Las APUs de AMD, un procesador con CPU y tarjeta gráfica en el mismo paquete
Hace algunos años AMD comenzó a introducir un nuevo concepto en cuanto a chips informáticos se refiere, sus famosas APU. Una APU no es más que un chip que además de integrar un procesador (CPU) también lleva integrada una tarjeta gráfica (GPU) además de otros elementos. Una opción que ofrece muchas posibilidades, y que en esta guía os vamos a contar cómo aprovecharla.
APU es la abreviatura de Acelerated Processing Unit, qué traducido al castellano sería Unidad de Procesamiento Acelerado. La principal característica de las APUs es que, además de incorporar el procesador, también cuenta con una unidad GPU integrada en el mismo chip, además de otros componentes que permiten comunicarse entre ellos y con el resto del hardware disponible.

Podemos decir que una APU es el procesador principal vitaminado con opción a realizar tareas gráficas sin necesidad de hacer uso del procesador AMD Ryzen, gracias a su GPU integrada y que se puede comunicar con la CPU y otras partes de la APU. Hace varios años, tener una GPU permitía el acceso a ciertas tareas que solo esta unidad podía desempeñar, ahora es más un apoyo para realizar tareas específicas donde con esta se obtiene un mayor rendimiento, a la vez que liberas de carga a la CPU.
Actualmente el panorama ha cambiado mucho, y podemos decir que es difícil encontrar un procesador para uso doméstico, ya sea de sobremesa o portátil, que no tenga una GPU integrada, incluso los más recientes añaden un tercer módulo o baldosa específicamente para tareas de inteligencia artificial, la NPU.
Es en los portátiles donde más sentido tiene disponer de una APU, y más uso se da a esta GPU integrada, incluso en equipos para juegos que también cuentan con una gráfica dedicada. La también conocida como iGPU (Integrated Graphic Processing Unit) sirve para multitud de tareas que no requieren de una gran potencia gráfica, permitiendo ahorrar energía cuando no se requiere de mucha potencia para tareas gráficas.

En los equipos de sobremesa es más habitual instalar una gráfica dedicada, y en este caso la GPU integrada en el procesador principal quedaría anulada. Pero esta idea, originalmente introducida por AMD, también la llevan a cabo otros fabricantes como Intel o de dispositivos móviles como Qualcomm o MediaTek, que cuentan con gráficos integrados en un mismo paquete.
Veamos entonces cómo sacar partido a tu APU, aprovechando las ventajas que nos ofrece disponer en el mismo paquete de una CPU y GPU.
¿Qué tareas puede realizar la GPU integrada de una APU de AMD?
Cuando pensamos en una APU nos despreocupamos de los gráficos, ya que están integrados en el procesador principal. Una GPU es imprescindible para que el ordenador funcione, ya sea un PC o un Mac o incluso cualquier consola cuenta con una GPU. Dependiendo de la potencia que tenga podrá desempeñar funciones más complejas o simplemente hacer funcionar las opciones más básicas.
En cualquier caso, puedes aprovechar la APU para muchas tareas, un recurso que está disponible y que te permitirá más opciones a la hora de gestionar los gráficos de tu dispositivo.

Principalmente y donde mayor partido podemos sacar es en los dispositivos portátiles, hablamos de los ordenadores portátiles propiamente dicho o también en las consolas portátiles que también integran una de estas APUs.
La APU lo gestionará todo de forma transparente para ti, como si tuvieras una tarjeta gráfica dedicada. Podrás ver (como no) todo en la pantalla integrada del portátil o consola, esta función realizada por la propia APU permitirá prescindir de otro tipo de gráficos dedicados más costosos y con un consumo mucho mayor, incluso puede realizar esta función cuando el portátil también tiene una GPU dedicada. Además de gestionarlo de forma automática y transparente, ayudará a ahorrar batería.
También permite aprovechar la aceleración gráfica en otro tipo de tareas de la misma forma que lo hacemos con una GPU dedicada. Puedes usar la aceleración gráfica para vídeos directamente desde el navegador o en aplicaciones, muy útil si estás usando plataformas de reproducción en streaming. Así podrás obtener imágenes más fluidas y navegar más rápidamente, mientras la CPU queda libre para otro tipo de tareas de forma simultánea.

