ChatGPT cumple tres años: la revolución que empezó con un cajón de texto y ha acabado transformando la industria
por Edgar Otero Actualizado: 01/12/2025Han pasado ya tres años desde que OpenAI decidiera abrir al público el 30 de noviembre de 2022 una sencilla interfaz de chat. Sin duda, un movimiento que parecía experimental y que ha acabado transformando el sector tecnológico (e incluso provocando una cada vez más perceptible burbuja). En aquel momento, la tecnología subyacente no era estrictamente nueva, pues los modelos de lenguaje llevaban tiempo en los laboratorios. Sin embargo, encapsular esa potencia dentro de un chatbot que respondía con una naturalidad casi humana fue el detonante que lo cambió todo. Desde aquel lanzamiento inicial, hemos sido testigos de una evolución vertiginosa que comenzó con GPT-3.5 y que dio un salto cualitativo con el lanzamiento de GPT-4.
La herramienta dejó pronto de ser un simple generador de texto. Un punto de inflexión clave fue el salto a la multimodalidad total con GPT-4o, que integró voz y visión en tiempo real, capacidades que antes parecían lejanas. Esta accesibilidad provocó una adopción masiva que trascendió rápidamente el ámbito profesional. De hecho, desde la compañía han analizado el comportamiento de los usuarios, descubriendo que el uso cotidiano supera al laboral en la mayoría de las ocasiones, llegando a utilizarse la IA como soporte emocional o creativo para el día a día.
Omnipresencia: del navegador web a la fabricación de chips
La estrategia de expansión ha sido agresiva, buscando que la IA salga de la pestaña del navegador para estar en todas partes. Hemos visto movimientos de hardware interesantes, como las integraciones en dispositivos como los de Nothing, que normalizan hablar con la IA por la calle. Pero la ambición de Sam Altman no se detiene ahí. La compañía busca controlar toda la experiencia de usuario, algo que ha quedado patente tras conocer los detalles de Atlas, su propio navegador web, diseñado para que la IA sea el motor de búsqueda y gestión de la información desde el origen.
Sin embargo, este dominio no ha estado exento de desafíos. La competencia se ha endurecido notablemente, especialmente con la irrupción de rivales chinos como DeepSeek o los progresos de Google con Gemini. Todos estos movimientos han provocado que ChatGPT ya no sea necesariamente la puerta de entrada a la IA. Para contrarrestar esta presión y mantener su relevancia entre los desarrolladores, OpenAI ha tenido que reaccionar, llegando a liberar modelos de código abierto, a pesar de ser cada vez menos open con sus modelos comerciales.
Quizás el impacto más profundo de estos tres años no sea solo el software, sino cómo ha obligado a rediseñar la infraestructura mundial. La demanda de cómputo es tal que la compañía ha decidido tomar el control de su suministro y diseñar sus propios chips junto a Broadcom, confirmando que la revolución que empezó con una simple web ha terminado por alterar la cadena de suministro global de semiconductores. Una revolución que, por otro lado, está encareciendo sustencialmente el precio de los componentes.
Fin del Artículo. ¡Cuéntanos algo en los Comentarios!




