En julio del 2019, varios servidores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fueron atacados por ciberdelincuentes, afectando principalmente a los sistemas informáticos de las oficinas situadas en Europa. Aunque ha pasado algo más de medio año, no ha sido hasta ahora cuando se ha hecho público el ataque.
Las redes de las oficinas de Viena y de Ginebra de la ONU sufrieron la mayor parte de los ataques, afectando a varios servidores como los localizados en el departamento de RRHH y al de la oficina de Derechos Humanos de la institución. En total, más de 40 servidores fueron atacados.
Desde la ONU aseguran que el ataque se orientó hacia los servidores de desarrollo, por lo que no había acceso a datos sensibles ni a información confidencial, ya que dichos servidores solo se utilizan para desarrollar nuevos servicios y los datos a los que se tiene acceso son datos de prueba sin valor real. Los Hackers consiguieron acceder a los Identificadores (ID) de usuarios del Staff y de sus dispositivos, pero las contraseñas no fueron comprometidas, por lo que no pudieron obtener acceso a otras partes de la infraestructura.
Las ONU procedió a cerrar completamente los servidores de desarrollo, incluso aquellos que no estaban afectados, por seguridad. Además, impusieron un cambio de contraseña a todos los usuarios para garantizar la seguridad de las cuentas.
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