La GPU Lisuan G100 supera a la RTX 4060 en OpenCL, marcando el primer gran salto en diseño y fabricación independiente de China

Durante años, el terreno de las tarjetas gráficas ha estado prácticamente blindado. Entre NVIDIA y AMD se han repartido el pastel con una comodidad envidiable, mientras otros países observaban desde la barrera. En especial China, que pese a su músculo industrial, no había conseguido hasta ahora poner en circulación una GPU de consumo que realmente pudiera competir en rendimiento. Eso está empezando a cambiar, y no por una promesa en el aire, sino por un modelo concreto: la Lisuan G100.

Desarrollada por Lisuan Technology, esta nueva gráfica ha pasado casi en silencio por fuera del mercado chino. Nada de campañas agresivas ni titulares grandilocuentes. Pero basta echar un vistazo a sus primeras pruebas de rendimiento para entender por qué empieza a sonar fuerte. No es un experimento de laboratorio, ni una de esas promesas que se desinflan antes de salir al mercado. Hablamos de una GPU que, en términos de potencia pura, logra colocarse por encima de la RTX 4060 de NVIDIA en ciertos benchmarks.

Resultados que no se esperaban tan pronto

El dato que ha despertado todas las alertas es su puntuación en OpenCL, una de las métricas más habituales para medir el rendimiento bruto de las GPU. En esa prueba, la Lisuan G100 obtuvo 111.290 puntos, combinada con un procesador Ryzen 5 7600. Esta cifra no solo la posiciona por encima de la RTX 4060, sino que la deja relativamente cerca de la futura RTX 5060 con arquitectura Blackwell, que todavía no ha sido lanzada oficialmente.

Para ponerlo en perspectiva: hace apenas unos meses, la misma GPU ni siquiera lograba superar a una vieja GTX 660 Ti, un modelo con más de una década encima. El salto de rendimiento es, como mínimo, llamativo. Y si se confirma en pruebas más amplias, estaremos ante la primera GPU china para consumidores capaz de competir de tú a tú con una generación actual de NVIDIA.

El talón de Aquiles de siempre: el software

Durante años, uno de los talones de Aquiles de las GPU chinas no ha sido tanto el hardware como el software. Por muy prometedora que fuera la parte técnica, los drivers solían estar mal optimizados, dando lugar a un rendimiento irregular, errores de compatibilidad o directamente una experiencia poco utilizable.

Esa barrera ha sido, en muchos casos, lo que marcaba la diferencia frente a las grandes marcas. Sin embargo, con la Lisuan G100 la historia parece distinta. Los primeros resultados apuntan a que esta vez sí han conseguido una integración decente entre el chip y el software, al menos lo suficiente como para ofrecer cifras estables y competitivas en pruebas como OpenCL. Que una gráfica de nueva generación logre rendir así sin tropezar con el software dice mucho del avance que han hecho puertas adentro.

Aún es pronto para sacar conclusiones definitivas, y habrá que ver cómo se comporta en juegos reales o en tareas de renderizado más complejas. Pero el punto de partida ya está muy por encima de lo que nadie esperaba hace apenas un año.

Lo que lleva dentro la Lisuan G100

En cuanto a sus especificaciones técnicas, la G100 llega con 12 GB de VRAM, casi con toda seguridad del tipo GDDR6, y se apoya en una arquitectura de 48 unidades de cómputo con una frecuencia máxima que alcanza los 2.000 MHz. Está fabricada con proceso de 6 nanómetros, y aunque no ha sido confirmado oficialmente, todo apunta a que el silicio es de SMIC, el principal fabricante de chips del país.

Y hay un detalle que, aunque pueda parecer secundario, tiene bastante más fondo del que parece: esta GPU no solo ha sido diseñada en China, sino que también ha sido fabricada allí, utilizando recursos propios y sin recurrir a fundiciones externas. En un contexto donde la autonomía tecnológica se ha vuelto casi una cuestión de Estado, conseguir poner en marcha un chip competitivo sin salir del país es mucho más que un avance técnico. Es un movimiento estratégico, de esos que marcan posición en una industria dominada hasta ahora por actores muy concretos.

¿Qué significa esto para el mercado?

De momento, la Lisuan G100 todavía no ha llegado al canal minorista. Pero si los datos se confirman y el precio acompaña, podría convertirse en la primera GPU china con impacto real fuera de sus fronteras. Más allá del rendimiento, su aparición marca un cambio de etapa: ya no se trata solo de intentar alcanzar a los grandes, sino de mostrar que pueden competir, con hechos, en un terreno tan exigente como el del gaming o la creación de contenido.

Puede que a NVIDIA y AMD no les preocupe demasiado, al menos por ahora. Pero está claro que la industria china ha pasado de intentarlo a lograrlo. Y eso, en un mercado tan cerrado como el de las GPU, ya es mucho más que un titular llamativo.

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