El Apple A19 Pro supera al Snapdragon 8 Elite y al Ryzen 9 9950X en single-core con 3.895 puntos en Geekbench 6
por Manuel Naranjo 10Apple lleva años jugando en su propia liga con los procesadores de iPhone, pero con el A19 Pro la comparación ya no es solo con otros móviles. Los números de Geekbench 6 ponen este SoC en una posición incómoda para el resto de la industria: 3.895 puntos en single-core, un +11% frente al A18 Pro y +36% sobre Snapdragon 8 Elite. Más llamativo aún: en esa misma prueba de un solo hilo supera al M4 de Apple (+5,3%) y a un Ryzen 9 9950X de AMD (+11,8%). Que un chip de smartphone aventaje a CPUs de escritorio en cargas de un hilo dice mucho del rumbo que está tomando la arquitectura de Apple.
Qué hay dentro: frecuencia, IPC y memoria bien afinadas
El A19 Pro mantiene el esquema de seis núcleos con dos de alto rendimiento y cuatro de alta eficiencia, pero no es un mero “refresco”. Los performance cores suben hasta 4,26 GHz (+6,5%) y llegan con predicción de saltos mejorada y un frontend más ancho. En castellano: el núcleo acierta mejor por dónde va a ir el código y traga más instrucciones por ciclo. Los cuatro núcleos eficientes ganan un caché de último nivel un 50% mayor, lo que reduce viajes a memoria y recorta consumo en tareas del día a día.
El proceso de fabricación también empuja: TSMC N3P, una evolución de N3E con un 4% más de densidad y margen para un 5% superior en rendimiento a la misma potencia, con un consumo de hasta un 10% menos a la misma frecuencia. Ese colchón ayuda a sostener picos sin disparar temperatura, clave en un chasis sin ventilador como el de un iPhone.
CPU: por qué importa tanto el single-core
En multihilo, el A19 Pro firma 9.746 puntos, un 12% más que el A18 Pro. No bate a las CPUs de escritorio aquí (no toca), pero el dato relevante en un móvil sigue siendo el single-core. Muchas interacciones de iOS y de las apps (UI, lógica de juego, scripting, partes de la cámara computacional) siguen estando dominadas por uno o pocos hilos. Tener el núcleo más fuerte se traduce en aperturas más rápidas, animaciones limpias y respuestas inmediatas, con menos necesidad de “forzar” frecuencia durante mucho tiempo.
Conviene poner el avance en contexto: un 11-12% más sobre la generación previa es sólido, aunque menor que el salto del A18 Pro sobre A17 Pro (+18%). Apple parece haber priorizado eficiencia e IPC antes que empujar la frecuencia a cualquier precio. Con cámara de vapor y unibody de aluminio, cabía subir más el reloj; sin embargo, la marca parece apuntar a cargas con muchas ramas y a un perfil térmico sostenido, más útil en uso real que un “pico” bonito de laboratorio.
GPU: el salto que no se anunció a bombo y platillo
Apple apenas habló de la gráfica, más allá de confirmar seis clústeres. Aun así, los resultados son un 37% mejores respecto a la generación anterior y 45.657 puntos en Geekbench 6 GPU. Eso coloca al iPhone con el A19 Pro en la órbita de la GPU de iPad Air con M2/M3 y cerca de una Radeon 890M integrada de AMD.
No es marketing; son shaders extra traducidos en mejor posprocesado, profundidad de campo y cargas de visión por computador más rápidas. Precisamente ahí (Background Blur y Gaussian Blur) es donde la nueva GPU saca más ventaja: efectos que hoy usan tanto los juegos como la edición de foto/vídeo y, cada vez más, la IA on-device.
IA en el dispositivo
Se habla mucho de TOPS y aceleradores neuronales, pero el rendimiento de CPU y GPU sigue pesando en pipelines reales de IA: preprocesado, postprocesado, operadores que no están optimizados para el NPU… Con un single-core tan alto y una GPU que sube un 37%, el A19 Pro tiene mejores mimbres para tareas mixtas (trazar máscaras, aplicar desenfoques, compositar capas, convertir formatos). Traducido a experiencia: ediciones más rápidas en el carrete, filtros menos “pensones” y asistentes que responden sin mandar todo a la nube.
Geekbench es una foto útil, pero no lo explica todo. Aun así, el patrón es claro: núcleos más listos, cachés más generosas y un nodo que exprime mejor cada vatio. El resultado es un teléfono que abre, procesa y renderiza con menos espera y, sobre todo, sostiene ese rendimiento sin caer a plomo cuando el calor aprieta. Quien venga de un iPhone de hace dos generaciones notará el salto sobre todo en juegos con mucha carga de CPU, edición de vídeo y apps con IA que antes daban pequeños tirones al encadenar efectos.

Mirando al rival y al sobremesa
El Snapdragon 8 Elite se queda a un 36% en single-core. En multihilo, la pelea es más apretada por la diversidad de configuraciones, pero Apple mantiene la ventaja de controlar pila completa (núcleo, compilador, sistema, frameworks). Más provocador es ver al A19 Pro por delante del M4 en un hilo y del Ryzen 9 9950X en esa misma métrica. No significa que un iPhone reemplace a tu torre; sí que, para muchas tareas interactivas, un buen núcleo moderno pesa más que toneladas de hilos o un TDP descomunal.
El A19 Pro no es un fuego artificial de marketing: es un paso calculado que consolida a Apple arriba en single-core, suma una GPU claramente más capaz y mantiene a raya la termodinámica en un cuerpo diminuto. No rompe la tabla de multihilo (no puede, ni lo necesita), pero donde importa en un móvil, arranca, renderiza y responde mejor.
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