El formato Mini ITX siempre ha tenido algo de reto personal. Montar un PC pequeño que no se sienta pequeño, con potencia de verdad y sin que parezca un horno, es casi un deporte. Y en 2025 se ha sumado otra obsesión: eficiencia. No todo el mundo quiere una torre enorme para jugar o trabajar, pero tampoco quiere renunciar a una CPU de gama alta.
Ahí entra el concepto MoDT, siglas de Mobile on Desktop. La idea es usar un procesador de portátil soldado en una placa de escritorio para aprovechar su relación rendimiento-consumo, pero manteniendo expansión y conectividad de sobremesa.
AOOSTAR vuelve a este enfoque con una placa en formato Mini ITX que integra el Ryzen 9 9955HX3D, un chip Zen 5 de 16 núcleos y 32 hilos, con turbo que se ha citado hasta 5,4 GHz y un bloque grande de caché L3 asociado a la variante X3D.
Lo llamativo es doble: la marca habla de soporte completo para PCIe 5.0 en un chasis muy compacto y un precio que se ha visto fijado en 749 dólares (unos 636 euros) en listados oficiales.
MoDT con Ryzen 9 9955HX3D, ventajas y renuncias
En un PC convencional eliges placa y eliges CPU. Aquí el procesador viene integrado, así que ganas en simplicidad y, a menudo, en eficiencia. El Ryzen 9 9955HX3D está pensado para portátiles gaming, y el uso de 3D V-Cache suele beneficiar escenarios donde la latencia manda, especialmente en juegos.
La otra cara es evidente: la ruta de actualización del procesador desaparece. Si dentro de dos años quieres cambiar de CPU, no compras una nueva, cambias de plataforma.
También está el tema de los límites de potencia. En diseños MoDT se han mencionado perfiles que pueden ir desde consumos moderados hasta modos agresivos que rondan 135 W, según la implementación. Esto importa porque el rendimiento sostenido dependerá mucho de la refrigeración y de cómo venga ajustada la BIOS.
PCIe 5.0 sin recortes, una rareza en Mini ITX
La placa quiere convencer por expansión. Se cita un PCIe 5.0 x16 completo para montar una gráfica dedicada sin cuello de botella por ancho de banda, algo que no siempre se ve en equipos compactos cuando se combinan varios dispositivos rápidos.
Además, aparecen dos ranuras M.2 con interfaz PCIe 5.0 x4. Para quien monta un PC compacto serio, esto significa poder usar SSD de nueva generación para cargas pesadas, bibliotecas de juegos grandes o edición de vídeo sin depender de una sola unidad rápida.
Y como extra práctico, se mencionan cuatro puertos SATA III, algo que encaja con configuraciones híbridas donde conviven SSD rápidos y discos para almacenamiento masivo.
DDR5 y conectividad de red, el guiño a usos más pro
En memoria, hay dos ranuras DDR5 con frecuencias alrededor de 5600 MT por segundo y soporte de hasta 128 GB. Para gaming no hace falta tanto, pero en virtualización, compilación o creación de contenido, esa cifra empieza a tener sentido.
La conectividad es el detalle que más delata el público objetivo. Algunos reportes mencionan dos puertos de red de 10 GbE, y otros apuntan incluso a conectores SFP+ de 10G. No es una especificación típica de un PC de salón, y sugiere un enfoque de estación compacta o mini servidor doméstico con red rápida para mover datos entre equipos y NAS.
En el panel trasero también se han citado varios USB, incluido USB C, además de salidas de vídeo. No suena emocionante, pero en un chasis pequeño, tener puertos suficientes sin hubs marca la experiencia diaria.
El precio de 749 dólares y el tipo de PC que permite
Que la cifra sea 749 dólares (636 euros aproximadamente) coloca esta placa en terreno premium. Un listado de AOOSTAR la muestra a ese precio, así que la comparación ya no es con una placa Mini ITX normal, sino con plataformas completas donde compras CPU y placa por separado.
Aun así, el producto tiene sentido si buscas algo muy concreto: un PC gaming compacto con una gráfica potente y almacenamiento ultrarrápido, o un equipo de alto rendimiento que además tenga red de 10 GbE para trabajo con archivos grandes, copias de seguridad y servicios domésticos. Ese equilibrio entre potencia y tamaño es justo lo que persigue MoDT.
Lo que conviene tener claro antes de lanzarse es la dependencia del fabricante. En una plataforma así, BIOS, compatibilidad de memoria, actualizaciones y soporte pesan más que en una placa tradicional. Y, como siempre en Mini ITX, la caja elegida y el flujo de aire pueden decidir si tienes un pepino silencioso o un pequeño radiador.
Si AOOSTAR cumple lo que promete sobre PCIe 5.0 completo y conectividad seria, esta placa con Ryzen 9 9955HX3D encaja como una opción muy particular: no es la compra racional para todo el mundo, pero sí una base muy atractiva para montar un PC compacto sin concesiones en expansión.
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