Hace ya un tiempo que Microsoft lanzó la actualización 23H2 para Windows 11, pero según podemos leer en PC Gamer, parece ser que algunos usuarios están notando caídas en el rendimiento de sus equipos tras instalar la misma. Por suerte, Microsoft ha puesto en suspensión de compatibilidad el parche hasta encontrar una solución a un problema que no está relacionado, así que, si no lo tenemos instalado, no deberíamos preocuparnos.
Esto también implicaría que cuando la actualización esté corregida, lo estará para ambos supuestos, de modo que no deberíamos tener problemas para actualizar más adelante. Sin embargo, para aquellos que experimentan este problema y no quieren volver a una versión anterior, existe una supuesta solución temporal, aunque es relativamente difícil.
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Tal como podemos ver en este post de Reddit, existe una serie de comandos de PowerShell que podemos introducir en cierto orden y que han sido proporcionados por Microsoft al usuario que lo explica, así que bien podemos optar por hacer esto, o simplemente esperar a que un nuevo parche esté disponible.
Parece ser que los problemas se encuentran en torno a cómo se utiliza la CPU en el sistema operativo, ya que incluso los benchmarks sintéticos muestran una acusada bajada de rendimiento de CPU que llega a ser del 10 por ciento.
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