RTX 5060 Ti del ZOTAC Magnus funciona sin conector de 8 pines y se alimenta únicamente por PCIe
por Manuel NaranjoLa idea de montar una tarjeta gráfica de escritorio en un mini PC siempre ha tenido algo de imposible. El espacio, la refrigeración y sobre todo la alimentación suelen ser obstáculos difíciles de salvar. Sin embargo, ZOTAC ha conseguido algo que rompe bastantes esquemas con su nuevo Magnus equipado con una GeForce RTX 5060 Ti, una configuración que prescinde por completo de conectores de alimentación adicionales para la GPU y se alimenta exclusivamente a través de la placa base.
Una RTX 5060 Ti completa en formato ultracompacto
Lo primero que confirma este diseño es que no hablamos de una versión móvil ni recortada de la gráfica, sino de una RTX 5060 Ti de escritorio plenamente funcional, disponible incluso en variante con 16 GB de memoria. Esto ya es relevante de por sí, porque no es habitual encontrar GPUs de este nivel en equipos que apenas superan unos pocos litros de volumen interno.
La verdadera curiosidad está en el modo de suministro energético. ZOTAC ha desarrollado un sistema peculiar basado en dividir el conector del PCIe en dos bloques x8 independientes. La primera mitad se usa como enlace PCIe de datos en modo PCIe 5.0 x8, mientras que la segunda sección cumple un rol completamente distinto: transportar energía directamente desde la placa base hacia la gráfica.
En la motherboard del Magnus existe un circuito dedicado que recibe la tensión procedente de la fuente externa, similar a la de un portátil (19 voltios), y la canaliza hacia esa segunda línea del conector PCIe. De esta forma, la gráfica recibe toda la energía que necesita (en torno a 180 vatios de consumo máximo) sin ningún conector físico adicional.
Una solución que encaja con la gama media
La razón por la que este planteamiento resulta viable es simple: la RTX 5060 Ti se mueve en un rango de consumo moderado comparado con modelos de gama alta. Sus aproximadamente 180 W permiten soluciones creativas sin llevar al límite el sistema eléctrico interno del equipo. En una GPU que supere los 300 W, sería prácticamente imposible implementar algo similar sin riesgos térmicos o de estabilidad.
En tarjetas tradicionales de esta gama, suele bastar un único conector PCIe de 8 pines, además de la energía que aporta el propio slot. ZOTAC ha decidido suprimir incluso ese cable, integrando todo el suministro directamente en la placa base. Esto libera espacio, reduce el cableado interno y simplifica enormemente el diseño del chasis.
La tarjeta sigue disponiendo de un pequeño margen para aumentar ligeramente su techo energético en torno a un 10 %, pero aquí aparece el factor determinante: el límite ya no es eléctrico, es térmico. Un chasis tan compacto no está pensado para disipar cargas elevadas durante largos periodos, incluso aunque el sistema pueda suministrarlas brevemente.
Ventajas reales en equipos compactos
El beneficio más evidente de esta arquitectura es la limpieza interna del equipo. Desaparecen cables rígidos y conectores voluminosos, mejorando el flujo de aire y reduciendo la complejidad del ensamblaje. Todo el suministro energético parte de una única entrada externa y se distribuye de manera ordenada por la propia placa base.
Además, se abaratan potenciales puntos de fallo. Menos conectores significan menos conexiones susceptibles de recalentarse, aflojarse o deteriorarse con el tiempo. En equipos que se mueven de sitio o se transportan con frecuencia, esta simplificación aporta un plus de fiabilidad.
El montaje final queda completamente cerrado para el usuario: se compra el Magnus listo para funcionar, sin tareas de conexión internas ni manipulaciones delicadas propias de sistemas más tradicionales.
¿Puede extenderse esta idea a otros modelos?
El concepto de alimentación híbrida por PCIe podría repetirse en futuras gráficas de gama media que mantengan consumos contenidos. GPUs similares a la RTX 5060 Ti podrían adoptar plataformas compactas muy parecidas, facilitando la llegada de PCs gaming extremadamente pequeños sin recurrir a chips móviles menos potentes.
Sin embargo, la propuesta tiene límites claros. Es necesaria una placa base específica diseñada para este tipo de distribución eléctrica, lo que impide trasladar la idea de forma directa al ecosistema estándar de PCs modulares. Tampoco es viable escalarla hacia tarjetas de gama alta, cuyos requerimientos energéticos y térmicos superan con creces lo admisible en un formato compacto.
En la industria ya se han visto movimientos para ocultar o reorganizar cables, como el concepto BTF de ASUS, donde los conectores se sitúan en la parte trasera de la placa base para dejar un frontal más limpio. Pero la propuesta del Magnus va un paso más allá: aquí no se esconde el cable, directamente se elimina.
Un experimento que apunta al futuro
La presencia de una RTX de escritorio sin cables adicionales en un sistema tan compacto muestra que aún existe margen para innovar en la arquitectura de los PCs. No se trata solo de sumar potencia, sino de cómo integrarla de forma eficiente en equipos cada vez más pequeños sin comprometer estabilidad ni seguridad.
Este enfoque no pretende sustituir a los PCs modulares tradicionales, pero sí abre una vía diferente para los equipos compactos de alto rendimiento. Demuestra que no siempre hace falta recurrir a GPUs móviles para reducir el tamaño del sistema: con suficiente ingeniería, una gráfica de escritorio también puede encontrar su sitio en una carcasa mínima.
El Magnus con RTX 5060 Ti es, de momento, una solución muy concreta, pero marca un interesante precedente sobre cómo podrían diseñarse los mini PCs gaming de próxima generación.
Fin del Artículo. ¡Cuéntanos algo en los Comentarios!