También tendrás ayuda cuando estés editando fotografías o pequeños vídeos, ya sea con el propio editor que incluye Windows o si estás usando un editor de video externo con calidad “profesional”. La APU redirigirá automáticamente las tareas más pesadas a la GPU integrada para que se realicen con mayor soltura y rapidez. Esto permitirá ofrecer menor tiempo a la hora de obtener los resultados finales.
Incluso las APUs más recientes ofrecen una configuración de GPU integrada más potente a juego con la CPU, ofreciendo un conjunto con un gran rendimiento. Esto permite prescindir de una gráfica dedicada para juegos, incluso para los juegos más recientes.

Los dispositivos que aprovechan al máximo estas APU de AMD son las consolas portátiles con Windows. Una gran variedad de dispositivos que cuentan con una configuración capaz de ejecutar juegos recientes, y que pueden ofrecer una buena tasa de FPS en juegos adaptada a su pantalla.
Esto se consigue gracias a que la GPU integrada puede aprovechar las mismas tecnologías que usan las GPUs dedicadas, incluso tienen el mismo nombre AMD Radeon. Hablamos de tecnologías de escalado como AMD FSR, y otras como las que permiten añadir fotogramas generados mediante la IA, así como otra serie de ajustes y mejoras que ofrecerán una experiencia de juego con mayor calidad y fluidez.

En este caso, podemos decir que la APU incluso puede sustituir a una GPU dedicada, ya sea por problemas de espacio (como en las consolas portátiles) o por problemas de consumo a la hora de depender de la energía de una batería. A pesar de esto ofrecerá una tasa de FPS más que decente en tus juegos y a la resolución que ofrezca la pantalla integrada.
La NPU en las APUs modernas
Además, si tienes una APU moderna es posible que además de una GPU integrada (y otros) también cuente con una unidad NPU. La NPU es una Unidad de Procesamiento Neuronal (Neuronal Processing Unit), básicamente se encarga de ofrecer aceleración para tareas de Inteligencia Artificial. Este tipo de tareas se asignan a esta unidad (siempre que sea posible) que está optimizada para ofrecer el máximo rendimiento para estas.
Pero antes de la llegada de estas NPUs, estas tareas de IA las realizaba la GPU, ya que por su arquitectura ofrecen mayor rendimiento que si las realiza la CPU. Pero actualmente, cuando en la misma APU se introducen CPU, GPU y NPU, también se puede usar en conjunto para tareas de inteligencia artificial más pesadas.

Por ejemplo, si quieres instalar un chatbot para usarlo en local, la APU puede usar el rendimiento en conjunto de CPU, GPU y NPU para ofrecer mejores resultados. Una ventaja que también aprovechan en mayor medida los portátiles, que es donde habitualmente encontramos un paquete completo con CPU, GPU y NPU en la APU.
Así, un dispositivo portátil con una APU actualizada, puede usarse también para tareas de inteligencia artificial que se ejecuten en local. Una nueva utilidad para este tipo de procesadores que tienen todo integrado dentro del mismo paquete.
Ventajas y desventajas de utilizar una APU
Estos están directamente relacionados con las opciones de uso que se ofrecen. En primer lugar, puedes obtener una mejor autonomía, al estar todo integrado dentro del mismo paquete, están optimizados para no tener un consumo elevado. Una APU de AMD puede consumir hasta 45 o 55 W, (algunas puede que más) mientras que una GPU dedicada por si sola puede llegar hasta los 140 W si hablamos de portátiles, en sobremesa la RTX 5090 casi alcanza los 600 W.
Estos consumos repercuten en la duración de la batería, donde con la APU podemos estirar la duración a varias horas, mientras que con una GPU dedicada el consumo puede caer hasta menos de 2 horas.
También podemos ahorrar batería a la hora de utilizar la NPU dedicada dentro de la APU, en lugar de distribuir estas tareas de IA a la GPU o a la CPU. La NPU es una baldosa de bajo consumo en comparación con la GPU o la CPU, usando este trozo del procesador dedicado para tareas de IA también ahorraremos batería.

