AMD lleva la Radeon AI PRO R9700 al canal retail el 27 de octubre con 32 GB de memoria, diseño para multiGPU y precio de 1.299 dólares
por Manuel NaranjoDurante años, si querías una gráfica profesional de AMD para una estación “a medida”, tocaba pasar por un OEM o por un integrador. La serie Radeon AI PRO 9000 rompe ese patrón: habrá venta en retail y con fecha concreta. El estreno está fijado para el 27 de octubre, y el modelo que lleva la batuta, Radeon AI PRO R9700, saldrá por 1.299 dólares.
La noticia no es solo el precio, sino lo que implica: estudios pequeños, freelancers y departamentos que construyen sus torres pieza a pieza ya no dependen del canal corporativo para acceder a hardware de clase profesional. El plan de AMD era lanzarla a finales de julio, pero el suministro inicial se lo tragaron enterito OEM e integradores; con el stock ya encarrilado, llega el turno del usuario final.
Qué trae dentro y por qué importa en cargas serias
La R9700 nace de una GPU “Navi 48” en 4 nm con 64 CUs RDNA 4 y 4096 stream processors, acompañada por 128 aceleradores de IA pensados para operaciones matriciales en distintos formatos. En el día a día, eso se traduce en mejor tracción con redes optimizadas y flujos de inferencia que mezclan precisión y densidad.
Frente a su equivalente “jugón” (RX 9070 XT), aquí el salto clave está en la memoria: 32 GB de GDDR6 en bus de 256 bits a 20 Gbps, que suman 640 GB/s de ancho de banda, apoyados por 64 MB de Infinity Cache de 3.ª generación. No es un capricho: escenas con texturas pesadas, nubes de puntos, volúmenes médicos o modelos con millones de parámetros agradecen ese margen sin asfixia.
Rendimiento y formato pensados para escalar
Sobre el papel, hasta 191 TFLOPS en FP16 y hasta 1531 TOPS en INT4 bajo sparsity cuadran con su apellido: “AI PRO”. Más allá de la cifra, interesa cómo se entrega esa potencia. La tarjeta encaja en dos ranuras y monta disipador tipo blower.
No busca silencio absoluto, busca flujo de aire predecible cuando apilas varias en una misma caja o en un chasis de servidor. AMD habla de configuraciones de hasta cuatro GPUs; con un TGP de 300 W por unidad, el diseño blower tiene sentido para canalizar aire caliente sin cocinar nada alrededor. Para quien viene de estaciones mixtas (render + IA + vídeo), ese equilibrio térmico vale más que un par de decibelios menos.
Visualización profesional y IA ligera: dónde encaja mejor

La etiqueta “AI PRO” no pretende competir con aceleradores puros de datacenter; su terreno natural es el de la visualización interactiva (CAD, BIM, DCC), el render en tiempo real, la postproducción que mete plugins con modelos de IA, o la analítica que aprovecha operadores matriciales sin salir de la torre del estudio.
El extra de memoria marca la diferencia cuando la escena no cabe en 16 GB y empiezan los tirones, y los aceleradores de IA ayudan a que procesos como la reducción de ruido, el escalado o ciertos filtros “smart” de post no penalicen a lo bruto al resto del pipeline. Es una tarjeta para trabajar con la escena delante, no para lanzar un entrenamiento multi-nodo y olvidarte.
Del canal corporativo al mostrador: por qué este cambio suma
Pasar de un modelo centrado en OEM a retail parece un matiz, pero cambia la experiencia: menos fricción para comprar, menos tiempos muertos por aprobaciones internas y más libertad para combinar piezas según presupuesto y flujo real. Si mañana necesitas más memoria de vídeo o un cuarto slot para acelerar entregas, no dependes de una revisión de plataforma completa; compras, instalas, validas y sigues. Para el ecosistema también es saludable: sube la competencia frente a las gamas profesionales de NVIDIA y devuelve a AMD a la conversación en estudios y departamentos donde, en los últimos años, la decisión estaba casi automatizada.
Lo que conviene tener en cuenta antes de decidir
Aunque el formato es amable con configuraciones densas, 300 W por tarjeta obligan a revisar fuente, ventilación y flujo de aire si piensas en dos, tres o cuatro unidades. La compatibilidad de software profesional (drivers certificados, versiones de aplicaciones, plugins) será el segundo filtro: ahí es donde se gana la jornada sin sobresaltos. Y un apunte práctico: si tu trabajo mezcla viewport con trazado de rayos y capa de IA, revisa qué aceleraciones aprovecha de verdad tu suite (de RDNA 4, sus AI accelerators y la Infinity Cache), porque la magia ocurre cuando hardware y software empujan en la misma dirección.
La Radeon AI PRO R9700 no quiere ser “la gráfica para todo”, quiere ser la herramienta fiable para quien vive en proyectos con escenas grandes, prefiere montar su equipo y valora poder escalar a varias GPUs sin dramas térmicos. Con 32 GB, ancho de banda generoso, aceleración de IA y un precio de 1.299 dólares que, en su liga, está más pegado a la tierra de lo habitual, AMD firma una entrada seria en el mostrador.
Si el 27 de octubre llega con stock real (y no con el déjà vu del canal profesional fagocitando unidades), habrá más torres en estudios y despachos con un logo rojo dentro. Y eso, para el mercado, es una buena noticia: más opciones, menos ataduras y el foco donde debe estar, en el trabajo.
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