

Como ya hemos visto, el Ozone DSP27 IPS utiliza un sistema de 4 botones situados en la parte trasera para gestionar su configuración a través del OSD. Un sistema bastante más engorroso y propenso a equivocaciones que el que encontramos en muchos monitores actuales que se decantan por un pequeño joystick.

El OSD del Ozone DSP27 IPS es bastante completo, tiene un tamaño generoso y se ve con claridad en la pantalla, por lo que podremos encontrar las opciones rápidamente. El primer menú que aparece es el que permite cambiar manualmente entre las tres entradas de vídeo, displayPort, HDMI1 o HDMI2.

Tenemos un menú dedicado al brillo, contraste y al DCR, un sistema dinámico que va variando el contraste a través de variaciones en la retroiluminación. Todos estos valores se bloquean en caso de activar el HDR.

En Ajustes de color podemos definir el gamma base, escoger entre distintos modos de imagen, definir la temperatura de color en modos predefinidos o cambiando los valores de los colores RGB (rojo, verde, azul) manualmente. También es posible variar la intensidad de color o saturación, además de activar el modo de filtrado de luz azul, algo útil si utilizamos el monitor de noche antes de dormir.

En Ajustes de pantalla es posible cambiar la relación de aspecto y el modo de pantalla completa, mientras que en Ajustes de Audio tenemos el control de volumen y la posibilidad de silenciar la salida de audio.

 

El OSD es configurable en idioma, posición, transparencia o incluso en el tiempo que permanece activo. En caso de que fijemos la pantalla de lado o invertida, usando un soporte VESA, ya que la pena de serie apenas permite ajustes, podremos cambiar la orientación del OSD en pasos de 45 grados.

Finalmente, en Otros ajustes, es posible activar el modo HDR, el Adaptive Sync (FreeSync y G-Sync), actualizar el firmware o activar el modo MPRT, que ajusta la frecuencia de la retroiluminación para conseguir tiempos de respuesta prácticos más rápidos.

El Ozone DSP27 IPS incluye también la posibilidad de colocar puntos de mira predefinidos (a escoger color y entre algunos modelos) para juegos FPS.

Al contrario que sus hermanos pequeños, los DSP24 y DSP24Pro, el DSP27 IPS sí que soporta HDR real. Si hacemos memoria, el DSP24 no soportaba directamente esos modos, y el DSP24Pro introducía un "modo HDR" que aplicaba unos valores de imagen más saturados, pero no permitía el contenido HDR como tal.

En este DSP27 IPS el soporte para HDR es completo y podemos activarlo directamente en Windows.

No ofrece retroiluminación multi zona FALD, por lo que la experiencia no será parecida a los monitores de gama más alta (mucho más caros) con 300 o más zonas independientes, pero sí que es capaz de reproducir contenidos HDR y, como veremos en las pruebas del panel, superando picos de brillo bastante por encima de los 350 cd/m² anunciados.

Otra de las características extra de este monitor son sus 144 Hz de frecuencia de actualización. Los 60 Hz hace tiempo que quedaron atrás, y en el sector "gaming", superar los 100 Hz es ya lo habitual, sobre todo en resoluciones de 1080p. En este caso, tenemos una buena resolución 2K (2.560 x 1.440p) acompañada por 144 Hz nativos, que Windows 10 detecta directamente sin tener que realizar overclock o tocar nada en el monitor. De esta forma, la fluidez, tanto en juegos como en el propio escritorio, es notable.

 

El Ozone DSP27 IPS incluye tecnología Adaptive Sync, lo que le da soporte completo para AMD FreeSync y, tras el soporte de NVIDIA a Adaptive Sync, también funciona con G-Sync en modo compatible, aunque el monitor no está validado por la compañía. Eso no evita que el DSP27 funcione sin problemas y sincronice los FPS con la tasa variable de HZ del monitor.

Ya hemos visto que en el DSP27 IPS tenemos un panel IPS de 2.560 x 1.440 píxeles y 144 Hz. Según los datos del fabricante, este panel ofrece un brillo máximo típico de 350 cd/m² y un ratio de contraste nativo de 1000:1 junto a una cobertura del 100 sRGB y 96% DCI-P3. Veamos qué valores ofrece realmente tras pasar por nuestro laboratorio.

Brillo máximo y contraste

En nuestras pruebas, hemos detectado brillos máximos en modo manual al 100% de 433,80 cd/m². Unas cifras bastante sorprendentes teniendo en cuenta que no estaba activado el modo HDR y que se anuncia con 350 cd/m² de brillo máximo. De hecho, por defecto, con el brillo al 50%, nuestras lecturas arrojan unos datos de 332,86 cd/m², cercanos a los 350 anunciados.

El contraste, en estos casos, nos da unas lecturas de 788:1 puntos debido a un brillo en negro bastante alto de 0,422 cd/m².

Como curiosidad, en el manual, Ozone especifica que el monitor tiene una tolerancia a 5 sub píxeles defectuosos en total, con un máximo de 3 sub píxeles iluminados incorrectamente, y otros 3 sub píxeles muertos. No obstante, en la unidad de prueba, no hemos detectado ningún píxel defectuoso.

