Bruselas estrena el DSA con una multa de 120 millones a X por el check azul engañoso y la opacidad en su publicidad
por Manuel NaranjoDurante años, la UE ha venido advirtiendo de que el Digital Services Act (DSA) no era solo papel mojado. Ahora llega el primer golpe serio: la Comisión Europea ha impuesto una multa de 120 millones de euros a X (la antigua Twitter) por vulnerar sus obligaciones de transparencia.
Es la primera decisión formal de no cumplimiento bajo esta ley y se centra en tres frentes muy concretos: el diseño engañoso del famoso check azul, la opacidad de su repositorio de anuncios y los obstáculos a los investigadores que intentan acceder a datos públicos de la plataforma.
Una multa que estrena el poder sancionador del DSA
La cifra (120 millones de euros) dista de ser simbólica, pero está lejos del máximo que permite el DSA, que puede llegar hasta el 6 % de la facturación mundial anual de una plataforma en los casos más graves. La Comisión subraya que la cuantía se ha calculado teniendo en cuenta la naturaleza de las infracciones, el número de usuarios afectados en la UE y el tiempo durante el que se han prolongado.
Con esta decisión, Bruselas envía un mensaje doble. Hacia dentro, muestra que el DSA ha pasado de la teoría a la práctica y que no se quedará en advertencias. Hacia fuera, en un contexto tenso con Estados Unidos por la presión para rebajar la regulación digital, deja claro que el cumplimiento de las normas europeas no es negociable, aunque afecte a plataformas propiedad de grandes figuras como Elon Musk.
Tres incumplimientos en el punto de mira
El expediente contra X se apoya en tres pilares muy concretos. El primero es el diseño del check azul, que la Comisión califica como engañoso. Desde que la plataforma permitió comprar la insignia de “verificado” sin una verificación real de identidad, el distintivo dejó de ser una señal fiable de autenticidad y pasó a convertirse en un producto más.
El segundo frente es la falta de transparencia del repositorio de anuncios. El DSA obliga a las grandes plataformas a mantener una base de datos accesible y consultable con todos los anuncios que se muestran: quién paga, a quién se dirigen, qué contenido tienen y en qué periodo se difunden.
El tercer incumplimiento tiene que ver con el acceso de los investigadores a los datos públicos de la plataforma. El DSA reconoce explícitamente que, para evaluar los riesgos sistémicos online, los académicos y centros de investigación necesitan poder analizar a gran escala los datos que son ya públicos para cualquier usuario. La Comisión sostiene que X no solo no facilita ese acceso, sino que lo bloquea mediante sus términos de servicio (que prohíben, por ejemplo, el scraping incluso a investigadores elegibles) y a través de procesos internos cargados de trabas.

Plazos de corrección y riesgo de sanciones mayores
La multa no llega sola. La decisión de la Comisión va acompañada de una serie de plazos para corregir el rumbo. X dispone de un margen limitado para presentar medidas concretas que adapten el diseño del check azul a lo que exige el DSA, reformen su repositorio de anuncios y abran vías reales para el acceso de investigadores a los datos públicos.
Distintas fuentes comunitarias sitúan esos plazos entre 60 días para detallar las medidas correctoras y 90 días para aplicar los cambios más complejos, especialmente los relacionados con el acceso a datos, so pena de enfrentarse a sanciones adicionales.
El DSA prevé que, en caso de persistir el incumplimiento, la Comisión pueda recurrir a multas mucho más elevadas, de hasta el 6 % del volumen de negocio global, así como a penalizaciones periódicas de hasta el 5 % del volumen de negocio diario para forzar el cumplimiento.
Qué pretende la UE con este caso
Más allá del choque concreto con X, la Comisión quiere utilizar este expediente como caso ejemplar de lo que el DSA pretende corregir. Para Bruselas, el problema no es solo que existan contenidos ilegales o campañas de desinformación, sino que, sin herramientas de transparencia, resulta imposible entender cómo se difunden, quién los financia y qué impacto tienen en el debate público.
Primer aviso a las grandes plataformas, con TikTok en el espejo
La multa a X no llega en solitario. En paralelo, la Comisión ha anunciado que acepta los compromisos de TikTok para mejorar la transparencia de su biblioteca de anuncios, tras otra investigación bajo el DSA. La plataforma china se ha comprometido a ofrecer repositorios con el contenido íntegro de los anuncios, criterios de segmentación y datos agregados sobre a quién han llegado, así como a actualizar esta información en plazos muy cortos. En su caso, Bruselas opta por la vía de los compromisos vinculantes en lugar de la sanción, pero deja claro que seguirá investigando otros aspectos como la protección de menores o el impacto de sus algoritmos.
Con este doble movimiento, la UE pone sobre la mesa un mensaje que el sector ya no puede ignorar: el DSA va a aplicarse y las grandes plataformas tendrán que acostumbrarse a un escrutinio mucho más profundo de sus decisiones de diseño y de negocio. X ha sido la primera en estrenar el régimen sancionador, pero difícilmente será la última.
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