GIGABYTE AI TOP CXL R5X4 amplía la memoria del sistema hasta 512 GB con DDR5 estándar y conexión PCIe 5.0 x16

El hardware profesional vive una etapa curiosa: cada vez más potencia, pero también más memoria. GIGABYTE se mete de lleno en ese segundo frente con la AI TOP CXL R5X4, una tarjeta de expansión pensada para sumar hasta 512 GB de memoria al sistema apoyándose en CXL (Compute Express Link). No es un capricho; es una respuesta directa a cargas de IA, virtualización o análisis de datos que se quedan cortas con la RAM convencional.

Qué es exactamente (y qué la hace distinta)

No hablamos de un módulo DIMM “al uso”, sino de una tarjeta PCIe. Se instala en una ranura PCIe 5.0 x16 y trabaja bajo CXL 2.0/1.1, el estándar que aprovecha el enlace PCIe para ampliar memoria con latencias controladas y gestión dedicada. La propuesta de GIGABYTE incluye cuatro zócalos DDR5 RDIMM con ECC, cada uno preparado para módulos de hasta 128 GB. La cuenta es sencilla: 512 GB extra si completas las cuatro ranuras.

La diferencia con otras soluciones CXL, como los Samsung CMM-D, está en que aquí se apuesta por DDR5 estándar. Eso da más libertad al usuario: más opciones de capacidad y menos dependencia de memorias propietarias que suelen encarecer la configuración.

Ficha técnica con pies en el suelo

La AI TOP CXL R5X4 va en serio por construcción. Sus 120 × 254 mm de tamaño esconden una PCB HDI de 16 capas, diseñada para resistir cargas intensivas. A nivel energético, se mueve en torno a los 70 W y necesita un conector EXT12V de 8 pines adicional. En la práctica, el consumo es razonable para una tarjeta que aporta semejante capacidad de memoria.

El enfriamiento recae en un único ventilador que mantiene bajo control al controlador Microchip PM8712, responsable de la comunicación bajo CXL. Como detalle práctico, el frontal integra un LED de encendido, útil en racks o estaciones de trabajo abarrotadas donde conviven múltiples tarjetas.

Compatibilidad: conviene mirar la letra pequeña

El punto delicado de esta tarjeta está en la compatibilidad. Por ahora, GIGABYTE limita su funcionamiento a dos placas base de su catálogo: la TRX50 AI TOP, pensada para procesadores AMD Threadripper, y la W790 AI TOP, orientada a sistemas con Intel Xeon. Incluso en ellas hay limitaciones: no todas las ranuras PCIe permiten activar CXL. La propia marca advierte que, por ejemplo, la PCIEX16_4 de la TRX50 no soporta esta tecnología. Antes de comprar, recomiendan consultar directamente para confirmar la compatibilidad exacta.

La compañía aún no ha dado cifras oficiales, aunque en el sector ya circulan estimaciones: entre 2.000 y 3.000 dólares (entre 1.700 y 2550 euros aproximadamente). No es un producto barato, pero tampoco lo pretende. Su público son profesionales y empresas que necesitan un plus de memoria que justifique la inversión, porque en muchos casos disponer de 512 GB extra puede marcar la diferencia entre terminar un proyecto o quedarse a medias.

Un paso más hacia la era del CXL

Lo interesante de esta tarjeta no es solo su ficha técnica, sino lo que representa: CXL empieza a materializarse en productos reales. Hasta hace poco era casi un concepto experimental, y ahora se traduce en soluciones tangibles que amplían memoria de forma modular.

Con la AI TOP CXL R5X4, GIGABYTE se posiciona como uno de los primeros fabricantes en llevar esta tecnología al mercado profesional. Falta ver cómo evoluciona la adopción del estándar y qué movimientos hacen los competidores, pero el mensaje es claro: el futuro de la memoria no pasa únicamente por módulos cada vez más grandes, sino también por tarjetas que expanden el sistema de forma flexible y escalable.

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