Roborock presenta RockMow Z1, S1 y RockNeo Q1, su primera familia de cortacéspedes autónomos con hasta 5.000 m² de alcance

Roborock, la marca que muchos tenemos asociada a los robots aspiradores que se pasean por el salón, se anima ahora con el césped. Su primera familia de cortacéspedes autónomos llega con tres modelos (RockMow Z1, RockMow S1 y RockNeo Q1) y una idea clara: trasladar al exterior la receta que les ha funcionado en casa (navegación precisa, sensores y poco mantenimiento), pero adaptada a un terreno que no perdona errores.

RockMow Z1: el “todoterreno” para jardines difíciles

El Z1 es el más ambicioso de la gama. No se limita a “ir y venir”: monta tracción total y, según Roborock, es capaz de lidiar con pendientes del 80% (aprox. 38,7°). Eso ya no son ondulaciones, son laderas serias. Para que ese empuje no se traduzca en derrapes, cada rueda delantera lleva su motor de dirección independiente; el resultado es una dirección activa que gira fino y evita perder tracción al trazar curvas en suelos complicados. Lo acompaña una suspensión dinámica que mantiene el cuerpo estable cuando el terreno se rompe en baches o raíces y, con ello, un corte más uniforme.

En navegación, Roborock combina RTK (posicionamiento cinemático en tiempo real vía satélite) con VSLAM (mapeo y localización visual simultáneos). Traducido: posicionamiento centimétrico cuando el cielo está “limpio” y apoyo visual cuando hay sombras, pasillos estrechos o zonas poco iluminadas.

La marca asegura además que puede apurar a 3 cm de paredes y obstáculos, lo que reduce bastante el trabajo de bordes a posteriori. Y si te gusta jugar, la app permite dibujar patrones personalizados y hasta texto sobre el césped. Como capacidad, apunta a hasta 5.000 metros cuadrados en 24 horas, que es aproximadamente el 70% de un campo de fútbol estándar: cifras serias para fincas grandes.

RockMow S1: equilibrio sensato para la mayoría

El S1 es el punto medio. Mantiene “cerebro” y buena parte del músculo, pero baja un escalón donde tiene sentido. Promete manejar pendientes del 45% (unos 24,2°) y moverse por pasillos de 70 cm de ancho sin atragantarse. En rendimiento diario, la marca habla de 1.000 metros cuadrados por día, suficiente para la inmensa mayoría de jardines domésticos. Conserva la navegación afinada y ese corte cercano a bordes de 3 cm, pero empaquetado en una máquina menos extrema (y previsiblemente más ajustada en precio cuando se desvele).

RockNeo Q1: mantenimiento diario para jardines pequeños

El Q1 es el discreto de la familia, pensado para jardines pequeños y rutinas frecuentes. No busca hazañas, busca constancia. Un detalle práctico: incluye un ajuste para evitar segar de noche, pensado para no molestar a mascotas (ni a vecinos) cuando la agenda aprieta. Aunque es el básico, comparte el núcleo tecnológico de la casa: Sentisphere AI para percepción del entorno y la misma capacidad de apurar los bordes a 3 cm. En el día a día, esa combinación de sensores y buen filo suele marcar la diferencia entre “pasar” y “de verdad mantener”.

Lo común en los tres: sensores, precisión y menos repaso manual

Toda la familia hereda el enfoque que hizo populares a sus robots de interior: percepción ambiental (Sentisphere AI) para detectar y esquivar obstáculos, navegación inteligente que traza rutas con cabeza en vez de “rebotes” aleatorios y corte cercano a muros para reducir el tiempo de desbroce manual. La mezcla RTK + VSLAM del Z1 es el máximo exponente, pero el mensaje es el mismo en los tres: que el robot pase más tiempo cortando y menos corrigiéndose a sí mismo.

¿Para quién es cada uno?

Si hablamos en llano: Z1 para parcelas grandes y con cuestas (o suelos traicioneros), con la tranquilidad de que hay potencia y cerebro para no quedarse atascado; S1 para quien quiere casi todo lo importante, pero en el formato más razonable para un jardín doméstico estándar; Q1 para espacios pequeños donde lo crucial es la constancia y no montar un “tanque” para hacer 200 metros de césped. Los tres comparten filosofía, cambia el tamaño de la herramienta.

Disponibilidad y precios

Roborock dice que la disponibilidad se irá extendiendo por varios países europeos en los próximos meses. No hay precios oficiales todavía. Con las prestaciones sobre la mesa, lo lógico es que el Z1 se sitúe en la franja alta y que S1 y Q1 vayan bajando escaleras. Cuando se abran reservas y tarifas, ahí se verá si, además de la ficha, han dado con el precio que empuje a quienes hoy siguen con el cortacésped manual.

Han conquistado el salón; ahora tocan el jardín con la misma receta: autonomía, navegación precisa y menos “mantenimiento del mantenimiento”. Si cumplen lo prometido (y sobre el papel hay mimbres), veremos menos sábados con el cable al hombro y más céspedes con buena cara sin que tú tengas que estar detrás del robot. Y eso, al final, es lo que vende esta categoría.

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