La actualización KB5066835 de Windows 11 rompe “localhost” y deja sin entorno de pruebas a miles de desarrolladores tras el fin de Windows 10
por Manuel Naranjo 1El calendario ha sido cruel. Dos días después del fin de vida de Windows 10, la acumulativa de octubre para Windows 11 (KB5066835, continuación de KB5065789) llega con una consecuencia directa y muy concreta: “localhost” deja de funcionar en la build 26100.6899. No hablamos de un detalle cosmético; es el circuito local que permite que un equipo actúe como servidor de sí mismo. Cuando se apaga ese circuito, la mesa de trabajo del desarrollador se queda sin herramientas.
Qué se rompe y por qué duele tanto
La foto que dibujan los hilos en los foros de soporte de Microsoft, Stack Overflow y Server Fault es coherente: servicios que deberían escuchar en 127.0.0.1 no responden, navegadores que no alcanzan el endpoint local, Visual Studio incapaz de iniciar sesiones de depuración y ASP.NET sin posibilidad de levantar su servidor de desarrollo con normalidad. La sensación es la de quedarse sin red de seguridad: el proyecto compila, pero no hay forma de verlo vivo en la máquina.
En el desarrollo moderno, “localhost” no es una comodidad; es la base del día a día. Es ahí donde se levantan entornos de pruebas, donde se ensayan cambios antes de tocar producción, donde se depuran errores difíciles. Si ese tramo de la red se cae, no hay demostración posible: da igual que sea un microservicio, un sitio en ASP.NET o una herramienta interna; el ciclo de probar, medir y corregir se interrumpe. Y cuando la jornada se va en diagnosticar algo que no está en tu código, la frustración es doble.

El origen: HTTP.sys y la build 26100.6899
Todo apunta a HTTP.sys, el componente en modo kernel que coordina el tráfico HTTP del propio sistema. En la compilación 26100.6899 algo cambia y las conexiones locales dejan de circular como antes. Desarrolladores han descrito además comportamientos anómalos al usar HTTP/2, lo que encaja con esa hipótesis. No es un problema de DNS ni del fichero hosts: la ruta falla más abajo, en la capa que debería arbitrar las peticiones dentro del sistema.
Cuando HTTP.sys falla, el efecto dominó es evidente. Los procesos de compilación que disparan pruebas contra endpoints locales empiezan a encadenar errores, los servidores de desarrollo no logran arrancar de forma utilizable y la depuración se queda a medias. La sensación para quien está al teclado es la de que el sistema ha retirado el suelo justo debajo del flujo de trabajo.
La salida provisional que mantiene a flote los proyectos
A falta de confirmación por parte de Microsoft, la comunidad ha encontrado un remedio práctico: desinstalar KB5066835. En los equipos donde el problema persiste, retirar también KB5065789 resuelve el bloqueo. Tras el reinicio, “localhost” vuelve a comportarse y las herramientas recuperan el tono. Es un compromiso incómodo (se trata de parches con enfoque de seguridad y calidad), pero ahora mismo es la única vía eficaz para volver al trabajo sin rehacer la máquina.
El matiz que agrava la situación es el momento en el que todo esto ocurre. Con Windows 10 ya sin soporte, la ventana para adoptar Windows 11 como plataforma principal se supone abierta de par en par. Sin embargo, el bloqueo de algo tan esencial como el loopback transmite justo lo contrario: que actualizar puede convertirse en un riesgo operativo si el parche pisa subsistemas críticos sin detectar una regresión a tiempo.
Una semana difícil para Microsoft
El incidente con “localhost” no llega solo. En los últimos días, Microsoft dañó accidentalmente la Media Creation Tool (la herramienta para crear imágenes de instalación) justo antes del adiós de Windows 10. En paralelo, la compañía ha endurecido el requisito de usar cuentas en línea en las instalaciones de Windows 11, cada vez más complicadas de esquivar. Ninguno de estos movimientos tiene relación técnica directa con HTTP.sys, pero, juntos, proyectan una sombra: el camino para instalar, actualizar y mantener el entorno se ha vuelto más estrecho de lo deseable justo cuando se está empujando a millones de usuarios a hacer el salto definitivo.
Para el desarrollador, el mensaje que cala es simple. Más allá de promesas de calidad o mejoras de seguridad, lo que se necesita es que lo básico funcione cada vez, sin sorpresas. “Localhost” no es una característica avanzada, es el punto de partida de cualquier proyecto web moderno. Si la actualización que promete más estabilidad deshabilita esa pieza, la confianza se resiente. Y la confianza, en un sistema operativo que aspira a ser plataforma de trabajo, es capital.
Qué se espera ahora
Lo razonable sería un reconocimiento público del problema y un parche correctivo que restaure el comportamiento previo de HTTP.sys. Hasta entonces, la realidad es tozuda: quienes necesiten trabajar hoy tienen que revertir la actualización y evitar que vuelva a entrar mientras se estabiliza la situación. No hay épica en esa decisión, solo pragmatismo. Y ahora mismo es lo que toca.
La ironía es que el episodio no cuestiona la ambición de Windows 11 ni su hoja de ruta, sino algo más básico: que lo esencial funcione todos los días. Cuando se apaga “localhost”, no fallan los planes de futuro; falla el presente. Y ahí es donde un sistema operativo se juega, de verdad, su reputación.
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