NVIDIA GB10 Grace Blackwell reúne CPU Arm y GPU Blackwell en 3 nm con 31 TFLOPS y 600 GB/s de ancho de banda
por Manuel NaranjoNVIDIA aprovechó la edición de Hot Chips 2025 para poner sobre la mesa uno de sus desarrollos más ambiciosos: el GB10 Grace Blackwell, un superchip compacto pensado para concentrar buena parte de la potencia de un centro de datos en algo que cabe en una estación de trabajo de sobremesa. La idea es simple, pero contundente: acercar la capacidad de cálculo extremo al formato de escritorio, sin necesidad de enormes racks ni consumo desbordado.
El GB10 es un diseño multimatriz, donde conviven en un mismo encapsulado la parte de CPU y la parte de GPU. El chip se fabrica en el proceso de 3 nm de TSMC con empaquetado 2.5D, una solución que le permite escalar rendimiento sin disparar el tamaño ni la energía.
CPU Grace con sello de MediaTek
La parte de CPU llega de la mano de MediaTek, que ha colaborado con NVIDIA en esta arquitectura. En números, estamos hablando de 20 núcleos Arm v9.2, divididos en dos clústeres de diez. Cada grupo se apoya en 16 MB de caché L3 compartida, lo que suma un total de 32 MB, mientras que cada núcleo mantiene su propia caché L2 privada.
La memoria también juega un papel clave: el subsistema está formado por un bus LPDDR5X-9400 de 256 bits, capaz de gestionar hasta 128 GB de capacidad con un ancho de banda bruto en torno a 301 GB/s. Esto asegura que tanto CPU como GPU dispongan de un caudal suficiente para cargas pesadas sin quedarse cortos en transferencia de datos.
En cuanto a conectividad, la CPU concentra la E/S de alta velocidad, mientras que el almacenamiento y los periféricos se canalizan a través de PCIe. De hecho, la propia configuración incluye un enlace PCIe Gen 5 x8 para la tarjeta de red ConnectX-7, habilitando un escenario multiunidad con red de alta capacidad.

GPU Blackwell en formato reducido
Por el lado gráfico, la matriz corresponde a la familia Blackwell, adaptada a un formato de bajo consumo y tamaño compacto. Pese a esa reducción, las cifras siguen siendo llamativas: hasta 31 TeraFLOPS en FP32 y alrededor de 1000 TOPS cuando se recurre al formato de precisión reducida NVFP4, desarrollado por la propia NVIDIA para cargas de IA.
La GPU integra además una caché L2 de 24 MB, que no solo da soporte a los cálculos gráficos, sino que también puede funcionar como un nivel de caché visible para la CPU. Esto genera una jerarquía de memoria coherente entre ambas matrices, reduciendo la dependencia de copias intermedias y ganando en eficiencia.

El enlace C2C entre CPU y GPU alcanza un ancho de banda agregado de unos 600 GB/s, lo que permite que la comunicación entre ambas partes sea fluida y con baja latencia. Todo ello dentro de un paquete que se mueve en torno a los 140 W de TDP, una cifra que, si bien no es modesta, resulta sorprendente para el nivel de integración que ofrece.
Por si fuera poco, el chip también contempla salidas de vídeo múltiples, combinando DisplayPort en modo alternativo y HDMI 2.1a, junto con opciones de seguridad y virtualización pensadas para cargas profesionales.
DGX Spark, la primera parada
Junto con el anuncio del chip, NVIDIA presentó la estación de trabajo DGX Spark, un equipo diseñado para dar acceso directo al ecosistema DGX desde el escritorio. La Spark ejecuta DGX Base OS y la pila de IA de NVIDIA de forma local, pero también permite escalar el trabajo a sistemas DGX completos o incluso a la nube, según las necesidades. El precio de referencia para este sistema parte en torno a los 3.999 dólares (unos 3.450 euros).

Camino al consumo: los futuros N1/N1x
Más allá del terreno profesional, lo más interesante del GB10 es lo que abre hacia adelante. Este superchip sirve como base para los futuros SoC N1/N1x de consumo, que, según apuntan los rumores, conservarán la filosofía de combinar CPU Grace y GPU Blackwell en un único chip.
La potencia mostrada por el GB10 deja entrever que una configuración reducida podría ser perfectamente válida para portátiles de consumo, ofreciendo capacidades de IA y gráficos que hasta ahora parecían reservadas a estaciones de trabajo.
NVIDIA GB10 Grace Blackwell es un ejemplo claro de hacia dónde va la industria: más integración, más ancho de banda compartido y menos barreras entre CPU y GPU, todo ello en un formato compacto y con un consumo ajustado para lo que ofrece. Hot Chips 2025 ha sido el escenario para dejarlo claro: el futuro de los chips ya no distingue tanto entre escritorio y centro de datos.
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