Apple y Amazon se enfrentan en Reino Unido a una demanda de 900 millones por presunto encarecimiento de productos Apple

Hay una sensación muy común cuando compras tecnología en grandes plataformas: que el precio se mueve poco, que los descuentos son tímidos y que, salvo alguna oferta puntual, el margen de ahorro es menor de lo que debería. Con Apple esto se nota todavía más, porque su política de precios es especialmente firme. Pero una cosa es que Apple controle su posicionamiento y otra muy distinta es que, según una demanda colectiva en Reino Unido, se haya creado un entorno donde a la gente le haya costado más comprar lo mismo.

El caso que se ha presentado ante el Competition Appeal Tribunal británico pone el foco en un acuerdo de 2018 entre Apple y Amazon. La acusación, dicho sin rodeos, es que ese pacto habría reducido de forma drástica la presencia de vendedores terceros de productos Apple en el marketplace de Amazon, recortando competencia y, con ella, descuentos.

Lo relevante aquí no es solo la cifra, más de 900 millones de libras en compensación reclamada, sino el mecanismo: si se restringe quién puede vender, se restringe también la guerra de precios. Y eso, para el consumidor, se traduce en algo muy concreto: pagar de más sin darse cuenta, compra tras compra.

De qué se acusa exactamente a Apple y Amazon

La demanda sostiene que Apple y Amazon habrían “colaborado” para limitar la venta de dispositivos Apple por parte de revendedores independientes dentro de Amazon. Según lo publicado, el acuerdo habría dado a Amazon mejores condiciones mayoristas para vender directamente productos Apple, mientras se estrechaba el cerco a los vendedores autorizados que antes competían en el mismo escaparate.

El planteamiento del caso es muy sencillo de entender. En un marketplace, el precio final no lo marca solo el producto, lo marca la cantidad de vendedores peleando por la misma venta. Si esa competencia se reduce, el descuento medio tiende a caer. La demanda afirma que, con menos terceros ofreciendo iPhone, iPad, MacBook y también Beats, la presión a la baja desaparece y el precio se queda “artificialmente alto”.

Además, se remarca que el alcance sería amplio: no se habla de un nicho de accesorios, sino de “productos Apple” en general, con una lista que incluye desde ordenadores y tablets hasta auriculares y periféricos.

Quién impulsa la demanda y a quién afectaría

La acción se tramita como procedimiento colectivo en Reino Unido y está liderada por Justin Le Patourel a través de una entidad creada para representar al grupo, con el apoyo del despacho de litigación en competencia Hausfeld. Esa parte importa porque da pistas de cómo se está planteando: no es un caso individual, sino una reclamación pensada para millones de compradores.

Las cifras que se manejan son enormes. Se habla de alrededor de 10 millones de consumidores potencialmente afectados, con derecho a compensación si el tribunal permite que el caso avance como acción colectiva. Y la ventana temporal es clara: compras de productos Apple nuevos desde octubre de 2018.

Otro detalle importante es el alcance fuera de Amazon. La documentación divulgada menciona que la elegibilidad podría incluir compras en Amazon o en otros comercios, citando ejemplos como Currys, siempre dentro del periodo indicado.

La defensa de Amazon y el choque de relatos

Amazon rechaza la acusación. En declaraciones recogidas por medios, su postura es que el acuerdo mejoró la experiencia de compra, ampliando oferta fiable de productos Apple, con mejores condiciones logísticas y más competencia, no menos. También señalan que el acuerdo se anunció públicamente y que no hay base para la demanda.

Aquí es donde se ve el choque típico en casos de competencia. Para una empresa, “ordenar” un marketplace puede significar calidad y control de falsificaciones, algo que en Apple es un tema sensible. Para los demandantes, “ordenar” puede ser una forma elegante de expulsar a quien compite con precios más agresivos. Y el tribunal tendrá que decidir si se trata de una medida procompetitiva o de una restricción que perjudicó a los consumidores.

Por qué este caso va más allá de Apple y Amazon

Aunque el titular se centre en iPhone y compañía, el tema de fondo es el control de canales de venta en la economía de plataformas. Apple lleva años reforzando su distribución autorizada, y Amazon lleva años intentando garantizar suministro directo y reducir fricción con marcas grandes.

Y hay un precedente que ayuda a entender por qué este caso tiene tracción. En la comunicación del propio despacho que impulsa la acción se menciona que autoridades de competencia en Italia y España ya han estudiado acuerdos similares, aunque con recorridos judiciales complejos y apelaciones.

El siguiente paso será clave: que el tribunal decida si el procedimiento puede seguir adelante como acción colectiva. Si lo permite, el caso pasa de ser un titular llamativo a convertirse en un examen largo sobre cómo se fijan precios, cómo se limita la competencia en marketplaces y hasta qué punto los acuerdos de distribución pueden cruzar la línea.

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