Hemos podido tener acceso, a través de MyDigitalLife, a la primera imagen ISO filtrada de Windows 11, la nueva versión de Windows que se esconde tras la fachada de la actualización Sun Valley que está planeada para el día 24 de este mes y que en principio se iba a tratar de una simple actualización de Windows 10, contrariamente a lo que los rumores mencionaban.
En la imagen filtrada, nos encontramos con la build 21996 de Windows, que ya en el proceso de instalación muestra novedades en la interfaz gráfica, como serían un nuevo logo de Windows y una nueva barra de scroll, mientras que durante el proceso de instalación nos queda claro que se trata de Windows 11 y que los términos y condiciones de uso han sido actualizados este mes de junio.
Durante la instalación, si intentamos dirigirnos al diálogo de versión del sistema operativo navegando a través de los limitadísimos medios disponibles durante la instalación del sistema, vemos que nos encontramos ante una versión de desarrollo de Windows, por lo que, si bien realmente no podemos descartar que se trate de una falsificación muy elaborada, nos deja respirar con algo más de calma en cuanto a su veracidad.
Una vez instalado el sistema operativo, recibimos de nuevo el nuevo logo de Windows, totalmente cuadrado, y tras pasar el periodo inicial de configuración de Windows, que deja entrever que, pese al cambio de nombre, nos seguimos encontrando ante Windows 10 tal y como lo conocemos –salvo el cambio de nombre e interfaz—, llegaremos a la parte en la que el usuario puede interactuar con el sistema operativo propiamente dicho.
La interfaz del asistente de configuración se ve totalmente renovada, con un diseño mucho más vivo que lo que veníamos viendo hasta ahora, y que da un aspecto mucho más renovado al sistema operativo, especialmente gracias al uso de colores pastel con degradados en vez de tonos completamente lisos.
Las animaciones hacen acto de presencia de nuevo en el asistente de configuración, algo que no veíamos realmente desde la época de Windows XP con el añorado perro que nos acompañaba y que, de nuevo, da una impresion mucho mejor del sistema operativo, permitiendo que pase por nuevo para la mayoría de los usuarios, aunque realmente siga tratandose del kernel NT10 que da vida a Windows 10.
Como cabría esperar, seguimos encontrándonos con prácticamente los mismos ajustes que en versiones anteriores de Windows, especialmente en los apartados de privacidad y seguridad, aunque en esta ocasión, debido al espacio extra que ocupan los gráficos renovados, no caben todos en una sola página de ajustes.
Finalmente, una vez terminada la configuración del sistema, nos encontramos con una pantalla de espera que podríamos denominar como más relajante en comparación a las anteriores, junto a una nueva fuente que podríamos encontrar en el resto del sistema operativo una vez terminada su instalación, aunque esto aún está por ver, dado que en esta ocasión estamos narrando la experiencia en tiempo real.
Una vez finalizada la instalación, nos encontramos con un imponente cambio de diseño en la primera pantalla que vemos al iniciar el sistema, y es que el menú inicio ahora aparece en el centro con un diseño totalmente nuevo, al cual tomará un tiempo acostumbrarse, pero que podría confirmar que la cancelación de Windows 10X podría no haber sido una cancelación, sino un renombrado de última hora.
Como pequeño apunte, la orientación central de los iconos de la barra de tareas puede ser configurada, probablemente para mantener la orientación clásica, pero ante la ausencia de una clave de Windows 11 por motivos obvios, no podemos modificar estos ajustes.
El consumo de recursos con el sistema recién instalado oscilará, pero en nuestro caso, en una máquina virtual sin conectividad a internet –algo que evita que el sistema busque controladores por su cuenta o configure OneDrive— da un uso de memoria RAM de aproximadamente 1.2GB.
Los escritorios virtuales reciben un botón propio en la barra de tareas de forma más prominente al lado del icono de búsqueda, y muestran una interfaz muy amigable con pantallas táctiles, algo que podremos ver también en distintas partes del sistema operativo.
También se mantiene el panel de control clásico, al menos por ahora, aunque la aplicación de Configuración recibe algunos cambios de diseño que han provocado algunos bugs en otras zonas, algo propio de una versión de desarrollo de Windows.
El comando Winver nos permite ver, por primera vez, el logo completo de Windows 11, que recibe, además del nuevo logo, una fuente ligeramente distinta y, efectivamente, el número 11 en lugar del 10.
En esta imagen podemos ver también la información completa sobre el sistema, el cual indica claramente que nos encontramos sobre la version Dev de Windows 11 Pro en su build 21996.1 con el Windows Feature Experience Pack 321.14700.0.3.
Otros cambios misceláneos que podemos encontrar en esta nueva versión de Windows son nuevos sonidos, nuevas animaciones –que personalmente, al ser más lentas, dan una cierta sensación de tosquedad—y los nuevos iconos que ya mencionábamos anteriormente.
Sin embargo, tal como vemos en la imagen, internamente sigue siendo denominado Windows 10.
No podemos realmente atribuir esta curiosidad a un mal hacer de Microsoft, pues a fin de cuentas se trata de una version aún en desarrollo con fecha de mayo, de modo que tal como indican en la leyenda del canal Dev, es de esperar que encontremos baja estabilidad y algunas zonas por acabar.
Actualizado: Windows 11 acaba de ser presentado. Te contamos todos los detalles en este artículo.
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