Cobertura de color

Uno de los puntos fuertes del Ozone DSP27 IPS es la cobertura de color prometida. Ozone nos promete un 100 del sRGB y un 96% del DCI-P3, unos valores muy altos si tenemos en cuenta el precio y resolución de este monitor.

En nuestras pruebas se confirman estos valores, teniendo en cuenta las variaciones típicas en la medición. En concreto, hemos medido una cobertura de color del 99,8% de la gama sRGB y un 94,2% de la gama DCI-P3. Incluso en la gama profesional Adobe RGB queda bien parado con una cobertura del 89,3%.

Sin duda, unos valores muy destacables en un monitor "Gamer", sobre todo teniendo en cuenta su precio.

Espacio de Color Cobertura de color Ozone DSP27 IPS
sRGB 99,8%

DCI-P3

94,2%
Adobe-RGB 89,3%

 

Pruebas de color monitor de serie DCI-P3 (sin calibración)

Tomando el monitor tal cual sale de la caja, y realizando un reseteo de los valores para asegurar que no se ha pre cargado ningún valor concreto.  Las pruebas realizadas muestran algunos desajustes en la calibración del RGB en la escala de grises.

Si obviamos los valores cercanos al negro puro, donde el colorímetro podría tener problemas al identificar los colores, Podemos ver una desviación de hasta el 15% en predominancia del color azul, hasta un 5% del verde, y un -25% del rojo.

Esto influye también en la temperatura de color, mostrando un punto blanco en la escala de grises de 8000K, por encima de los 6.500K del blanco puro. Este valor no suele ser demasiado preciso en monitores gaming y en general, de hecho mucha gente prefiere todos más fríos para todo aquello que no sea diseño o tareas que requieren de precisión de color.

En cuanto a los valores deltaE, que muestran la diferencia entre el color real y el color mostrado, podemos ver diferencias que alcanzan 7,43 puntos en el blanco y similares en colores que tienden al amarillo. Los mejores parados son los verdes, azules y negros.

 

 

No son unos valores demasiado malos, de hecho, en monitores gaming de precios similares o incluso superiores, es habitual encontrarnos con estas diferencias, pero, sin duda, están lejos de lo que podemos considerar óptimo. Aun así, no hay que perder de vista que hablamos de monitores gaming donde, por lo general, los usuarios no buscan la máxima fidelidad de color.

Aun así, a continuación vamos a realizar una calibración rápida con colorímetro para ver de lo que es capaz este monito, y ya os adelantamos que nos ha sorprendido, para bien, bastante.

 

 

Pruebas de color con calibración con colorímetro DCI-P3

Hemos ajustado la calibración comparando con la gama de color DCI-P3 con punto de blanco a 6.500K y brillo buscado de 120 cd/m². El proceso, con colorímetro, es bastante sencillo. Solamente tenemos que buscar el equilibrio RGB  y de brillo modificando los valores en el OSD del monitor, y una vez se corresponden con un valor equilibrado y 120 cd/m², realizar un perfil con colorímetro. Incluso sin el perfil, con solo ajustar brillo y RGB, se consiguen unos resultados bastante mejores.

A continuación os mostramos los valores conseguidos tras la calibración

En la escala de grises, podemos ver como el equilibrio RGB es mucho mayor, con desviaciones mucho menos que, en la mayoría de valores, se mantienen cercanas al 0%, con algún despunte puntual en tonos oscuros.

La temperatura de color se corresponde ahora con los 6.500K del blanco real de manera homogénea.

En la comparación de colores y desviación DeltaE podemos ver una mejora notable. Con un deltaE medio de 0,59 puntos, un valor óptimo al situarse por debajo de 1 punto. Sin duda unos resultados muy buenos que hacen que este monitor pueda ser perfectamente válido para tareas profesionales o de diseño.

 

El "peor" valor lo conseguimos en el rojo, que muestra una diferencia de 2,18 puntos pero, aun así, es un valor muy bueno y que no desmerece el resultado general. Hablamos de un monitor 2K con 144 Hz de panel IPS por un precio de menos de 350 euros.

Perfil de calibración para el Ozone DSP27 IPS

Para todos los que tengáis este monitor, hemos creado un perfil calibrado a 6.500k y gamma 2.2 para instalar. El perfil está creado con los valores por defecto del monitor tal cual sale de fábrica. Naturalmente, dependerá de cada unidad en concreto, pero como punto de partida genérico para conseguir una representación de color mejor, si no tenéis colorímetro físico, os lo dejamos a continuación: Descargar Perfil de calibración para Ozone DSP27 IPS.

