Apple congela Vision Air y adelanta sus gafas inteligentes a 2026 con Apple Intelligence y cámaras de visión artificial
por Manuel NaranjoEl ecosistema de dispositivos de Apple no deja de moverse. A principios de año, el conocido analista Ming-Chi Kuo trazaba una hoja de ruta en la que aparecía Vision Air, una versión más ligera y asequible de las Vision Pro que, según los planes iniciales, debía llegar en 2027.
Sin embargo, las últimas informaciones de Bloomberg apuntan a un giro de estrategia: Apple ha suspendido temporalmente el desarrollo de las Vision Air para redirigir a parte de sus ingenieros al proyecto de sus gafas inteligentes, un dispositivo que podría ver la luz antes de lo esperado.
De Vision Air a unas gafas que competirán con Meta
El movimiento no es casual. Apple se enfrenta a un mercado de realidad extendida que todavía está en una fase muy temprana, con dispositivos voluminosos, precios elevados y un interés del gran público que avanza con más cautela de lo que la industria imaginaba. Las Vision Pro son un escaparate tecnológico, pero no un producto de masas. Vision Air iba a cubrir esa brecha, ofreciendo un modelo más barato y ligero, pero parece que su prioridad ha bajado en la lista.
En paralelo, Meta ha logrado cierto tirón con sus Ray-Ban Meta, unas gafas que no buscan sustituir al móvil ni crear un mundo paralelo, sino añadir una capa de inteligencia y captura al día a día. Apple parece haber tomado nota y quiere acelerar el lanzamiento de su propio dispositivo en ese segmento: unas gafas inteligentes más discretas y cotidianas que permitan probar la tecnología con un enfoque menos intimidante para el consumidor.
2026, el nuevo horizonte para Apple Glass
El informe de Bloomberg sitúa la producción en masa de estas gafas de Apple en algún momento de 2026, adelantándose así un año respecto a las previsiones anteriores. Según los detalles filtrados, la primera generación no contará con pantallas integradas, lo que refuerza la idea de que se trata de un producto más cercano a unas gafas tradicionales que a un visor XR.
En su interior habrá múltiples cámaras integradas que permitirán aplicar funciones de Apple Intelligence con capacidades de visión artificial. Esto abre la puerta a casos de uso como reconocimiento de objetos, traducción visual, escaneo de escenas o integración con los servicios del ecosistema Apple. Un dispositivo más enfocado en procesar y enriquecer la información del entorno, sin necesidad de añadir capas gráficas sobre la vista del usuario.
Además, se espera que la compañía ofrezca diferentes acabados y materiales en montura y patillas, un detalle habitual en Apple, que no suele conformarse con la funcionalidad y busca un componente de diseño y personalización que conecte con la moda y el estilo de vida.

Vision Air, en pausa pero no descartado
Que Vision Air se haya congelado no significa necesariamente que Apple haya abandonado la idea de una versión ligera de sus visores. Más bien parece un movimiento táctico: concentrar recursos en un proyecto que tiene más opciones de ser adoptado por un público amplio a corto plazo.
La realidad es que un dispositivo como Vision Air sigue siendo atractivo en términos de estrategia, porque permitiría ampliar la gama de precios y reducir las barreras de entrada a la realidad mixta de Apple. Pero el ritmo de adopción del mercado manda, y ahora mismo la compañía parece decidida a construir primero un puente con un producto menos disruptivo y más cotidiano.
Lo que viene después: unas gafas XR en 2028
Mientras tanto, Apple no pierde de vista el futuro de la realidad extendida. Según la hoja de ruta filtrada, la compañía trabaja en unas gafas XR con pantallas LCoS (cristal líquido sobre silicio), que incorporarían controles avanzados basados en voz y gestos. Su producción en masa estaría prevista para el segundo trimestre de 2028, lo que apunta a un producto mucho más ambicioso, capaz de combinar realidad aumentada y virtual con un formato más ligero que los visores actuales.
Esta evolución encaja con la visión a largo plazo de Apple: primero introducir un producto de entrada que normalice el uso de gafas inteligentes, y después avanzar hacia experiencias XR completas cuando la tecnología y el mercado estén más maduros.
Una apuesta estratégica
La decisión de priorizar las gafas inteligentes sobre Vision Air refleja un ajuste de prioridades que responde tanto a la competencia directa con Meta como a la necesidad de encontrar un producto de masas dentro del nuevo ciclo tecnológico.
Las Vision Pro seguirán marcando la pauta como dispositivo de referencia, pero Apple necesita un formato más asequible, ligero y natural que le permita penetrar en el día a día de millones de usuarios. Y si la compañía consigue repetir lo que hizo con el iPod, el iPhone o el Apple Watch (es decir, convertir un nicho en un estándar de consumo), 2026 podría marcar un punto de inflexión.
El futuro inmediato de Apple pasa menos por visores premium y más por unas gafas inteligentes que lleven la IA y la visión artificial al terreno de lo cotidiano. El retraso de Vision Air es, en realidad, un movimiento estratégico: concentrarse en un dispositivo que puede competir directamente con Meta y que, si logra conquistar al gran público, allanará el terreno para la llegada de unas gafas XR más avanzadas en 2028.
El mercado de la realidad extendida y de los wearables está aún escribiendo sus primeras páginas, pero Apple ya ha dejado claro que su apuesta no se limitará a un solo producto. Y la batalla, cada vez más, se libra en el espacio más personal posible: lo que llevamos puesto en la cara.
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