ASUS presenta el ROG GR70, un mini PC gaming con Ryzen 9 y gráfica RTX 5070 que ofrece potencia de sobremesa
por Manuel NaranjoEl sector del PC gaming lleva tiempo persiguiendo la misma idea: hacer máquinas cada vez más pequeñas sin renunciar a la fuerza bruta. Con el ROG GR70, ASUS da un paso serio en esa dirección. Hablamos un mini PC gaming con procesador Ryzen 9 y gráfica GeForce RTX serie 50, metido en un chasis que no llega ni a tres litros.
La promesa es clara: cuerpo de mini PC, respuesta de torre completa. No es un experimento raro ni un “Steam Machine” más. Es un sobremesa real, pero encogido.
CPU de portátil, actitud de estación de juego
En el centro del GR70 está el AMD Ryzen 9 9955HX3D. Es un chip basado en Zen 5 con 16 núcleos y 32 hilos, pensado para aguantar sesiones largas de juego y cargas pesadas de creación de contenido. La parte interesante es la 3D V-Cache de segunda generación, la capa extra de caché apilada.
Eso significa menos latencia y más estabilidad de fotogramas en juegos que dependen mucho de CPU. No es sólo ir a más GHz: es alimentar al juego con datos más rápido. Incluso a resoluciones bajas, donde la CPU manda, esa caché ayuda a que no haya tirones feos cuando hay mucha física, mucha IA en pantalla o escenas muy cargadas.
La RTX 50 mete la IA en el bolsillo
El otro bloque importante es la gráfica. El GR70 se puede configurar con una NVIDIA GeForce RTX 5070 o 5060 de la nueva hornada basada en Blackwell. Eso trae dos cosas sobre la mesa: núcleos de ray tracing más eficientes y más aceleración por IA.
Lo más llamativo es DLSS 4 con Multi Frame Generation. Esta técnica genera fotogramas usando IA y sube los FPS sin obligarte a bajar calidad gráfica. El resultado práctico es que este mini PC es capaz de mover juegos pesados en muy alto nivel visual, con trazado de rayos y sin parecer que está a punto de despegar.
Conectividad lista para hoy, no para dentro de dos años
Uno de los puntos más fáciles de pasar por alto y, al mismo tiempo, más importantes: la conectividad. El GR70 llega con WiFi 7 y Bluetooth 5.4 de serie. Gracias a este tipo de conexión inalámbrica y Multi-Link Operation puedes tener más ancho de banda útil y menos cortes cuando todo el mundo en casa está tirando de red. Eso se traduce en menos espera para bajar un update de 40 GB y menos microcortes en streaming o multijugador.
A nivel físico, tiene ocho puertos USB y la posibilidad de sacar señal a hasta cinco pantallas 4K. Esto lo coloca no sólo como máquina de juego, sino como base de escritorio o de edición ligera.
Se mantiene fresco sin montar una turbina
El talón de Aquiles de todos los mini PCs potentes suele ser el mismo: calor. Aquí ASUS tira de su sistema ROG QuietFlow. Dentro del chasis hay un esquema de triple ventilador con heatpipes que reparte el calor de CPU y GPU sin que una ahogue a la otra. El objetivo no es sólo bajar grados, es mantener el ruido bajo control.
Ese control térmico, además, tiene una consecuencia directa en rendimiento: si la CPU y la GPU no tienen que bajar frecuencias para protegerse, el equipo aguanta más rato en su máximo.
Control fino desde Armoury Crate
El GR70 no depende únicamente del hardware. Todo el ajuste de perfiles, curva de ventiladores, modos de rendimiento y actualizaciones pasa por Armoury Crate, el panel de control unificado de ROG. Desde ahí puedes elegir entre ir a pleno rendimiento, priorizar silencio o incluso aplicar overclocking automático pensado para juegos concretos.
Aunque es una máquina compacta, ASUS no la ha sellado como una consola. El GR70 tiene acceso interno sin herramientas: un tornillo de mariposa y listo. Se puede subir la memoria hasta 96 GB y ampliar el almacenamiento M.2 con el sistema Q-Latch, que evita el tornillito minúsculo clásico de las unidades SSD.
Estética ROG sin caer en la feria del RGB
En cuanto al diseño, ASUS se ha contenido. Sí, sigue siendo ROG: ángulos marcados, líneas agresivas, sensación de pieza técnica. Pero aquí no han tirado de arcoíris a lo loco. El equipo luce una barra de luz en blanco y plata que remata el frontal y le da identidad sin gritarlo.
El ROG GR70 representa una idea bastante clara: ya no hace falta una torre enorme para tener rendimiento de sobremesa serio. Lo que propone ASUS es un bloque pequeño que puedes poner en casi cualquier mesa y que, aun así, tiene CPU de 16 núcleos, gráfica RTX de última generación, refrigeración dedicada y conectividad de gama alta.
No es un experimento raro ni un capricho boutique. Es, básicamente, la forma en la que ASUS entiende el futuro del PC gaming de escritorio: menos espacio, menos ruido, más densidad de potencia. Y, visto lo visto, cuesta discutirlo.
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