 

 

 

El Ozone DSP27 IPS se ha portado bien en las pruebas de juegos donde los 144 Hz permiten una fluidez muy agradecida que hace que no queramos volver a los 60 Hz. El panel IPS tiene un tiempo de respuesta de  4ms que bajan hasta 1 ms si activamos el overdrive (tiempo de respuesta rápido en el OSD). Además, tenemos el modo MPRT que ajusta el parpadeo de los led para conseguir algo más de claridad en la imagen

En juegos, en modo normal el Ozone DSP27 IPS se comporta sin problemas. No hemos notado un efecto ghosting marcado más allá del típico en monitores IPS, es decir, prácticamente imperceptible en este caso y a 144 Hz. Aún así, si ponemos el modo de respuesta en rápido (overdrive) se consigue minimizar aún más el efecto. La diferencia en juegos no es demasiado notable, y solo podremos ver la diferencia, en caso de fijarnos mucho, en zonas oscuras con movimientos rápidos.

En el siguiente vídeo podemos ver la diferencia entre los distintos modos (el parpadeo que se ve en modo MPRT es debido a que la cámara capta el ON/OFF de la retroiluminación estroboscópica, a simple vista no se ve. Eso si, el brillo máximo se reduce considerablemente al activarlo)

Para ver la diferencia, hemos utilizado el Test específico de testufo, realizando un panning sincronizando con el movimiento del vídeo, de esta forma es posible visualizar con una cámara los efectos del ghosting y las variaciones entre los distintos modos de funcionamiento.

En modo normal se puede ver el pequeño ghosting al que hacíamos referencia, nada fuera de lo normal y que no afecta al desempeño en juegos. En modo de tiempo de respuesta alto, dicho ghosting o estela se reduce a la mitad. Incluso a nivel alto de overdrive, el DSP27 IPS no ha mostrado un efecto corona notable (como una especie de aura clara que aparece en ciertos modos de overdrive demasiado exagerados).

El modo MPRT, si capturamos a cámara super lenta (960 FPS) es posible diferenciar entre la imagen con la retroiluminación en distintas intensidades. el MPRT no afecta especialmente al ghosting pero ofrece algo más de nitidez para eliminar posibles motion blur. En las siguientes tres imágenes se puede ver la diferencia y como el MPRT consigue algo más de nitidez, pero supone la introducción de otro "problema" como es el Strobre Crosstalk que muestra una estela más definida (independiente del ghosting). 

 

NORMAL:

 

 

Tiempo de respuesta: ALTO (overdrive)

 

 

MPRT:

En este caso, el Strobe Crosstalk no es demasiado elevado, y solo afecta a la parte izquierda, considerándose un efecto aceptable que a simple vista no llega a notarse.

 

 El Ozone DSP27 IPS ha demostrado ser un salto enorme en especificaciones y calidad respecto de sus hermanos pequeños DSP24 y DSP24PRO. Empezando por el aumento de diagonal y resolución, que deja atrás los modestos 1920 x 1080 para dar el salto a 2.560 x 1.440, y continuando por el panel IPS de 144 Hz con tecnología Adaptive sync (FreeSync y G-Sync Compatible) y el soporte, esta vez real, de HDR.

Este panel nos ha sorprendido gratamente por su cobertura de color, cubriendo prácticamente la totalidad del DCI-P3 y un buen porcentaje de Adobe RGB, además del 100% del sRGB, haciendo que esté por encima incluso de monitores mucho más caros. Su calibración de serie no destaca especialmente, pero con pocos ajustes se puede hacer que el DSP27 IPS brille con luz propia, sirviendo también para los que buscan una buena representación de color.

Además, su brillo máximo supera los 430 cd/m², otro valor también que nos ha sorprendido para bien. Y todo ello en un monitor que cuesta tan solo 349 euros.

No hay duda de que Ozone se ha centrado en lo más importante en un monitor, el panel, y que para conseguir un precio ajustado hay que hacer sacrificios importantes en otros aspectos. Por ejemplo, la calidad y acabados de los plásticos o juntas de la parte trasera no es precisamente elevada, y su sistema de peana, aunque permite su montaje de manera parcial sin tornillos, apenas permite ajustes (solo podemos inclinarlo ligeramente). No hay posibilidad de subir o bajar el panel y mucho menos rotarlo.

La iluminación RGB cumple su función de darle un toque llamativo, aunque el pequeño proyector del logo inferior no ofrece un buen resultado y se podría haber prescindido de ello. Igualmente, el OSD, aunque es muy claro y permite todo tipo de configuración, es algo engorroso de utilizar con los botones traseros, algo que se hubiera solucionado con un pequeño joystick sustituyendo a todos los botones.

En cuanto a conectividad, aunque no cuenta con puerto USB-C ni hub USB (el USB-A que trae es para carga y firmware), sí que ofrece de dos puertos HDMI y un displayPort, e incluso se incluye un cable de cada tipo junto al monitor, un detalle a agradecer.

Con todos estos datos, podemos concluir que el Ozone DSP27 Pro es un monitor con una excelente relación entre prestaciones y precio y que hará las delicias de los que priorizan las especificaciones puras del panel sobre los acabados, con una pantalla Quad HD a 144 Hz, con un panel IPS más que solvente y con los extras que ofrece el Adaptive Sync o el HDR.