Valve rompe los esquemas de productividad: cada empleado genera casi 50 millones de dólares al año

Valve ha sido noticia últimamente por sus nuevos productos, el Steam Machine y el Steam Frame. Sin embargo, también parece haberse consolidado como una de las empresas más eficientes del mundo en términos financieros. Según estimaciones recientes de la firma de investigación Alinea Analytics, recogidas por Tom's Hardware, la corporación podría alcanzar una facturación anual cercana a los 17.000 millones de dólares. Lo sorprendente de esta cifra no es el total, sino el rendimiento por trabajador: con una plantilla estimada de solo 350 personas, cada empleado estaría generando aproximadamente 50 millones de dólares.

Estas métricas sitúan a la empresa de videojuegos muy por encima de los gigantes tradicionales de Silicon Valley en cuanto a ingresos per cápita. Para poner los datos en perspectiva, compañías líderes como Apple o Meta generan alrededor de 2,4 millones y 1,9 millones de dólares por empleado, respectivamente.

Una estructura plana y salarios de siete cifras

La clave de esta rentabilidad parece residir en su peculiar modelo corporativo. Al ser una empresa privada que no cotiza en bolsa, Valve no tiene la obligación de maximizar beneficios a corto plazo para satisfacer a accionistas externos, lo que permite a sus fundadores, como Gabe Newell, centrarse en la viabilidad a largo plazo. Además, la compañía opera bajo una estructura horizontal, sin gerentes tradicionales ni directivos de alto nivel, donde todos los trabajadores actúan como miembros de un mismo equipo.

La propia empresa es consciente de su posición privilegiada frente a la competencia. En su manual para nuevos empleados, un documento que se hizo público hace años, Valve afirma explícitamente que su rentabilidad por empleado es superior a la de Google, Amazon o Microsoft. Esta eficiencia se traduce también en la compensación: filtraciones surgidas a raíz de disputas legales pasadas sugieren que la compañía destina grandes sumas a salarios, con un promedio ponderado que podría superar los 1,3 millones de dólares anuales por trabajador.

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