También hacerte con una APU es más barato que si compramos un equipo con una GPU dedicada, podrás ahorrar algo de dinero si te decides por un procesador con todo integrado. Otra de las ventajas es que se pueden instalar, en el caso de los portátiles, en dispositivos más pequeños, reduciendo el peso y el espacio necesario para su transporte.
Digamos que la principal ventaja es el menor consumo de batería en general, y que también ofrece un precio más competitivo en comparación y diseños más pequeños, compactos y ligeros que resultará más cómodo para su transporte.
Pero no es oro todo lo que reluce, por el contrario, el rendimiento que obtenemos de una APU y su iGPU es inferior a si tenemos una GPU dedicada. Con una GPU dedicada tanto en portátiles como en equipos de sobremesa, el rendimiento gráfico aumenta considerablemente.

Esto permite obtener una configuración en juegos donde se puede subir la calidad gráfica y la resolución, así como ser menos agresivos con las técnicas de escalado que ofrece AMD. Con esto último nos referimos que podemos priorizar FSR en calidad en lugar de rendimiento, para obtener unos resultados mayores en cuanto a calidad gráfica del escalado y las imágenes generadas.
Con la GPU dedicada también podemos reducir el tiempo a la hora de obtener resultados en renderizado, generación y conversión de vídeo, y otro tipo de tareas similares donde la GPU juega un papel importante.
Además, podemos gestionar todas las opciones que nos ofrece una gráfica AMD Radeon integrada directamente desde su software, y en conjunto con el procesador AMD Ryzen. Dentro de cada apartado encontraremos las opciones básicas para mejorar los juegos, acelerar por hardware para mejorar el rendimiento de algunas tareas, e incluso otras avanzadas como realizar overclocking aunque no siempre es posible esto debido a las evidentes limitaciones.

Además, AMD aprovecha que ambos trabajan en conjunto para mejorar el rendimiento, como puede ser una memoria RAM compartida, independientemente de la cantidad de GB irá asignando de forma dinámica para su uso. También podemos monitorizar los valores de mhz, voltaje y overclock directamente cuando jugamos, solo tenemos que añadir la opción.
Como ya hemos comentado, tendrás prácticamente las mismas opciones que con una gráfica dedicada.
Entonces, ¿Cuándo elegir una APU?
Pues es una fácil elección, lo que tendremos que evaluar es si nuestras tareas van a requerir de un uso intensivo y sobre todo elevado de la GPU. Si es así, quizá una APU no sea la elección ideal para tu PC ya sea portátil o sobremesa.
Os podemos poner algún ejemplo. Si vas a dedicar tu PC a juegos directamente es mejor una GPU dedicada y una CPU por separado que vaya acorde, así obtendrás el mejor rendimiento. También es mejor si vas a dedicar tu PC para desarrollo de aplicaciones para inteligencia artificial, aunque es válido con una APU más potente, tendrás mejores resultados teniendo una GPU por separado.

Si vas a usar tu equipo para tareas domésticas, incluida alguna edición de fotografía y vídeos, una APU es una acertada elección. Si elijes un equipo de sobremesa el coste será menor, incluso puedes decantarte por un MiniPC que ocupará el mínimo espacio. Si por el contrario eliges un portátil puedes ver un diseño más ligero y compacto, con mayor duración de la batería e incluso que sea más económico.
No te preocupes, dentro de las diferentes opciones disponibles hay APUs con mayor rendimiento, estas incluso pueden sustituir a una GPU dedicada a la hora de ejecutar juegos, con una APU más potente puedes jugar incluso a los títulos más recientes con una calidad y jugabilidad más que aceptables.
Piensa bien la utilidad de tu nuevo PC y aprovéchate de las ventajas que os hemos contado sobre las APUs.
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