Samsung prepara sus gafas inteligentes con IA sin pantalla para competir con las Meta Ray-Ban antes de dar el salto a la realidad aumentada

El Proyecto Moohan puso a Samsung en el mapa de la XR, pero la jugada comercial más cercana no va por el casco futurista, sino por algo mucho más normal: unas gafas inteligentes sin pantalla, apoyadas en IA, con plan de lanzamiento para finales del próximo año. No es un paso atrás; es un atajo. Mientras Apple sigue peleándose con plazos y Meta exprime sus Ray-Ban, los coreanos van a por un producto que ya encaja en la vida diaria y que, además, acostumbra al usuario a llevar tecnología en la cara.

Un puente entre el móvil y la RA “de verdad”

Este formato (sin proyección en el campo de visión) funciona como puente: conserva lo que hace útil al smartphone (asistente, cámara, llamadas, navegación, traducción), pero libera las manos y reduce fricción. La referencia es clara: las Ray-Ban de Meta han validado el concepto, y el resto toma nota. Samsung, si llega con buen timing, puede colarse justo cuando el público ya entiende para qué sirven.

La idea no es sustituir al móvil, sino complementarlo: tú sigues con el Galaxy en el bolsillo; las gafas hacen de interfaz de acceso rápido a funciones resueltas por IA.

Qué cabe esperar

Con la información disponible, lo razonable es pensar en un set de funciones muy parecido al de los referentes actuales:

• Asistente por voz con IA para consultas rápidas, recordatorios o dictado.
• Traducción de rótulos o menús usando la cámara del móvil o una cámara propia si la integran.
• Navegación paso a paso: la IA narra giros y te avisa de cruces sin mirar la pantalla.
• Llamadas y mensajes en manos libres.
• Captura discreta de foto/vídeo (si hay cámara) con comandos simples.

El detalle técnico (si habrá cámara, qué sensor, cómo resuelven el audio: abierto, conducción ósea, etc.) aún no está sobre la mesa. Pero el enfoque “sin pantalla” abarata, aligera y alarga la batería frente a cualquier RA con micro-proyección.

La pieza que lo hace viable: la IA

La diferencia respecto a intentos pasados (Google Glass, por ejemplo) es que la IA ya resuelve tareas útiles en contexto. Traduce mejor, entiende órdenes más naturales y, sobre todo, se adapta a lo que haces. Samsung tiene dos cartas: Galaxy AI y la integración con el ecosistema Galaxy/SmartThings. Si el emparejamiento con el móvil es tan limpio como con un Watch o unos Buds, media batalla está ganada.

La IA también condiciona el diseño: muchas funciones pueden correr en el teléfono y las gafas actúan como “terminal” ligero. Menos peso, menos calor, menos que cargar.

Meta, Apple y el hueco que puede aprovechar Samsung

Meta va a lanzar este año una versión con pantalla 2D sencilla. Eso puede mover mucho mercado antes de que Samsung enseñe su propuesta. ¿Problema? También es oportunidad: si Meta crece, expande la categoría y normaliza el uso. Apple, entre tanto, sigue lidiando con su propia hoja de ruta de IA y ha retrasado otras piezas de hogar inteligente por la misma razón. Ahí hay espacio para que Samsung entre a precio competitivo, con disponibilidad global y marketing afinado.

Los retos que hay que resolver (y que el usuario notará)

• Autonomía y carga: si no llegas al día, no vale. Un estuche-cargador al estilo auriculares podría ser clave.
• Privacidad: micrófonos y (si la incluye) cámara. Indicadores claros cuando grabas, política de datos transparente y controles granulares en la app.
• Audio: oídos abiertos para no aislarte, pero sin filtrar toda la calle. Aquí se decide buena parte del confort.
• Ergonomía: peso, bisagras, varillas que no molesten tras horas. Esto no lo arregla el software.
• Latencia: si la respuesta por voz tarda, la magia se rompe. El emparejamiento con el Galaxy tiene que ser instantáneo.

Dónde puede marcar la diferencia Samsung

Samsung juega en casa cuando se trata de ecosistema. Un par de ejemplos obvios:

• Continuidad móvil-gafas: dictas un WhatsApp, resumes una nota o disparas la cámara del Galaxy de forma remota.
• SmartThings: controlar luces, puerta del garaje o el aire sin tocar el móvil tiene todo el sentido en unas gafas.
• Seguridad y cuentas: una sola cuenta Samsung, backup en la nube y restauración fácil si cambias de dispositivo.

Si además aciertan con precio y disponibilidad (no “solo en EE.UU.”), pueden llegar a un público que hoy mira las Ray-Ban con curiosidad, pero no termina de dar el salto.

Cuando se presenten, convendrá fijarse en cuatro cosas: autonomía real, calidad del audio en calle, qué hace la IA sin conexión y cómo explican la privacidad. Y, por supuesto, el catálogo de funciones de lanzamiento; si las clavan en lo básico (traducir, navegar, llamadas, notas) y lo hacen rápido, el resto puede crecer por software.

Fin del Artículo. ¡Cuéntanos algo en los Comentarios!