Lenovo prepara el Proyecto Pivo, un portátil con pantalla 16:9 capaz de girar a vertical que se verá en IFA 2025

Con la IFA ya en el horizonte, Lenovo vuelve a tirar de ese hilo que más le gusta: el de los formatos raros que buscan sentido en el día a día. No es la clásica renovación de ficha técnica, sino un giro (literal) a cómo usamos la pantalla de un portátil. La idea es sencilla de explicar y difícil de ejecutar: un equipo capaz de pasar de la orientación horizontal de toda la vida a una vertical pensada para trabajar sin dejar de ser útil para el ocio.

Proyecto Pivo, un panel 16:9 que rota

El concepto, bautizado internamente como Proyecto Pivo, no intenta reinventar la relación de aspecto con paneles 3:2 o 16:10. Opta por lo pragmático: un 16:9 convencional que rota cuando interesa. Ese detalle cambia mucho el uso. En modo apaisado, películas y juegos encajan sin bandas; en vertical, los documentos largos, la edición de texto, la vista de hojas de cálculo o el timeline de un editor ganan altura y evitan tanto scroll. Además, acercar el borde superior al nivel de la mirada ayuda a mantener una postura más natural en jornadas largas.

La gracia está en que no es solo un capricho visual. Para que esto funcione hay que cuadrar mecánica y software. El sistema de bisagra necesita par suficiente para sostener la pantalla elevada sin vibraciones, topes claros para fijar cada orientación y un soporte que no comprometa la estabilidad sobre la mesa.

Luego está lo térmico: si el flujo de aire está calculado para un chasis en horizontal, rotar el panel no puede estrangular las tomas de ventilación. También cuentan los detalles tontos que luego marcan la experiencia: la webcam debe seguir a la altura correcta en vertical, los puertos no deberían quedar apuntando hacia arriba y el touchpad ha de seguir siendo cómodo aunque el centro de gravedad se desplace.

Cómo encajará en el día a día

En el lado del sistema, Windows lleva años soportando el modo retrato y la rotación, pero la clave está en cómo se adaptan las apps. Editores de texto, IDEs y navegadores lo agradecerán; en multimedia, la vertical puede tener sentido para contenido 9:16 que ya se produce así.

Para tareas mixtas, dividir pantalla en retrato rinde más de lo que parece: una columna para texto y otra para referencias, o correo y calendario alineados sin sensación de agobio. Queda por ver si Lenovo añade sensores para detección automática, perfiles de color por orientación o atajos rápidos para bloquear la rotación cuando no interesa.

Un precedente: la ThinkBook Rollable

Esta apuesta no nace en el vacío. El precedente inmediato es la ThinkBook Plus Gen 6 Rollable, ese experimento que estiraba una OLED flexible de 14 a 16,7 pulgadas para ganar altura. Aquello probó que hay curiosidad por pantallas que crecen hacia arriba, pero también dejó claro que los costes y la fiabilidad mandan. Pivo va por otra vía: usar un panel estándar y moverlo, una solución menos exótica para la cadena de suministro y potencialmente más madura para producción.

La IFA como campo de pruebas

El calendario juega a favor. IFA es la feria ideal para validar ideas y tomar el pulso al público profesional sin prometer nada. Si la recepción acompaña, hay recorrido: perfiles como redactores, programadores, analistas de datos o creadores que ya trabajan con monitores en vertical podrían ver sentido a llevar esa lógica a un portátil. Y en entretenimiento, mantener 16:9 evita compromisos. No es un formato de nicho: es el mismo panel haciendo doble papel.

Lenovo no llega sola a Berlín

La filtración que destapa el prototipo llega más tarde de lo habitual en la historia: @evleaks ha mostrado las imágenes en X, pero ni el nombre comercial ni la fecha están cerrados. También se espera que Lenovo aproveche la feria para enseñar dos tabletas (Yoga Tab e IdeaPad Plus) y un Legion Go 2 que apuntalará su catálogo gaming portátil. Ese tríptico tiene sentido: tablet para consumo y notas, portátil “transformista” para productividad y un dispositivo de juego para completar el ecosistema.

¿Prototipo o producto real?

La gran pregunta ya no es si se puede hacer, sino si aporta valor real sin encarecer el producto ni complicar su uso. Si Lenovo consigue un chasis estable, una bisagra sólida y una integración de software sin fricciones, Pivo tiene pinta de algo más que un “concept” de escaparate. Si se queda en una demo vistosa, al menos habrá servido para recordar que la productividad no solo va de añadir vatios: a veces, colocar mejor la pantalla importa más que cualquier cifra de rendimiento.

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