Los paneles OLED de cuarta generación de LG Display consiguen la triple certificación de UL Solutions para color, negros y reproducción perfecta

En el mundo de las pantallas siempre se habla de cómo se ven las cosas en condiciones ideales: sala oscura, luz controlada y todo preparado para que la imagen brille. La realidad, claro, es distinta: la mayoría vemos series o partidos en el salón, a plena luz del día y con lámparas encendidas. Ahí es donde LG Display quiere marcar diferencias con su cuarta generación de paneles OLED, que acaba de recibir una verificación bastante interesante por parte de UL Solutions.

¿Qué significa esa verificación?

El sello en cuestión se llama “Perfect Reproduction” y lo que garantiza es que el panel mantiene la fidelidad de la imagen en entornos con hasta 500 lux de iluminación, es decir, lo que suele haber en un salón con buena entrada de luz natural. En números concretos, hablamos de que estos OLED reproducen con precisión más del 95 % de la señal original en vídeo 4K (unos 8,3 millones de píxeles).

En la práctica, esto quiere decir que lo que antes solo se lograba en una sala de cine oscura ahora se puede conseguir en un entorno doméstico mucho más luminoso. La experiencia no se degrada porque entre el sol por la ventana o porque la lámpara del techo esté encendida.

Un triplete de garantías

Esta no es la primera vez que UL Solutions avala a LG Display. Sus OLED de cuarta generación ya habían recibido las verificaciones de Perfect Black y Perfect Color tras superar pruebas también a 500 lux. Con esta nueva validación, la compañía se convierte en la primera del sector en sumar las tres, un detalle que refuerza la idea de que el OLED no solo brilla en laboratorios, sino también en el día a día.

Qué hay detrás de la tecnología

El secreto de estos paneles sigue siendo su estructura autoemisiva: cada píxel genera su propia luz y se apaga por completo cuando tiene que mostrar negro. Eso les permite un control mucho más preciso del brillo y del color frente a tecnologías como LCD, que dependen de una retroiluminación global.

Además, esta cuarta generación de paneles LG incorpora un diseño de reflexión ultrabaja que reduce los reflejos tanto de luces internas como externas. El resultado es que la imagen no se “lava” ni pierde contraste, incluso en espacios donde el entorno suele jugar en contra.

HDR, SDR y la diferencia real

Uno de los puntos en los que se nota más la diferencia está en cómo se muestran los contenidos HDR y SDR. El primero ya está pensado para brillar en contraste y color, pero el segundo (el que encontramos en muchas retransmisiones o series más antiguas) suele quedarse corto en rango dinámico.

En paneles LCD, ese SDR puede dar sensación de “neblina”, con negros que parecen grises. En cambio, en un OLED, incluso el contenido estándar se beneficia del negro puro y del contraste mejorado, logrando que una retransmisión deportiva o un programa de televisión de toda la vida se vean más vivos y definidos.

Más allá de las cifras

Todo esto de certificaciones y porcentajes está bien, pero lo importante es que los nuevos OLED de LG Display están pensados para entornos reales: salones iluminados, habitaciones con ventanas sin cortinas opacas y familias que no van a bajar la persiana solo para ver una serie. Lo que se busca es que la experiencia sea igual de consistente, independientemente de la hora del día.

Con esta cuarta generación de paneles OLED, LG Display no solo presume de calidad en condiciones perfectas, sino que también lo respalda en situaciones más realistas. Entre el negro absoluto, el bajo nivel de reflejos y la fidelidad en color y brillo, incluso con luz ambiental, la propuesta es clara: ver la tele en el salón debería ser tan satisfactorio como hacerlo en una sala de cine.

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