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Samsung reorganiza su división de semiconductores y fija 2026 como el año clave para competir en 2 nm

Samsung reorganiza su división de semiconductores y fija 2026 como el año clave para competir en 2 nm

por Manuel Naranjo

Samsung lleva tiempo con una espina clavada. Mientras TSMC se ha convertido en la fábrica de medio planeta, la división Samsung Foundry ha vivido años irregulares: problemas de rendimiento en nodos avanzados, clientes que se han ido a la competencia y una sensación de “ahora sí, pero todavía no”. En 2025 la compañía ha decidido dejar de dispersarse y poner el foco donde realmente se juega su futuro inmediato: los 2 nanómetros.

La hoja de ruta que maneja Samsung para 2026 no es una revolución improvisada, sino un intento de recuperar terreno a base de algo mucho menos glamuroso que anunciar nuevos nodos: mejorar rendimientos, asegurar capacidad y convencer a grandes clientes de que apostar por Samsung vuelve a ser una decisión sensata.

El 2 nm como “proceso de supervivencia”

En la industria de semiconductores, la palabra yield (rendimiento) lo es todo. Puedes tener el nodo más avanzado en teoría, pero si la proporción de chips buenos por oblea es baja, el coste se dispara y los clientes se largan. Y eso es justo lo que le ha pasado a Samsung en varias generaciones recientes.

Por eso, los 2 nm se han convertido en su proceso “de supervivencia”. Diferentes informes de 2025 coinciden en que la prioridad interna es subir el rendimiento del 2 nm a niveles competitivos para atraer pedidos grandes, con objetivos que rondan el 70 % de yield como umbral para ser realmente atractivos frente a TSMC. Es una meta agresiva, pero también realista: el 2 nm es el nodo que va a mover la siguiente ronda de chips para móviles premium, IA y centros de datos.

Samsung ya había comunicado que su 2 nm de primera generación (SF2) entraría en producción en 2025, y que en 2026 llegaría una versión refinada (SF2P) especialmente pensada para HPC y cargas más exigentes. Es decir: primero móvil, luego servidores y aceleradores. El orden no es casual; el volumen de smartphones permite depurar el proceso antes de saltar a clientes que no perdonan ni un punto de eficiencia.

Más capacidad, pero también más cabeza

El otro eje es la capacidad productiva. Samsung quiere crecer fuerte en 2 nm hasta 2026, pero no a ciegas. Tras años de inversión enorme y utilización irregular, la compañía parece estar ajustando la expansión a pedidos potenciales reales, evitando repetir el escenario de fábricas infrautilizadas.

Aquí entra en juego la planta de Taylor (Texas). Esta fábrica, apoyada por incentivos del CHIPS Act estadounidense, es clave para el músculo de Samsung Foundry en suelo norteamericano. Pero su arranque ha ido más lento de lo esperado y, según varias informaciones, la puesta en marcha relevante se ha ido desplazando hacia 2026.1,4 nm en pausa: menos marketing, más resultados

Durante un tiempo, Samsung alimentó la narrativa del 1,4 nm como el próximo gran salto. Pero en 2025 el discurso ha cambiado. La compañía ha rebajado expectativas con ese nodo y ha reorientado recursos a 2 nm y 4 nm, con la sensación de que el 1,4 nm no llegará antes de 2028–2029 a escala madura.

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El duelo con TSMC e Intel en el tramo 2025–2026

Este ajuste de prioridades llega justo cuando el mercado se recalienta. TSMC tiene previsto ramp-up de 2 nm en la segunda mitad de 2025, e Intel está empujando fuerte con su 18A (equivalente a la clase 2 nm) para competir en 2026.

Samsung no puede permitirse otro ciclo de dudas. Si 2026 no es el año en el que asegura clientes grandes en 2 nm, la distancia con TSMC se hace casi estructural. De ahí esa obsesión con yields, con planes internos específicos y con “poner orden” en la oferta avanzada antes de correr al siguiente número.

Por qué esto importa más allá de Samsung

Puede parecer un tema de nicho, pero esto afecta a medio ecosistema tecnológico. Si Samsung vuelve a ser alternativa sólida en nodos punteros, los grandes diseñadores de chips (Qualcomm, NVIDIA, AMD, empresas de IA o automoción) ganan poder de negociación y evitan depender de una sola fábrica en Taiwán.

Además, un Samsung Foundry fuerte mete presión competitiva en precios y plazos, algo que acaba filtrándose al consumidor: móviles más potentes antes, GPUs con mejores ratios rendimiento/vatio y una cadena de suministro menos frágil.

Lo que se juega Samsung en 2026

2026 no es “otro año más” para Samsung Foundry. Es el punto en el que tiene que demostrar que su 2 nm es estable, rentable y escalable. Para lograrlo está haciendo algo que suena poco épico, pero es lo que decide campeonatos: centrar recursos en menos nodos, mejorar yields y asegurar capacidad donde habrá demanda real.

Si el plan sale bien, Samsung recupera credibilidad en el club de las superfábricas avanzadas y vuelve a negociar de tú a tú con TSMC. Si sale mal, la industria seguirá mirándola como una opción secundaria para nodos maduros, y eso en 2025–2026 es casi como salir del mapa.

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Redactor del Artículo: Manuel Naranjo

Manuel Naranjo

Ingeniero informático y Técnico Superior en Topografía, que dejó las obras por su pasión: la tecnología. Desde hace ya varios años me dedico a lo que me gusta, con eso lo digo todo. Mi filosofía es el trabajo y la ilusión, no conozco otra forma de conseguir las cosas. El motor (sobre todo la F1) y el basket, mis vicios confesables.

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