Intel fija el 5 de enero en el CES 2026 para presentar Panther Lake, su primer Core Ultra 300 fabricado en 18A con nueva CPU, GPU Xe3 y NPU mejorada

Intel ha decidido enseñar sus cartas con bastante antelación: la próxima generación de procesadores para portátil ya tiene nombre, apellido y día de estreno. Se llamará Core Ultra 300 “Panther Lake” y se presentará oficialmente el 5 de enero de 2026, aprovechando el ruido mediático del CES de Las Vegas. A partir de ahí empezará el relevo de los actuales Lunar Lake en equipos delgados y ligeros y de los Arrow Lake en portátiles más potentes, con una idea muy clara en mente: que el concepto de “AI PC” no se le escape a la competencia.

Qué se sabe realmente de Panther Lake

Aunque Intel todavía no ha enseñado las diapositivas definitivas, sí ha ido dejando suficientes pistas como para hacerse una idea bastante sólida. Panther Lake llegará en formato Core Ultra Series 3 para portátiles, se moverá en consumos en torno a los 28 W y estará orientado a los diseños donde el grosor y la autonomía importan tanto como el rendimiento. La compañía habla de un lanzamiento comercial a lo largo del primer trimestre de 2026, así que la distancia entre la presentación y los primeros equipos en tienda debería ser bastante corta.

La otra pieza clave es el proceso de fabricación. Estos chips serán los primeros destinados al gran público producidos sobre Intel 18A, el nodo con el que la compañía quiere volver a competir de tú a tú en densidad y eficiencia frente a los fabricantes que hoy marcan el paso.

Nueva CPU, nueva GPU y una NPU más ambiciosa

Por dentro, Panther Lake no es un simple refrito. Estrena núcleos de alto rendimiento Cougar Cove y núcleos eficientes Darkmont, una evolución natural de lo que la marca ha ido montando en generaciones recientes, pero refinada para sacar partido al nodo 18A. Sobre el papel deberíamos ver un salto en rendimiento por vatio más que un aumento brutal de frecuencias.

El apartado gráfico también se actualiza con una GPU integrada basada en la arquitectura Arc Xe3. Intel lleva tiempo insistiendo en que sus iGPU tienen que dejar de ser “para salir del paso” y convertirse en una opción real para jugar a títulos populares o trabajar con creación de contenido ligera sin depender de una GPU dedicada.

La tercera pata del conjunto es la NPU, el motor dedicado a tareas de inteligencia artificial en local. El discurso de la industria gira ahora alrededor de la idea de que el portátil debe ser capaz de ejecutar modelos de IA sin conectarse a la nube, tanto por latencia como por privacidad y ahorro de costes.

Una plataforma nacida para el portátil fino con mucha IA

Intel presenta Panther Lake, ante todo, como una plataforma móvil. La mayoría de diseños iniciales serán portátiles finos y ligeros que se apoyan casi por completo en la gráfica integrada y apuestan por autonomías largas. Habrá modelos más ambiciosos con GPU dedicada, sobre todo en gamas gaming y estaciones de trabajo portátiles, pero no parece que el foco esté ahí en esta primera oleada.

Ese planteamiento encaja con el discurso del AI PC. La idea no es solo que el procesador pueda con muchos hilos en Cinebench, sino que sea capaz de mantener videollamadas con ruido de fondo eliminado en tiempo real, resúmenes instantáneos de contenidos, generación de imágenes durante el trabajo creativo o asistentes que funcionan en segundo plano sin tirar de servicios externos.

Un punto interesante será ver cómo se comportan estos chips en carga sostenida dentro de chasis muy delgados, un terreno donde históricamente los procesadores de Intel han tenido luces y sombras.

El papel de Panther Lake dentro de la hoja de ruta de Intel

Mirando un poco más allá del lanzamiento puntual, Panther Lake es una pieza importante dentro de la secuencia que Intel lleva encadenando estos años: Meteor Lake, Lunar Lake, Arrow Lake y lo que venga después. Cada generación ha intentado corregir parte del terreno perdido frente a competidores x86 y, cada vez más, frente a las propuestas ARM que están empujando fuerte en portátiles ultraportables.

En ese contexto, Panther Lake tiene varias misiones en paralelo. Por un lado, demostrar que Intel 18A no es vaporware, sino un proceso que puede sostener productos de consumo en volumen. Por otro, reforzar la marca Core Ultra como sinónimo de portátil con IA integrada, antes de que sean otros los que se adueñen del concepto en la mente del usuario. Y, de fondo, seguir afinando una arquitectura híbrida de núcleos grandes y pequeños que todavía está encontrando su mejor punto de equilibrio.

Quedan incógnitas importantes: frecuencias finales, comportamiento real de la GPU Xe3 en juegos actuales, margen de overclock o undervolt que dejarán los fabricantes y, sobre todo, qué tal se comparan estos equipos frente a rivales que también están apostando por NPUs potentes y arquitecturas muy eficientes. Lo que sí está claro es que el CES 2026 será el momento en el que Intel ponga a Panther Lake bajo los focos, y a partir de ahí empezaremos a saber si esta generación es un giro de timón de verdad o un paso más en un camino que todavía tiene varias curvas por delante.

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