Sandisk Extreme Fit USB-C, el pendrive diminuto que amplía el portátil con hasta 1 TB siempre conectado
por Manuel NaranjoLas memorias USB han sido durante años ese accesorio que enchufas un momento, copias cuatro archivos y vuelves a guardar en el estuche del portátil. Con la Extreme Fit USB-C, Sandisk cambia de enfoque: esta vez no quiere que la estés quitando y poniendo, sino que la conviertas en una ampliación fija del almacenamiento del equipo.
Un pendrive que casi no se ve
La clave de esta unidad está en el formato. En vez del típico “pincho” alargado, la Extreme Fit es un pequeño bloque rectangular de 18,50 x 15,70 x 13,60 mm. Traducido: la conectas al puerto USB-C del portátil y apenas sobresale unos milímetros del chasis, lo justo para poder agarrarla si un día quieres retirarla.
Las imágenes oficiales de Sandisk ya la muestran así, colocada en el lateral del portátil incluso cuando este va dentro de la mochila. La idea es que olvides que es un pendrive al uso y lo veas más como una pieza más del equipo, siempre preparada para guardar proyectos, fotos o vídeos cuando el disco interno empieza a ir justo.
En el contexto actual, con portátiles muy finos que siguen llegando con 256 o 512 GB de serie, la jugada tiene sentido. No todo el mundo quiere abrir el ordenador para cambiar el SSD (y en muchos modelos ni se puede), así que poder sumar hasta 1 TB extra en algo tan diminuto es una forma sencilla de ganar margen sin cambiar de máquina.

De 64 GB a 1 TB en un tamaño mínimo
La familia Extreme Fit arranca en 64 GB y llega hasta 1 TB. El modelo de mayor capacidad se sitúa entre las unidades físicas más pequeñas que ofrecen un terabyte completo, suficiente para bibliotecas de fotos, colecciones de vídeo 4K o varios proyectos de trabajo pesados.
El punto menos emocionante está en la interfaz. Sandisk se queda en USB 3.2 Gen 1, con un máximo teórico de 5 Gbps. Sobre el papel no es un desastre, pero en un mercado donde muchos SSD externos ya presumen de velocidades mucho mayores, suena algo conservador, sobre todo si piensas usar la versión de 1 TB como unidad principal de trabajo.
Las cifras oficiales hablan de hasta 400 MB/s de transferencia a partir de 128 GB. No es velocidad de escándalo, aunque sí suficiente para mover vídeos, gestionar catálogos de fotos o abrir proyectos directamente desde la propia memoria sin desesperarse. Al final, la Extreme Fit no busca competir con un SSD portátil de gama alta, sino ser ese “segundo disco” que siempre acompaña al portátil sin cables ni aparatos extra encima de la mesa.
Siempre conectada y con copias de seguridad automáticas
Para reforzar este uso continuo, Sandisk acompaña la unidad con una aplicación de copia de seguridad propia. El planteamiento es simple: eliges qué carpetas quieres proteger y el software va generando copias automáticas en la Extreme Fit. Si la dejas siempre conectada, se convierte en una especie de seguro silencioso para documentos importantes o fotos que no quieres perder.
La compatibilidad tampoco se queda corta. La memoria funciona con Windows, macOS y iPadOS, por lo que puede servir tanto para portátiles como para tablets con puerto USB-C. En un iPad, por ejemplo, puede marcar la diferencia si editas vídeo o trabajas con muchos archivos de gran tamaño y no quieres depender solo del almacenamiento interno.
La garantía de cinco años encaja con esta idea de dispositivo que va a estar conectado prácticamente a diario. No está pensada para salir del cajón una vez al mes, sino para soportar el ritmo de uso de quien abre, copia y borra archivos constantemente.

Precio contenido y público muy claro
En cuanto al precio, la Extreme Fit se mueve en cifras razonables: el modelo de 64 GB ronda los 15 dólares (13 euros aproximadamente) y el de 1 TB se sitúa en torno a los 110 dólares (unos 95 euros). No es la forma más barata de comprar almacenamiento, pero sí una de las más discretas y cómodas de ampliar un equipo que se te ha quedado corto.
Lo que Sandisk ofrece aquí no es solo espacio adicional, sino una manera de alargar la vida útil de muchos portátiles sin pasar por el taller ni cambiar de máquina. Enchufas la memoria, la configuras como destino habitual para copias y archivos pesados y, a partir de ahí, la tratas como si fuera un pequeño “disco secundario” siempre disponible.
Una solución silenciosa para el problema del espacio
La Extreme Fit no va a llamar la atención por sus cifras de velocidad, y probablemente tampoco sea el producto estrella del catálogo de Sandisk. Sin embargo, encaja muy bien en el perfil de usuario que ve el aviso de “almacenamiento casi lleno” más a menudo de lo que le gustaría y no quiere complicarse la vida con soluciones más agresivas.
Para estudiantes que arrastran trabajos, presentaciones y vídeos, para quien trabaja con muchos documentos en movilidad o para usuarios que simplemente necesitan un poco de aire en el disco interno, este pequeño pendrive encaja bastante bien. No revoluciona nada, pero soluciona de forma limpia un problema muy concreto: falta de espacio y pocas ganas de estar gestionando discos externos colgando del portátil a todas horas.
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