El inesperado regreso de la alianza de Apple con Intel: en 2027, los chips de los futuros MacBook Air se fabricarían en Estados Unidos

Parecía que la relación se había roto definitivamente en 2020 con la transición a Apple Silicon, pero los caminos de Apple e Intel podrían volver a cruzarse de una forma muy diferente. Según ha revelado el analista Ming-Chi Kuo, la compañía de Cupertino planea retomar su asociación con Intel, no para volver a utilizar sus procesadores x86, sino para contratar sus servicios de fabricación. A pesar de que las conversaciones se abrieron hace meses, el objetivo sería que Intel produzca las versiones de entrada de los chips de la serie M a partir de mediados de 2027.

Los informes indican que Apple tiene la intención de utilizar el proceso 18A de Intel, una tecnología de nodo avanzado de sub-2nm que se fabricará en América del Norte. Si las pruebas y simulaciones actuales continúan según lo previsto, Intel se encargaría de suministrar los futuros procesadores, potencialmente los M6 o M7, destinados a los dispositivos de mayor volumen y menor coste, como son el MacBook Air y el iPad Pro. Es importante recalcar que el diseño del chip seguirá siendo 100% de Apple bajo arquitectura Arm; Intel solo pondría la fábrica.

Estrategia geopolítica y diversificación de riesgos

Este movimiento estratégico responde a varias necesidades críticas de la empresa dirigida por Tim Cook. Por un lado, permite a Apple diversificar su cadena de suministro y asegurar una "segunda fuente" viable, reduciendo ligeramente su dependencia casi total de TSMC. Por otro lado, fabricar componentes clave dentro de Estados Unidos sería un gesto significativo para calmar a la administración Trump y alinearse con las políticas de Made in USA, evitando posibles fricciones arancelarias.

Aunque TSMC seguirá siendo el proveedor principal y mantendrá el liderazgo tecnológico fabricando la inmensa mayoría de los chips de Apple, este acuerdo supondría un balón de oxígeno para Intel. Convertirse en proveedor de fundición para un cliente tan exigente como Apple validaría su negocio de servicios de fabricación. Según Kuo, el volumen inicial rondaría los 15 o 20 millones de unidades anuales, una cifra modesta para las cuentas de TSMC pero crucial para la reputación y el futuro a largo plazo de las fundiciones de Intel.

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