AGON PRO AG276QKD2 eleva el listón con 500 Hz, panel QD-OLED de tercera generación y DisplayHDR True Black 500

En monitores gaming parecía que el listón ya estaba bastante alto: tasas de refresco desorbitadas, OLED con negros que se hunden y colores afinados para jugar y editar. Aun así, AGON by AOC ha decidido pisar un poco el acelerador con un modelo que entra de lleno en el terreno de los esports serios.

Hablamos del AGON PRO AG276QKD2, una pantalla QD-OLED de 26,5” que combina lo que muchos pedían: calidad de imagen de primer nivel y una cifra de vértigo en frecuencia; 500 Hz.

Un panel pensado para la velocidad extrema

El panel QD-OLED de tercera generación es el núcleo de la propuesta. Con tiempo de respuesta de 0,03 ms GtG, las estelas y el desenfoque en barridos rápidos se quedan en nada. Quien se mueve entre shooters, simracing o MOBAs nota ese plus en la primera ronda. Importante también que no sacrifica definición por ganar velocidad: la resolución QHD (2560 × 1440), en 26,5 pulgadas, se traduce en unos 110,84 ppp, ese punto dulce que da detalle nítido sin obligarte a montar una GPU de locura para sostener tasas altas.

Aquí no solo manda la velocidad. El AG276QKD2 sube un peldaño en rango dinámico con DisplayHDR True Black 500, una certificación que trae picos de brillo de 1.000 cd/m² (APL 3 %), 515 cd/m² (APL 10 %) y 300 cd/m² a pantalla completa.

La profundidad de 10 bits asegura gradaciones suaves y una paleta amplia (1.070 millones de colores), con coberturas serias: 99,1 % DCI-P3, 98,0 % Adobe RGB y una sRGB que se estira hasta el 147,6 %. ¿Resultado? No es solo un monitor para clavar headshots; también vale para edición de foto y vídeo con exigencia, donde la fidelidad manda.

El tratamiento antirreflejos del panel ayuda a mantener la imagen limpia en salas con focos o luz dura, típico de eventos y torneos. Es uno de esos detalles que no lucen en la ficha técnica, pero marcan diferencia cuando te sientas a competir.

Preparado para torneos y para el día a día

La fluidez no se queda en el número del cartel. Con Adaptive-Sync activo, el monitor sincroniza frecuencia con fps para evitar tearing y tirones en todo el rango, que aquí es especialmente generoso: de 48 a 500 Hz. Y si alternas PC y consola, hay buenas noticias: PlayStation 5 y Xbox Series X|S entran en la ecuación con QHD a 120 Hz, de modo que no necesitas dos pantallas para separar trabajo, juego casual y competitivo.

En sensaciones, el paquete está equilibrado: el refresco extremo limpia la persistencia, el tiempo de respuesta hace que el rastro sea mínimo y el contraste de QD-OLED aporta profundidad y punch.

Conectividad que mira al futuro

Uno de los puntos donde AOC se ha puesto seria es la entrada de vídeo. El AG276QKD2 monta DisplayPort 2.1 (UHBR 20) con hasta 80 Gbps de ancho de banda, justo lo que necesitas para empujar QHD a 500 Hz, 10 bits, sin cuellos de botella. Ojo al detalle: en la caja viene un cable DP 2.1 de 1,8 metros preparado para esa tasa. A su lado, dos HDMI 2.1 con cable HDMI 2.1 de 1,8 metros incluido cubren consolas y configuraciones de doble equipo.

El apartado práctico lo resuelve un hub USB 3.2 Gen 1 con carga rápida para periféricos, más salida de audio para quien prefiere cable en entornos competitivos. No es solo tener puertos; es poder desplegar el set sin andar con adaptadores, splitters y cables que no dan la talla.

Este monitor no pretende ser el “para todos” del catálogo. Su público es claro: profesionales y semiprofesionales que exprimen cada ventaja en partidas igualadas, y entusiastas que aprecian la diferencia entre “rápido” y “muy rápido”. Para los primeros, los 500 Hz pueden ser literalmente una ronda más en el marcador. Para los segundos, el salto de experiencia al pasar de 240/360 a 500 es evidente, y se agradece que venga acompañado de una imagen con contraste y color dignos de OLED.

AOC ha metido toda la artillería en un formato razonable y ha dejado el listón alto. Si el objetivo era firmar una pantalla de referencia para esports y, de paso, contentar a los que crean contenido, el tiro ha ido muy bien encaminado.

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