Qi 2.2.1 se convierte en el nuevo estándar de carga inalámbrica con hasta 25 W de potencia, sistema magnético y compatibilidad universal
por Manuel NaranjoLa carga inalámbrica llevaba tiempo estancada. Cómoda, sí, pero lenta. Útil, pero lejos de igualar el rendimiento de un buen cargador con cable. Esa situación, por fin, empieza a cambiar. El Consorcio de Energía Inalámbrica (WPC, por sus siglas en inglés) ha hecho oficial el nuevo estándar Qi 2.2.1, que marca un antes y un después en esta tecnología. Más rápido, más eficiente y con un sistema magnético mejorado que promete simplificar la vida a usuarios y fabricantes por igual.
Qué trae de nuevo el estándar Qi 2.2.1
La gran novedad de este estándar es que permite alcanzar velocidades de hasta 25 W en carga inalámbrica. Una mejora notable si la comparamos con el actual Qi 2.0, que llegaba a los 15 W según el dispositivo y el cargador.
Además de la mejora en velocidad, Qi 2.2.1 incluye un diseño magnético que mejora la alineación entre el cargador y el dispositivo. Esto no solo evita pérdidas de energía por mala colocación, sino que también reduce el calentamiento y hace que la carga sea más estable. Este anillo magnético, que recuerda a otros sistemas ya conocidos, se integra directamente en los dispositivos compatibles, facilitando una experiencia de carga mucho más afinada.
Más marcas, más compatibilidad
Más allá del salto en velocidad, lo que de verdad hace potente al nuevo Qi 2.2.1 es que abre la puerta a todos. Ya no se trata solo de cargar más rápido, sino de hacerlo con libertad, sin depender de una marca concreta o de un accesorio propietario.
Fabricantes como Anker, Ugreen o Baseus han sido de los primeros en mover ficha: ya tienen sobre la mesa cargadores y baterías externas preparados para este nuevo estándar. Y lo mejor es que no van por libre. Todo pasa por el sello del Consorcio de Energía Inalámbrica, que certifica que esos accesorios cumplen con lo prometido. No hay experimentos ni compatibilidades a medias: si está certificado, funciona. Y eso, en un mundo lleno de soluciones a medias, se agradece.

En el caso del ecosistema Android, ya se ha confirmado que algunos de los principales fabricantes están trabajando para adaptar sus próximos modelos al nuevo Qi 2.2.1 de 25W. Aunque de momento hay pocos nombres sobre la mesa, Samsung ya ha etiquetado a sus nuevos Galaxy Z Fold7 y Z Flip7 como compatibles. Eso sí, hay matices: en estos modelos, la carga seguirá limitada a 15 W, pero sí incorporan el sistema magnético, lo que garantiza una experiencia más fluida y coherente con el estándar completo.
También se sabe que el HMD Skyline ha sido uno de los primeros Android en adoptar el nuevo Qi en su totalidad, y es probable que otros modelos vayan sumándose en los próximos meses, especialmente los de gama alta que busquen ofrecer una carga inalámbrica realmente competitiva.
Lo que implica este paso adelante
Más allá de la mejora en velocidad, Qi 2.2.1 representa un intento real de unificar el panorama de la carga inalámbrica. Hasta ahora, cada fabricante hacía la guerra por su cuenta con soluciones propias, lo que obligaba a los usuarios a usar cargadores específicos según el modelo. Con este estándar, esa fragmentación se reduce.
Y aunque de momento no todos los dispositivos podrán alcanzar los 25 W, el hecho de que se establezca como referencia dentro del estándar abre la puerta a que cada vez más móviles (y no solo los de gama alta) se sumen a esta evolución.
Para quienes usamos la carga inalámbrica a diario, representa una mejora tangible. Menos tiempo de espera, más comodidad y, sobre todo, mayor libertad para usar accesorios sin depender de una marca concreta. El futuro de la carga sin cables pasa por aquí.
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