Una de las ventajas más grandes del USB-C es su versatilidad, este conector reversible ya ha demostrado con creces que puede servir tanto para cargar dispositivos como para transmitir datos y vídeo o dar soporte a tecnologías como el Thunderbolt 3 de alta velocidad. Sin embargo, esto supone un problema a la hora de requerir cables y dispositivos con ciertas especificaciones para un funcionamiento corriente.
Hasta entonces, el USB Implementers Forum había centrado sus esfuerzos en evitar que fabricantes de dudosa calidad colocaran el logo de USB-C en sus productos, un trabajo que ha resultado ser infructuoso, así que la nueva estrategia pasa por una acción directa mucho más activa: implementar un sistema de autentificación de dispositivos USB-C para verificar que lo que conectemos a nuestro PC u otros aparatos cuente con garantías y no nos vaya a producir problemas.
Para ello el USB-IF ha definido un programa de autentificación mediante un protocolo que utiliza un cifrado de 128 bits y que hace que todos los componentes conectados puedan comunicarse y cerciorar que son certificados. Este sistema puede utilizar tanto el canal de datos o el canal de entrega de potencia, por lo que podrá implementarse tanto en dispositivos que transfieran información como en dispositivos de alimentación.
Este sistema incluye tanto a dispositivos como a cables, cubriendo toda la cadena de interconexión donde el USB-C tenga algo que ver. El USB-IF no define qué acciones realizar cuando se detecta un componente o cable no certificado, pero esto podría dar pie a los fabricantes a avisar cuando se utilice un cable de dudosa procedencia o directamente no permitir su uso.
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