El auge de la IA pone en jaque al mercado de memorias flash: posibles escaseces hasta 2036, según Phison
por Edgar OteroLa explosión de la inteligencia artificial en los centros de datos está transformando el panorama del almacenamiento digital. Tal y como recoge Tom's Hardware, Pua Khein-Seng, director ejecutivo de Phison Electronics, la industria de memorias NAND flash podría enfrentarse a una escasez prolongada. Y no una cualquiera. Esta se extendería durante la próxima década.
La advertencia de Pua se enmarca en lo que especialistas describen como un inminente “superciclo” de memoria. Durante años, las caídas en los precios disuadieron a los fabricantes de realizar grandes inversiones. A ello se sumó que compañías como Micron y SK Hynix redirigieron capital hacia las memorias HBM, más rentables en el corto plazo. El resultado ha sido una menor capacidad productiva de NAND justo cuando la demanda vuelve a dispararse.
Firmas como SanDisk, Western Digital o Micron ya han anunciado congelaciones o subidas de precios en sus catálogos de memorias flash, reflejo de un mercado que atraviesa un repunte sin precedentes.
La culpa fue de la IA
Hace apenas unos días nos hacíamos eco del acuerdo entre OpenAI y Samsung para impulsar Startgate con 900.000 obleas de DRAM al mes. Esto nos recuerda que el factor principal detrás de este escenario es el boom de la inteligencia artificial. Inicialmente, la inversión en GPUs y memorias HBM estuvo orientada a entrenar modelos, un proceso que ahora se ha estabilizado. Por eso, el foco se ha trasladado hacia la inferencia. Este proceso genera un enorme volumen de datos que debe almacenarse, impulsando la necesidad de soluciones de almacenamiento masivo en la nube.
Una de las tecnologías clave en este contexto es el almacenamiento nearline, que se sitúa entre el acceso rápido y el archivo frío. Se emplea, por ejemplo, para guardar versiones antiguas de modelos, consultas pasadas o datos de usuario poco frecuentes, y está ganando peso en los planes de expansión de los centros de datos.
El adiós definitivo de los HDD
Pua también habla de otro cambio importante. Se refiere al declive progresivo del disco duro tradicional. Aunque hoy sigue siendo atractivo en costes para almacenamiento de gran capacidad, los precios de los SSD para servidores se acercarán a los de los HDD en un plazo de cinco a ocho años. A esto se suma que los plazos de entrega de discos duros superan ya el año en algunos proveedores, un factor que podría acelerar la transición.
En 2020, la proporción de SSD frente a HDD en centros de datos era mínima. Actualmente ronda el 20%, y la previsión de Pua es que alcance entre el 80% y el 100% en la próxima década. Si esta tendencia se confirma, la demanda de memoria flash mantendría un crecimiento sostenido hasta al menos 2036.
Es evidente que la IA ha supuesto un cambio de paradigma en muchos aspectos. También supone un reajuste en los costes de almacenamiento y un cambio estructural en cómo las grandes tecnológicas diseñan sus infraestructuras. Por eso, parece que la próxima década vendrá marcada por precios al alza en componentes clave, como la memoria RAM y los SSD.
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