OpenAI cierra su detector de texto generado por inteligencia artificial por su baja precisión

OpenAI ha cerrado su clasificador de IA, una herramienta que pretendía determinar la probabilidad de que una inteligencia artificial hubiese escrito un fragmento de texto, algo que se vio en uso en ámbitos cuyo uso fue, como mínimo, imprudente, como sería en puestos de trabajo o escuelas, algo que finalmente ha quedado ratificado tras su retirada por baja precisión.

La teoría de que el texto generado mediante una inteligencia artificial tiene alguna característica o patrón de identificación que se puede detectar de manera fiable y automatizable parece intuitiva, pero hasta ahora no se ha podido probar de forma práctica que esto pueda ser así.

Sí es cierto que algunos textos generados pueden tener una apariencia obvia, pero en muchas ocasiones es más el contexto que rodea al escrito –por ejemplo, los usuarios de redes sociales no suelen responder con grandes textos en cuestión de segundos— por lo que a día de hoy no se puede automatizar su detección.

Asimismo, las diferencias entre los modelos de lenguaje grandes y la rapidez con la que se han desarrollado han hecho que los sistemas que en algún punto pudieron llegar a ser mínimamente fiables, ya no lo sean, de modo que es casi imposible detectar texto generado mediante inteligencia artificial.

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